Hallado un nuevo g¨¦nero de hormigas fosilizadas en ¨¢mbar
Los entom¨®logos las describen con mand¨ªbula muy primitiva y ¨®rganos muy modernos
"Es ella", anot¨® Jorge Wagensberg, director del Museo de la Ciencia de Barcelona, en una nota remitida a los entom¨®logos Carlos Roberto Brandao y Cesare Baroni Urbani, de las universidades de S?o Paulo y Basilea. Wagensberg pens¨® que las hormigas f¨®siles contenidas en una diminuta piedra de ¨¢mbar, adquirida en la Rep¨²blica Dominicana, pertenec¨ªan al g¨¦nero Leptomirmex, pero se equivocaba. Los entom¨®logos, dos de los m¨¢s prestigiosos del mundo, han llegado a la conclusi¨®n de que est¨¢n ante un g¨¦nero nuevo.
Los entom¨®logos se percataron r¨¢pidamente de que lo que hab¨ªa en esta piedra de ¨¢mbar no se correspond¨ªa con la leptomirmex, un curioso grupo localizado hasta entonces tan s¨®lo en Australia, como pensaba Wagensberg, ni con lo que se hab¨ªa, descrito hasta, la fecha. En tan s¨®lo una semana han llegado a la conclusi¨®n de que, muy probablemente, est¨¢n ante un g¨¦nero nuevo."Estas hormigas", explica Roberto Brandao, "presentan una mezcla de caracteres que las distinguen del resto de g¨¦neros que hay descritos (13 hasta este momento)". Una mand¨ªbula muy primitiva junto con ¨®rganos "muy modernos", adem¨¢s de ciertas especificidades, como el peciolo que une el t¨®rax con el abdomen, definen al nuevo grupo.
El g¨¦nero va a llamarse, muy probablemente, Tainomirmex caritatis, en honor de Jorge Caridad, el propietario de la mina de la Rep¨²blica Dominicana donde e hall¨® la piedra.
La peque?a pieza de ¨¢mbar -apenas alcanza los ocho cent¨ªmetros- contiene alrededor de 100 individuos del mismo g¨¦nero en diversos estadios de desarrollo. En la misma pueden observarse 35 obreras, 26 larvas, 16 pupas (hormigas inmaduras) y 20 huevos. Tal cantidad de ejemplares no es frecuente en piedras de este tiempo, lo cual le confiere una excepc¨ªonalidad a¨²n mayor.
Para Baroni Urbani, el hecho de que adem¨¢s se encuentren todas en el mismo plano, viene a corroborar que se trata de un fragmento de una colonia de hormigas en la que "tambi¨¦n se observa un comportamiento f¨®sil", al tiempo que, explica Wagensberg, permite "describir la Pompeya particular" que vivieron estos ejemplares.
Muy probablemente, lo que ocurri¨® es que una primera gota de resina cay¨® cerca del nido, o en el nido mismo, situado en las ra¨ªces de una Hymenaea courbaril, una leguminosa que segrega grandes cantidades de resina. Fue entonces, hace unos 40 millones de a?os, explica Baroni Urbani, "cuando se desat¨® la alarma", hecho que se observa por la especial disposici¨®n de dos hormigas obreras con el abdomen levantado 90 grados sobre su cuerpo. En tal postura, este tipo de hormigas expele una sustancia que alerta del peligro. "Una segunda gota", dice Brandao, "Ias atrap¨® mientras los adultos cargaban con los inmaduros, las larvas, las pupas y los huevos". En un primer an¨¢lisis de la orientaci¨®n de las hormigas, Wagensberg advierte la presencia de al menos dos l¨ªneas muy marcadas que se cruzan perpendicularmente, lo cual sugiere "que hab¨ªa dos salidas o dos caminos hacia la salida".
El an¨¢lisis num¨¦rico de los caracteres diferenciales del nuevo g¨¦nero, se publicar¨¢n en la revista Psyche, junto con los resultados de otros muchos interrogantes que ahora se plantean los expertos. Es el caso de los tres ejemplares f¨®siles hallados del Chephalotes parvus, cuyos ejemplares actuales son m¨¢s primitivos que los fosilizados: "?C¨®mo es posible que una especie m¨¢s evolucionada se extinguiera y se mantuviera otra m¨¢s primitiva?", se preguntan.
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