Un sospechoso del 'caso Lasa y Zabala' cobra una pensi¨®n oficial desde 1994

El ex sargento Enrique Dorado Villalobos, principal sospechoso del secuestro y asesinato de los presuntos etarras Jos¨¦ Antonio Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala, cobra una pensi¨®n por inutilidad psicof¨ªsica con car¨¢cter retroactivo desde el 1 de enero de 1994, pese a que ha sido expulsado de la Guardia Civil. El destino del sargento, uno de los hombres de confianza del general Enrique Rodr¨ªguez Galindo en el cuartel de Intxaurrondo, fue objeto de una sorda pugna entre los responsables del Ministerio de Justicia e Interior, que propusieron su expulsi¨®n del cuerpo, y los de la Guardia Civil, que apoyaron la concesi¨®n de la pensi¨®n.

El entonces ministro de Defensa, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, tom¨® una decisi¨®n salom¨®nica y, a finales de mayo pasado, firm¨® simult¨¢neamente los dos expedientes: el de separaci¨®n del servicio y el de inutilidad, concedi¨¦ndole una pensi¨®n con car¨¢cter retroactivo desde enero de 1994.El expediente por "p¨¦rdida de aptitudes psicof¨ªsicas" fue el primero en llegar al Ministerio de Defensa, procedente de la Direcci¨®n General de la Guardia Civil, a finales de 1993. Pese a que este tipo de expedientes se tramita habitualmente en seis meses, el de Dorado Villalobos, que alejaba padecer el s¨ªndrome del Norte por haber estado destinado en el Pa¨ªs Vasco, se prolong¨® m¨¢s all¨¢ de todos los plazos legales.

El pasado 24 de abril, cuando a¨²n no estaba resuelto, el Ministerio de Justicia e Interior remiti¨® al departamento de Defensa, del que depende la pol¨ªtica de personal de la Guardia Civil por su car¨¢cter militar, otro expediente proponiendo la expulsi¨®n del cuerpo del sargento, sin derecho a retribuci¨®n.

Esta propuesta se basaba en que Dorado Villalobos ha sido condenado tres veces: en 1989, por el robo a una tienda de Ir¨²n (Guipuzcoa); en 1992, por las torturas infringidas a Joaqu¨ªn Olano; y en 1994, por soborno a un responsable fiscal de la Guard¨ªa Civil, para que relajase la vigilancia durante la descarga de un alijo de tabaco de contrabando. Esta ¨²ltima sentencia es la ¨²nica derivada hasta ahora del llamado Informe Navajas, sobre presunta corrupci¨®n en el cuartel de Intxaurrondo.

El pasado 3 de marzo, el Consejo de Ministros indult¨® a dos guardias civiles condenados por el caso Olano [torturas a un ciudadano detenido por supuesta relaci¨®n con ETA], pero el titular de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, no propuso la medida de gracia para Dorado Villalobos. Pocas semanas despu¨¦s, se remiti¨® a Defensa su expediente de expulsi¨®n de la Guardia Civil.

A finales de mayo, en un ¨²nico acto administrativo, Garc¨ªa Vargas dio luz verde a los dos expedientes: el apoyado por la secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, y el avalado por el director general de la Guardia Civil, Ferr¨¢n Cardenal. De acuerdo con los informes jur¨ªdicos del ministerio, la pensi¨®n de inutilidad se concedi¨® a Dorado Villalobos con car¨¢cter retroactivo desde el 1 de enero de 1994, supuestamente la fecha del dictamen del tribunal militar que acredit¨® su inutilidad psicof¨ªsica.

Posible recurso

El expediente, que seg¨²n algunas fuentes presenta irregularidades, podr¨ªa ser recurrido ante los tribunales por v¨ªa contencioso administrativa. A principios de agosto, fuentes del Ministerio de Defensa aseguraban que se encontraba todav¨ªa en estudio la concesi¨®n de la pensi¨®n al ex sargento.La trayectoria de Dorado Villalobos es paralela a la del agente Felipe Bayo Leal, sospechoso tambi¨¦n de la muerte de Lasa y Zabala, quien fue expulsado de la Guardia Civil en 1987 y, no obstante, cobra una pensi¨®n por p¨¦rdida de aptitudes psicofisicas". Bayo, que formaba parte del grupo dirigido por su compa?ero, fue condenado igualmente por las torturas a Olano y por el robo a la tienda de Ir¨²n.

El contrabandista Luis Migueliz Txofo declar¨® en julio pasado al juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, instructor del sumario por el caso Lasa y Zabala, que Enrique Dorado Villalobos le hab¨ªa confesado su participacion en el secuestro y asesinato de los dos etarras.