Cierto desasosiego
El director hispano-argentino Gustavo Tambascio dispone su discurso teatral en la ¨®pera Salorn¨¦ de Strauss alrededor del cabar¨¦ simbolista de finales de siglo. Wilde, Moreau y los personajes de la historia b¨ªblica se desenvuelven desafiando las convenciones del tiempo y llevando en su presencia la eternidad del Deseo y la Muerte.El concepto narrativo, la estructura dram¨¢tica y la simultaneidad de acciones acaban en su aglomeraci¨®n por ahogar el discurso musical. Se echa de menos una mayor unidad estil¨ªstica en el tratamiento pl¨¢stico y una capacidad de s¨ªntesis en el desarrollo. A Tambascio le obsesiona contar, situar, interrelacionar y dar claves, lo cual es en s¨ª muy meritorio, pero sus soluciones esc¨¦nicas e intelectuales adquieren un exceso de protagonismo.
Salom¨¦
De Strauss. Teatro Chaikosvski de Perm. Orquesta Sinf¨®nica de Madrid. Direcci¨®n musical: V. M¨¹nster.Direcci¨®n de escena: G. Tambascio. Producci¨®n del Festival de Oto?o. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 4 de noviembre.
El espect¨¢culo no acaba de cuajar en su lado comunicativo y es muy superior en escenas aisladas que en su dimensi¨®n global. La direcci¨®n de actores est¨¢ por debajo del retrato de los personajes. La sensaci¨®n de bazar, de cierto desasosiego, acaba por nublar la riqueza de ideas. Bien es verdad que ni la escenograf¨ªa -cutre, y muy pobre de est¨ªmulos-, ni la coreograf¨ªa -irrelevante-, ni la necesidad de los homenajes -Chereau, en la ¨²ltima escena- favorece la fluidez r¨ªtmica.
La Sinf¨®nica de Madrid, dirigida por Vadim M¨¹nster, realiz¨® una lectura agresiva, ¨¢spera, crispada, con un erotismo m¨¢s salvaje que voluptuoso. El elenco vocal pertenece al Teatro Chaikosvski de Perm (Rusia) con alg¨²n refuerzo como Herodes del Teatro Kirov de San Petersburgo o la propia Salom¨¦. Sus voces son naturales, impulsivas, primarias. Hubo instinto, pero sin exquisiteces. La melancol¨ªa, la fuerza, los acentos eslavos, son factores a su favor. Brillaron especialmente K. Pluzhnikov (Herodes) y V. Tiumentzev (Yokana¨¢n). En conjunto, los resultados art¨ªsticos se sit¨²an en un t¨¦rmino medio. Ni son tan excelentes como algunos comentaban a la salida del teatro, ni por supuesto tan disparatados y detestables como dec¨ªan otros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.