Cinco muertos y 200 heridos al estallar la mayor f¨¢brica de municiones de Argentina
La explosi¨®n en cadena de la munici¨®n del mayor polvor¨ªn de Argentina, la F¨¢brica Militar de R¨ªo Tercero, con obuses de grueso calibre desbocados y haciendo impacto en edificios, coches o el asfalto, arras¨® manzanas enteras de esta peque?a ciudad argentina, caus¨® millonarias p¨¦rdidas, al menos cinco muertos (algunas fuentes hablan de nueve) y cerca de 200 heridos. Impedidos por la sucesi¨®n de estallidos y el bombardeo de esquirlas, los equipos de rescate no pudieron acceder ayer al interior del polvor¨ªn. La mayor¨ªa de los trabajadores evacu¨® el lugar evitando la muerte.
La primera detonaci¨®n, acompa?ada por un gigantesco hongo de humo negro y lenguas de fuego de cien metros de altura, se registr¨® poco despu¨¦s de las nueve de la ma?ana. "Nos cayeron encima los techos de hormig¨®n, los ventanales... los hierros rebotaban contra las paredes y alcanzaron a algunos compa?eros. Parec¨ªa la guerra", relat¨®, sollozando, un trabajador a salvo.La explosi¨®n ocurri¨® en la secci¨®n de llenado de granadas de mortero de una f¨¢brica que cuenta con una plantilla de aproximadamente 800 empleados distribuidos en tres turnos. Produce mensualmente 27.000 proyectiles para ca?ones sin retroceso, morteros y piezas de artiller¨ªa de hasta 150 mil¨ªmetros. Queda ubicada a 200 metros de las ¨²ltimas viviendas de la periferia de R¨ªo Tercero y a cuatro kil¨®metros de su centro urbano. Dos instalaciones petroqu¨ªmicas se levantan a 1.200 metros de la F¨¢brica Militar, cuyas condiciones de trabajo y medidas de seguridad quedaron bajo sospecha.
La segunda sacudida, "ca¨ªa de todo", recuerdan los vecinos, se sinti¨® como un terremoto siete minutos despu¨¦s de la primera. Los estampidos y la metrallla continuaron a continuaci¨®n de forma ininterrumpida y m¨¢s aislados al final del d¨ªa. Para. el jefe del Tercer Cuerpo de Ej¨¦rcito, M¨¢ximo Broba, conviene esperar 48 horas y comprobar el enfriamiento de los elementos afectados por las altas temperaturas antes de entrar en el arsenal destruido. La cat¨¢strofe moviliz¨® a todo el Gobierno: el presidente Carlos Menem, los ministros de Defensa, Interior, Salud y el jefe del Ej¨¦rcito viajaron a R¨ªo Tercero, habitada por 30.000 personas a 700 kil¨®metros al noroeste de Buenos Aires.
El titular de la cartera de Defensa, ?scar Camili¨®n, al igual que los t¨¦cnicos en explosivos, descart¨® la posibilidad de un atentado. Portavoces militares, sin confirmaci¨®n oficial, citaron como causa probable de la primera deflagraci¨®n la entrada en actividad de una granada al enganchar su espoleta un montacargas.
Paisaje desolador
Las calles de la ciudad argentina, desolada, quedaron cubiertas con toneladas de escombros, cientos de grandes proyectiles y carcasas incrustados en el asfalto o dentro de las viviendas. Vainas de diferente calibre aparec¨ªan humeantes, y grupos de soldados y polic¨ªas cargaban en camionetas obuses de un metro. Esquirlas como ladrillos atravesaron paredes. La onda expansiva resquebraj¨® viviendas, arranc¨® techos, calcin¨® veh¨ªculos y provoc¨® da?os materiales en diez kil¨®metros a la redonda. Durante las explosiones, en una de tantas angustiosas situaciones, un padre regres¨® a su casa y encontr¨® a su esposa y dos hijas debajo de la cama, con los bolsos en la mano. "Estamos vivas, gracias a Dios, aqu¨ª tengo a la Virgen que nos protegi¨®", gritaba la mujer.La F¨¢brica Militar reventada, que cuenta con otro polvor¨ªn subterr¨¢neo no alcanzado, ocupa una extensi¨®n de 450 hect¨¢reas. Fue abierta el 13 de febrero de 1936, cuando pr¨¢cticamente R¨ªo Tercero nac¨ªa. Entonces la f¨¢brica distaba unos cuatro kil¨®metros de sus extramuros. Tras distintas etapas en su proceso tecnol¨®gico, la f¨¢brica termin¨® adoptando, la estructura de un complejo mec¨¢nico-qu¨ªmico, con producci¨®n de materiales para piezas de artiller¨ªa, y repuestos y accesorios para la industria automotriz. La secci¨®n qu¨ªmica suministra ¨¢cido n¨ªtrico, sulf¨²rico, amon¨ªaco, anhidro y nitrato de amonio.
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