Un error agria la fiesta

Despu¨¦s de la exhibici¨®n del primer equipo ante el Barcelona, la familia rojiblanca estaba preparada para la fiesta, pero le sobr¨® un minuto. Un error infantil en el minuto 90 agri¨® la fiesta rojiblanca. El equipo gallego aprovech¨® un error infantil del guardameta local Felipe, que atrap¨® con la mano una clara cesi¨®n de un compa?ero. El libre indirecto lo transform¨® Adolfo en el empate a dos.M¨¢s all¨¢ del empate, el Orense no mostr¨® ning¨²n argumento ofensivo. Por el contrario, ense?¨® un f¨²tbol muy limitado, m¨¢s pendiente de la especulaci¨®n y del pelotazo que de otra cosa. El Orense sac¨® petr¨®leo de un error infantiI, del guardameta local Felipe.

Gracias al fallo del portero rojiblanco, la gente tuvo algo de qu¨¦ hablar en su regreso a, casa, porque hasta ese momento el partido fue un engorroso tr¨¢mite. El Orense vino a Madrid con el miedo metido en el cuerpo temeroso del escenario y del cr¨¦dito que el conjunto rojiblanco hab¨ªa ganado en los ¨²ltimos partidos. Enganchado a la f¨®rmula del pelotazo, el equipo visitante mostr¨® su lado m¨¢s oscuro alertado ante cualquier asomo de vistosidad. Debajo de este f¨²tbol cavern¨ªcola, el Orense guarda algunas de sus mejores cualidades: se trata de un equipo muy rocoso, con jugadores m¨¢s atletas que futbolistas, a los que el hacer kil¨®metros no les supone ning¨²n trauma.

M¨¢s bien al contrario, se trata de chicos que tan s¨®lo pueden aportar m¨²sculo y, sabedores de ello, no se andan con lucimientos t¨¦cnicos. Saltan al campo a cumplir una labor que, tal y como est¨¢ el nivel de Segunda B, siempre suele ser productiva. Ayer, el Atl¨¦tico de Madrid estuvo a punto de destronar con su victoria el juego mezquino del Orense, pero el error de Felipe frustr¨® todas sus intenciones. El equipo local mostr¨® un mayor apego por la pelota, pero tampoco se trata de un grupo convincente. Es cierto que tienen buenas ideas, pero todav¨ªa no es un bloque compacto.