Un arzobispo acusado de mafioso enturbia la visita del Papa a Palermo

Leoluca Orlando, alcalde de Palermo, se fue ayer con cajas destempladas del aeropuerto de Punta Raisi, donde esperaba la llegada de Juan Pablo II, al advertir que en la comisi¨®n que recibi¨® al Papa se encontraba tambi¨¦n Salvatore Cassisa, arzobispo de Monreale, indagado por asociaci¨®n mafiosa y estafa a la Uni¨®n Europea. Diversas voces hab¨ªan sugerido una dimisi¨®n, o al menos ausencia t¨¢ctica, de este obispo en v¨ªsperas de la visita papal, para evitar tensiones. Pero Cassisa acudi¨® ayer a Punta Raisi, que pertenece a su di¨®cesis."Es pr¨¢ctica normal que el ordinario del lugar donde se encuentra el aeropuerto venga a recibir al Santo Padre", dijo ayer un portavoz del Vaticano,

Desde hace dos a?os, Cassisa est¨¢ bajo investigaci¨®n porque las obras de restauraci¨®n de la catedral de Monreale fueron financiadas por presuntos mafiosos y por haber exagerado las dimensiones de su peque?o huerto de olivos para obtener financiaci¨®n comunitaria. Adem¨¢s, por circunstancias a¨²n no aclaradas, el jefe Leoluca Bagarella, cu?ado de Salvatore Tot¨® Riina, utiliz¨® cuando era fugitivo un tel¨¦fono celular del arzobispado de Monreale. Todo ello era m¨¢s que suficiente para llevar, a primer plano la personalidad de este prelado, en el contexto de la breve visita que el Papa realiz¨® ayer a Palermo para intervenir en la asamblea anual de la Iglesia italiana.

Con respecto a la llamada cuesti¨®n meridional"; eufemismo al uso para referirse a la delincuencia organizada, " no puedo sino repetir el grito que me sali¨® del coraz¨®n a Agrigento, en el Valle de los Templos: No matar. Ning¨²n hombre, ninguna asociaci¨®n humana, ninguna mafia puede cambiar y pisotear el derecho a la vida", dijo ayer el Papa. Su grito de Agrigento quebr¨® de cuajo, hace dos a?os, la tradicional tibieza que la Iglesia demostr¨® durante d¨¦cadas ante el fen¨®meno mafioso.

Por otra parte, Juan Pablo II constat¨® que en la actual crisis italiana, consecuencia de la lucha contra la corrupci¨®n, "no faltan aspectos positivos", como es "la necesidad de dejar atr¨¢s ciertos fen¨®menos inveterados de inmoralidad pol¨ªtica y social". En el ¨¢mbito de la disoluci¨®n de la Democracia Cristiana, el Papa dijo que los cat¨®licos, aunque hoy militen en distintos partidos, deben cooperar por "el respeto de la vida humana, la familia, la libertad de escuela"., Italia, a?adi¨®, es hoy presa de "un sentimiento religioso vago y poco comprometido, e incluso de varias formas de agnosticismo y ate¨ªsmo".