JR, a lo hecho, pecho
Carlos Granados, prudente, hizo lo que deb¨ªa: proponer a la Junta de Fiscales enviar a la Audiencia Nacional "tambi¨¦n" las diligencias sobre presuntas amenazas al rey Juan Carlos en lugar de proceder a su archivo liso y llano, como pudo haber sido el deseo de algunas partes implicadas en el hecho. El Rey estaba por la labor de que la justicia investigue y en contra de que el asunto se cerrara en falso. En otros t¨¦rminos, aqu¨¦llos que han amenazado no gozar¨¢n de impunidad. Es el caso, sobre todo, de Javier de la Rosa.La existencia de dos denuncias en la Audiencia Nacional facilit¨® las cosas. En cualquier caso, el juzgado que finalmente resulte competente -n¨²mero 1 de Carlos Bueren o el 3 de Miguel Moreiras- hubiera solicitado esas diligencias a la fiscal¨ªa. Pero la decisi¨®n adoptada ayer subraya que el ministerio fiscal debe desempe?ar un papel activo en las nuevas diligencias. Por tanto, es bastante m¨¢s que el env¨ªo de papeles. Si el sentido general, pues, del acuerdo adoptado en unanimidad por la junta, supone un comportamiento profesional y pol¨ªtico de transparencia, el af¨¢n de trocear las diligencias no aparece como razonable. La fiscal¨ªa ha decidido que dos de los asuntos que aparecieron en las diligencias de investigaci¨®n sean enviados directamente al juzgado n¨²mero 3 de la Audiencia Nacional para ser incorporados a las diligencias de Moreiras sobre la querella del Grupo Torras, propiedad de Kuwait Investment Office (KIO), contra De la Rosa y sus colaboradores.
Esos asuntos son los 12.000 millones de pesetas enviados a dos cuentas de Manuel Prado en Suiza y las cartas, falsas, atribuidas a Prado en las que se justificaba ante el ministro de Finanzas de Kuwait, Ali Khalifa Al Sabah, el apoyo financiero recibido en Espa?a (en las cartas ap¨®crifas se hablaba de 439 millones de d¨®lares, es decir, casi 50.000 millones del a?o 1990). Esas cartas -dos- usaban el emblema de la Casa del Rey.
En la medida en que ambos han sido instrumentos en la operaci¨®n de, presunta amenaza al Rey, lo m¨¢s l¨®gico hubiera sido que, junto con los otros tenias, se hubiese enviado al decanato de la Audiencia Nacional todo el paquete, para que el juez del caso tras deducir testimonio, decidiera el troceo con mayores fundamentos.
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