Dubl¨ªn intenta forzar una cumbre anglo-irlandesa sobre el Uster antes de la visita del presidente Clinton

La diplomacia irlandesa trabaja a ritmo acelerado para allanar el camino que conduzca finalmente a la celebraci¨®n de la aplazada cumbre anglo-irlandesa sobre el Ulster antes de que termine noviembre. La visita del presidente norteamericano, Bill Clinton, a ambos lados de la frontera irlandesa, prevista para finales de mes, se ha convertido en la raz¨®n esencial de tales esfuerzos.El primer ministro irland¨¦s, John Bruton, envi¨® a comienzos de semana una carta a su hom¨®logo brit¨¢nico, John Major, sugiriendo la posibilidad de que la reuni¨®n entre ambos mandatarios se celebrara dentro de dos semanas, a lo m¨¢s tardar. La carta, difundida ayer por la prensa irlandesa, es un testimoni¨® claro de lo urgente que es para Dubl¨ªn. la celebraci¨®n de tal encuentro al m¨¢s alto nivel.

Ayer, funcionarios irlandeses y brit¨¢nicos volvieron, a reunirse a puerta cerrada, en Londres para intentar limar las diferencias que imposibilitaron el encuentro entre John Bruton_ y John Major, a finales de septi¨¦mbre, cuando ya todo estaba previsto para la cumbre. Por su parte, John Hume y Gerry Adams, l¨ªderes respectivamente del Partido Socialdem¨®crata y Laborista y del Sinn Fein -partido pol¨ªtico que representa al Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA)- urgieron a Major para que inicie el di¨¢logo con todos los partidos pol¨ªticos del Ulster antes de finales de mes.

Irlanda y el Reino Unido ven con preocupaci¨®n aproximarse la fecha de la visita oficial de Clinton, sin que el proceso de paz en el Ulster haya superado el punto muerto en el que lleva sumido varios meses.

Cr¨ªticas del Sinn Fein

En este contexto de tensiones, en el que, seg¨²n Gerry Adams, no puede hablarse en puridad de un proceso de paz en marcha, es dudoso que Bill Clinton pueda encontrarse c¨®modo y que su visita te reporte ning¨²n dividendo pol¨ªtico en el ya pr¨®ximo proceso electoral estadounidense.

Las dos ¨²ltimas reuniones mantenidas desde la pasada semana por representantes de Londres y del Sinn Fein en Belfast se han saldado con estruendosos fracasos. El punto de fricci¨®n sigue siendo el decomiso de las armas del IRA, sin que la f¨®rmula sugerida por Dubl¨ªn de intentar una negociaci¨®n a dos bandas haya sido del agrado del partido republicano.

La idea era fijar una fecha concreta para el inicio de conversaciones con todos los partidos pol¨ªticos del Ulster, dejando en manos de una comisi¨®n internacional el espinoso asunto del desarme de los paramilitares. El Sinn Fein se ha negado a aceptar la intervenci¨®n de una comisi¨®n en tanto ¨¦sta no aborde el tema de las armas en Irlanda del Norte d¨¦ manera global, es decir, incluyendo las que est¨¢n tambi¨¦n en manos del Ej¨¦rcito brit¨¢nico. Londres considera este extremo inaceptable.