M¨¢s de mil segovianos van diariamente a clase a Madrid y 650 madrile?os a Segovia
Son las seis de la ma?ana en Segovia y todav¨ªa un grupo de amigos intenta convencer al camarero de un disco-bar de Las Rocas, la zona de moda, ubica dajunto al acueducto. ' para que les sirvan la "¨²ltima" copa, mientras que a la misma hora se desperezan y salen de entre las s¨¢banas, centenares de estudiantes que deben tomar un autob¨²s para llegar a sus respectivas facultades de Madrid. A la inversa, en la capital de Espa?a, cuando a¨²n no han terminado su trabajo las maquinas barredoras, en la calle esperan a los autocares otros 650 universitarios, para viajar hasta el colegio Domingo de Soto, de Segovia.-Todav¨ªa se encontrar¨¢n por la calle a los pies del monumento romano los que vienen de copas y los que van a clase, cruz¨¢ndose la mirada sin saber muy bien si quieren seguir en su papel o cambi¨¢rselo al contrario. El caso es que los que van a clase, est¨¢n sentados en el autob¨²s a las 6.15 horas, alguno coloc¨¢ndose bajo la nuca una almohada hinchable que les permitir¨¢ prolongar el sue?o durante los 75 minutos que dura el trayecto hasta Madrid.
Cuando los encargados de los autobuses han comprobado que est¨¢n todos los que son comienza un traj¨ªn de autocares por las calles segovianas en direcci¨®n a San Rafael, inmediatamente- se apaga la luz y se produce un silencio sepulcral, para no provocar el insomnio : "Aqu¨ª, no hablar alto 1 es casi una regla", comenta una joven estudiante de Filosof¨ªa mientras que se acomoda en el asiento y se arropa con la cazadora.
Pasado el t¨²nel del Guadarrama, en la vertiente sur de la sierra, los Primeros *rayos del sol se confunden todav¨ªa con las luces de los municipios madrile?os. Amanece en Madrid, a mitad del trayecto, que se hace m¨¢s lento cerca de Las Rozas, cuando comienzan los atascos a la entrada por la carretera de La Coru?a, aunque gracias al carril bus-vao se salvan algunas retenciones.
Frenazo y fin del sue?o
Por los frenazos, los universitarios ya saben que se les acaba definitivamente su tiempo de sue?o, vuelven a desperezarse, ahora cerca de La Moncloa, minutos antes de recibir su primera clase. El viaje ha terminado. La vuelta, aunque de d¨ªa, tambi¨¦n se aprovecha para el sue?o.La asociaci¨®n Horizonte Cultural se encarga de coordinar a diario el viaje de 500 segovianos a diversas facultades de Madrid, capital que tiene una gran oferta universitaria, y de 650 madrile?os que se desplazan a Segovia. Para el gerente de esta organizaci¨®n, Tom¨¢s Ortiz, "vivir en pisos o residencias estudiantiles est¨¢ limitado para muchas familias de Segovia y, en definitiva, una hora y cuarto de viaje tampoco es muy inc¨®modo y, si vas dormido, menos".
En el caso de los estudiantes de Madrid, seg¨²n reconocen miembros de esta asociaci¨®n, generalmente se trata de personas que no aprobaron la selectividad en julio y en septiembre sacaron una nota baja que en *Segovia les permite matricularse en Derecho, Empresariales, Publicidad o Inform¨¢tica y que en la capital madrile?a s¨®lo les hubiera dado acceso a carreras minoritarias como la Filolofia.
El curso. pasado, Horizonte Cultural se gast¨® en este serv¨ª e lo -que a cada usuario le cuesta 11.700, pesetas al mes- un total de 185 millones de pe setas, mientras que diariamente, a partir de las 6.15 horas, se mueven entre Segovia y Madrid y viceversa cerca de 40 autocares, algunos de dos pisos, lleg¨¢ndose a doblar servicios. Todo tiene que estar controlado, al m¨¢ximo, de acuerdo con Sergio Arribas, estudiante de periodismo, porque el hecho de que un autob¨²s no vaya lleno y haya que hacer m¨¢s servicios supone un elevado gasto adicional al a?o. Por eso, el encargado de los autobuses, con los que est¨¢ conectado a trav¨¦s de una emisora de radio, les va dando salida todas las ma?anas, como si fuera el controlador de un aeropuerto, y habla pon el responsable de cada autocar, que cobra 5.000 pesetas al mes por este servicio, a cambio de la obligaci¨®n de elaborar a diario un parte de incidencias.
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