El mecanismo del cuarto poder
La empresa period¨ªstica como "sede y centro de operaciones de la libertad de prensa", a la vez que "mecanismo del cuarto poder" constituye el punto de vista defendido por Pedro Crespo de Lara, secretario general de la Asociaci¨®n de Editores de Diarios Espa?oles (AEDE), en el libro La empresa period¨ªstica en vivo, que acaba de aparecer. Esta obra re¨²ne trabajos iniciados en 1974, cuando la dictadura manten¨ªa a¨²n a la prensa en libertad vigilada, y se extiende hasta la ¨¦poca actual, pre?ada de cambios.Para el autor, la libertad de prensa se caracteriza por cuatro principios: ausencia de censura, libertad de empresa period¨ªstica, libre acceso a la actividad informativa y libre acceso a las fuentes. Estos cuatro principios se resumen en un deseo: el de que no se promulgue ninguna ley que restrinja la libertad de expresi¨®n.
Pero la tesis central del libro es que esos principios se materializan a trav¨¦s de empresas period¨ªsticas. El autor piensa que, a diferencia de otros profesionales, el periodista no puede ejecutar s¨®lo su trabajo, sino que ¨¦ste se sustancia necesariamente en una obra colectiva. "Es un ser irremediablemente abocado a trabajar con otros conforme a un plan, una disciplina y una direcci¨®n; lo que significa que estamos ya hablando de empresa", sostiene Crespo de Lara.
La doble perspectiva de poder y negocio tiene su m¨¢xima expresi¨®n en los grandes imperios period¨ªsticos, cada vez m¨¢s fuertes. Las empresas de Beaverbrook, Northcliffe y Hearts, frecuentemente invocadas como el c¨¦nit de la omnipotencia, fueron menos importantes en eI pasado que los imperios multiling¨¹es de los actuales magnates. Ninguno de aquellos control¨® tantos mercados como domina Rupert Murdoch en el Reino Unido, Am¨¦rica, Asia y Australia; Robert Hersant en Francia y en Europa del Este; o Conrad Black, en el Reino Unido, Canad¨¢ y Australia. Y as¨ª como su influencia tiende a crecer, su n¨²mero tiende a reducirse. En 1970 le cifraba en 125 el n¨²mero de familias propietarias de peri¨®dicos significativos en el mundo; hoy han quedado reducidas a dos docenas. Diez propietarios de los veinticuatro referidos heredaron sus imperios, mientras los dem¨¢s empezaron de cero.
A esta evoluci¨®n se a?ade el impacto de los cambios tecnol¨®gicos. Las previsiones que se hac¨ªan en torno a 1980 han quedado desmentidas por los hechos; por ejemplo, la supuesta invasi¨®n del soporte electr¨®nico (videotext, teletexto) en detrimento del tradicional soporte de papel. En los ¨²ltimos cinco a?os, el avance de la capacidad tecnol¨®gica ha sido m¨¢s r¨¢pido que el del impacto real de la tecnolog¨ªa. Sin embargo, la miniaturizaci¨®n de los ordenadores, las redes de transmisi¨®n de datos instaladas por las compa?¨ªas telef¨®nicas y la "nueva alfabetizaci¨®n" de los j¨®venes de hoy -que crecen junto a una pantalla interactiva- hacen pensar que los cambios llegar¨¢n al mercado de prensa a finales de este decenio.
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