Un paso pol¨ªtico
La decisi¨®n de ayer de Lamberto Dini de negociar la supervivencia de su Gobierno con los comunistas, la ¨²nica formaci¨®n de la izquierda que hasta ahora hab¨ªa sido hostil al ex ministro de Econom¨ªa de Silvio Berlusconi, representa un paso inequ¨ªvocamente pol¨ªtico, m¨¢s all¨¢ de la aprobaci¨®n de los presupuestos. Su primera consecuencia fue una notable recuperaci¨®n de la lira y un alza de la Bolsa de m¨¢s de dos puntos. Pero el futuro del primer ministro es cualquier cosa menos claro.Dini dijo ayer que, si se dieran las condiciones pol¨ªticas, se podr¨ªa ir a "un Gobierno de amplio apoyo", que incluyera representantes de partidos, para cubrir el semestre de la presidencia comunitaria. "Se ir¨ªa a la prueba electoral en un clima m¨¢s sereno", a?adi¨®.
Se puede prever, en cualquier caso, que Dini trate de crear un nuevo n¨²cleo de centro, con los ex democristianos hoy repartidos en dos bloques, los liberales y otros grupos menores, al que quiz¨¢s se incorporar¨ªa el ex fiscal Antonio Di Pietro. Una circunstancia para poner a prueba este proyecto ser¨¢ la aprobaci¨®n de los presupuestos.
La permanencia de Dini en el Gobierno cambia, por ello, el juego pol¨ªtico, seg¨²n reflej¨® ayer el l¨ªder de Alianza Nacional, Gianfranco Fini, cuando dijo que el centro derecha "deber¨¢ decidir ahora si se orienta hacia las elecciones o si cree en un Gobierno de amplia coalici¨®n". Fini se?al¨® ir¨®nicamente otra mutaci¨®n del panorama cuando afirm¨® que el ¨²nico censurado ayer hab¨ªa sido Romano Prodi, tambi¨¦n candidato del centro izquierda.
Berlusconi, por su parte, declar¨® que se sent¨ªa "como Blancanieves, pero en un mundo que no es de f¨¢bula" y a?adi¨® que no tem¨ªa que las elecciones pudieran coincidir eventualmente con su juicio por corrupci¨®n. "El proceso ser¨¢ un punto a mi favor", afirm¨®.
Pero pocos creen que sus socios est¨¦n dispuestos a llevar como candidato a primer ministro a un Berlusconi en pleno juicio, y menos a¨²n dudan de que el rechazo de la moci¨®n de ayer no sea un nuevo trago amargo para Berlusconi.
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