Profetas del agujero de la capa de ozono
La Real Academia de Ciencias de Suecia ha otorgado este a?o el Premio Nobel de Qu¨ªmica a Paul Crutzen, Mario Molina y Sherwood Rowland. El acontecimiento es notable por ser la primera vez que ha sido premiado un trabajo sobre qu¨ªmica de la atm¨®sfera, y s¨®lo la segunda vez que se ha otorgado un Premio Nobel por descubrimientos en el campo de Ciencias de la Tierra. (E. V. Appleton recibi¨® el premio de F¨ªsica en 1947 por su descubrimiento de la ionosfera, la capa atmosf¨¦rica que refleja las ondas cortas de radio).Los tres laureados Nobel, se han distinguido por sus ' estudios sobre el ozono en la atm¨®sfera terrestre. Este gas se encuentra en 1 a estratosfera, entre 10 y 50 kil¨®metros de altura, y alcanza su m¨¢xima densidad entre los 15 y 20 kil¨®metros. Aunque ocurre en cantidades diminutas (menos de 10 mol¨¦culas por cada mill¨®n de mol¨¦culas de aire), es de enorme importanci¨¢, pues absorbe la radiaci¨®n ultravioleta nociva para todo organismo viviente. El ozono se produce a partir del ox¨ªgeno por medio de la radiaci¨®n solar en la estratosfera y se destruye. mediante una serie de reacciones qu¨ªmicas en las que toman parte compuestos de hidr¨®geno, nitr¨®geno y cloro. La mayor¨ªa de estos gases se deriva de fuentes naturales, con la. excepci¨®n del cloro. Se estima que hoy d¨ªa un 80% del cloroestratosf¨¦rico resulta de la producci¨®n de cloro-fluoro-carbonos (CFC), compuestos sint¨¦ticos que se utilizan principalmente en los sistemas de refrigeraci¨®n.
En 1974, Mario Molina y Sherwood Rowland presentan la tesis de que el cloro contenido. en los compuestos CFC se libera en la estratosfera, donde provoca la destrucci¨®n de la capa de ozono a alturas superiores a los 30 kil¨®metros. Sin embargo, en 1985, un grupo cient¨ªfico del British Survey de la Ant¨¢rtida, dirigido por Joseph Farman, descubre que el grosor de la capa de ozono hab¨ªa disminuido r¨¢pidamente a partir de 1979, y que la reducci¨®n ocurr¨ªa a alturas entre 10 y 20 kil¨®metros, en el mismo centro de la capa.
Al a?o siguiente se publican, en la prestigiosa revista Nature, dos trabajos que explican c¨®mo es posible liberar el cloro de los CFC en la estratosfera baja (o sea, entre los 10 y 20 kil¨®metros). Un trabajo es de un grupo de investigadores dirigido por Susan Solomon, y el otro, de Paul Crutzen y Frank Arnold. Observaciones hechas desde 1987 han confirmado con creces la tesis ex-
puesta en estos estudios. En 1987, otra pieza importante del rompecabezas la a?ade el grupo dirigido por Molina, que esclaree el sistema de reacciones qu¨ªmicas que destruyen el ozono en la estratosfera baja.
Una caracter¨ªstica que comparten los tres ganadores del Nobel es la habilidad de imaginar aquello en lo que nadie ha pensado antes. En la troposfera (la capa, de la atm¨®sfera entre la superficie y los 10 kil¨®metros) los compuestos CFC son inertes, o sea, no toman parte en reacciones quimicas. Esta propiedad es beneficiosa, ya que significa que los CFC son de poco peligro en los usos industriales. En una reciente entrevista, Molina ha declarado que su trabajo de 1974 con Rowland lo motiv¨® el pensar ad¨®nde ir¨ªan a parar los CFC, si en verdad eran inertes en la troposfera. La respuesta es simple, pero de gran importancia: las comentes atmosf¨¦ricas los llevan a la estratosfera, donde la radiaci¨®n solar los destruye y libera el cloro que contienen.
Hoy d¨ªa se sabe que el ozono ha disminuido no solamente sobre la Ant¨¢rtida, sino tambi¨¦n en las latitudes medias de ambos hemisferios. Aunque este adelgazamiento de la capa de ozono es mucho menor (entre un 5% y un 10%, comparado con el 50%-70% que se ha observado sobre la Ant¨¢rtida), quedan pocas dudas de que tambi¨¦n se debe al aumento del cloro liberado de los CFC. Estos avances de la qu¨ªmica atmosf¨¦rica han convencido a los gobiernos de la mayor¨ªa de los pa¨ªses industrializados a firmar el protocolo de Montreal, en el que se comprometen a reducir y, alrededor del a?o 2000, a eliminar la producci¨®n de CFC.
Aunque los acuerdos se cumplan, se estima que tendr¨¢n que pasar m¨¢s de 75 a?os antes de que la capa de ozono se recupere. Esto se debe a que la mayor¨ªa del cloro producido en los ¨²ltimos 40 a?os est¨¢ todav¨ªa encerrado en los CFC, los cuales son inertes -es decir, indestructibles- en la troposfera. El aire de la troposfera se mezcla con el de la estratosfera muy lentamente (menos del 10% cada a?o), lo cual retrasa el proceso de destrucci¨®n de los CFC. El problema de la destrucci¨®n de la capa de ozono es, por tanto, una herencia que los ciudadanos del siglo XX dejamos a futuras generaciones.
De gran importancia es el reconocimiento que confiere el m¨¢s prestigioso galard¨®n cient¨ªfico a la investigaci¨®n de los efectos de las actividades humanas sobre el medio ambiente.
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