Las mulatas cubanas
Aunque suscribo plenamente el contenido del art¨ªculo Vamos a La Habana, de Mario Vargas Llosa, me atrever¨ªa a pedirle al autor y, a usted que evitaran caer en el t¨®pico de asociar siempre la prostituci¨®n en Cuba a las mulatas. S¨¦ que ni Vargas Llosa ni su peri¨®dico son racistas ni mis¨®ginos, pero al escribir as¨ª. contribuyen involuntariamente a la instrumentalizaci¨®n castrista de la mulatez, el machismo y el sabor, como reclamo tur¨ªstico y pol¨ªtico. En Cuba se prostituyen mulatas y mulatos, blancas y blancos y negras y negros hete rosexuales, homosexuales y bisexuales. Mientras, turistas, diplom¨¢ticos y corresponsales de prensa extranjeros cometen todos los d¨ªas delito de estupro en Cuba sin que se refleje en los medios de comunicaci¨®n. Y no me refiero s¨®lo a las pr¨¢cticas sexuales con menores de edad, sino tambi¨¦n a la obtenci¨®n de favores sexuales. desde posici¨®n de fuerza, a partir de la tenencia de unos pocos d¨®lares e incontables privilegios.Resulta ir¨®nico machacar siempre a las mulatas, cuando un Gobierno entero se prostituye para conservar el poder esgrimiendo la supuesta condici¨®n de ¨²ltimo basti¨®n antimperialista y clamando por inversiones norteamericanas.
Creo que la Cuba pos-Castro tendr¨¢ que asumir la tolerancia como principio insoslayable incluso con las prostitutas y prostitutos de toda clase, pero ruego coherencia a los simpatizantes del castrismo por v¨ªa genital. Si os atrac¨¢is de sexo barato en La Habana, no veng¨¢is luego a emborronar los peri¨®dicos y revistas con las desventuras del sufrido pueblo cubano por culpa del "feroz bloqueo".-
Carlos Cabrera.
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