El presidente polaco dice que los ex comunistas "no se pueden reformar"

La euforia brillaba ayer por su ausencia en el cuartel general del presidente polaco, Lech Walesa, despu¨¦s de su primer mano a mano televisado con el aspirante a la presidencia Alexander Kwasniewski, jefe de filas de la socialdemocracia que domina el Parlamento de Varsovia. Walesa, al que se da como favorito en la decisiva segunda vuelta del pr¨®ximo domingo, insisti¨® en que lleva cinco a?os esperando que los ex comunistas le pidan perd¨®n por sus desmanes pasados y asegur¨® que a la izquierda que representan Kwasniewski y los suyos "no se la puede dejar ganar porque esa gente no se puede reformar".

Dentro de la grisura y el dogmatismo de la comparecencia, en que los dos candidatos contestaron preguntas hechas por una pareja de periodistas enemigos, el joven ex comunista Kwasniewski represent¨® mejor el rigor y la moderaci¨®n integradora, mientras que el actual presidente polaco se fue con frecuencia por los cerros de ?beda, ejerci¨® de disolvente y borde¨®, el insulto personal. El antiguo dirigente de Solidaridad lleg¨® a afirmar que "no se puede hablar de futuro si se ha pertenecido a una banda de delincuentes". Y cerr¨® su intervenci¨®n llamando irresponsable al jefe de la Uni¨®n de Izquierda Democr¨¢tica, partido mayoritario de la alianza ex comunista que tiene mayor¨ªa parlamentaria desde 1993.El encuentro televisado del domingo enfrent¨® durante m¨¢s de una hora a los dos candidatos, preguntados alternativamente por una pareja de periodistas seleccionados por los contrincantes. Los elegidos por Kwasniewski preguntaron a Walesa y viceversa. Esta suerte de entrevista a dos, a la que el estilo de uno de los informadores designados por Walesa dio a veces el tono de un auto de fe ("?qu¨¦ har¨ªa usted si los bolcheviques volvieran a invadir PoIonia, como en 1920?", pregunt¨® a Kwasniewski el ex director de Radio Europa Libre), fue moderada por el presidente de la televisi¨®n estatal, Wieslaw Walendziak, a quien la coalici¨®n gobernante intenta echar desde hace dos a?os por considerarlo demasiado derechista.

Algunos estudiosos juzgan decisivos para el voto del domingo los dos debates televisados entre Walesa, de 52 a?os, y Kwasniewski, de 40. La mayor¨ªa, sin embargo, se inclina por su irrelevancia, arguyendo que los polacos no se van a pronunciar el d¨ªa 19 por un modelo constitucional o un programa pol¨ªtico, sino por algo mucho m¨¢s vissceral e incontrolado, que tiene no poco que ver con su experiencia o,sus temores secretos. En la primera vuelta del 5 de noviembre, Kwasniewski obtuvo el 35% de los votos, tan s¨®lo dos puntos m¨¢s que el antiguo electricista de Solidaridad, que emerg¨ªa de las cenizas de los sondeos de opini¨®n.

Candidato de la Iglesia

Los expertos creen que el l¨ªder socialdem¨®crata casi ha tocado su techo, mientras que Walesa contar¨¢ con la reserva de votos aportada por el apoyo expreso del centro derecha m¨¢s los que le dejen otros muchos de los 11 candidatos apeados del proceso electoral tras la primera ronda. El presidente es tambi¨¦n el candidato firme de la Iglesia, que pretende oficialmente ser neutral. "Voy a votar por Lech Walesa porque garantiza la libertad de culto y de fe... y no queremos despertar el lunes como ciudadanos de segunda en una Polonia donde, la fe cat¨®lica sea motivo de bromas de mal gusto" declar¨® el domingo el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, obispo Tadeusz Pieronek.Los dos aspirantes a la presidencia polaca, que sostendr¨¢n ma?ana su segundo y ¨²ltimo enfrentamiento ante las c¨¢maras, han acabado ech¨¢ndose mano a la cartera como ¨²ltimo argumento electoral de su honradez. Atacado primero por este flanco Kwasniewski present¨® ayer ante los periodistas una declaraci¨®n del patrimonio y los ingresos de ¨¦l y su mujer durante los ¨²ltimos a?os, que ha enviado al Parlamento. En un estudiado gesto teatral, Kwasniewski autoriz¨® al Parlamento a hacer p¨²blica su situaci¨®n econ¨®mica y sus cuentas con Hacienda desde el a?o 92 si el jefe del Estado polaco hace lo propio.

Las mayores discrepancias entre los contrincantes se produjeron en torno a la futura Constituci¨®n, que Walesa quiere de corte presidencialista y cristiano y Kwasniewski con poderes limitados y sin privilegios para ninguna confesi¨®n.