De ilustrados a humildes
A Jos¨¦ Gabino Fern¨¢ndez Ortega le ha tocado gestionar durante 14 a?os la humildad de un club "de se?oritos". En los a?os sesenta, el Indautxu, instalado en Segunda, opon¨ªa al Athletic un pedigr¨ª que rozaba la rivalidad. Amparado por el colegio de los jesuitas, el Indautxu ten¨ªa un rango aristocr¨¢tico y una cantera ilustrada de futbolistas: G¨¢rate, Merodio, Jones, y muchos m¨¢s que recalaron en la ¨¦lite del f¨²tbol espa?ol.Hoy, el Indautxu pelea en la Primera Regional Preferente con un presupuesto de 9,5 millones de pesetas y entrena en el hist¨®rico Garellano, un solar del Ayuntamiento que ser¨¢ destinado a la estaci¨®n intermodal de autobuses o en su defecto al nuevo San Mam¨¦s.
Los tiempos cambian y lo que en su d¨ªa fue la etiqueta de la jet bilba¨ªna hoy aglutina la voluntad de 400 socios y un pu?ado de directivos que esperan que alguien les libere de las obligaciones cotidianas.
"Los clubes de la capital somos los que peor lo tenemos. Faltan instalaciones, las que existen son malas y la respuesta popular es escasa. En los pueblos sobreviven mejor, pero en la capital no hay futuro", afirma Fern¨¢ndez con resignaci¨®n.
En el campo de Garellano entrenan y juegan todos los equipos del Indautxu, el Basurto y el Acero. En total 10 equipos y casi 200 ni?os y j¨®venes. "El otro d¨ªa ten¨ªamos 80 jugadores entrenando en la mitad del campo. La otra mitad era para el Basurto en similares circunstancias".
Nadie acierta a explicar por qu¨¦ siguen asumiendo lo que consideran un sacrificio cotidiano. Quiz¨¢ el temor a la desaparici¨®n del club les obliga a seguir. Todo parece un contrasentido, como que al entrenador del Indautxu, Jos¨¦ Ambrosio Ruiz Sainz, todos le conozcan como Pepe Olivares.
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