Halffter por Halffter

Acostumbra la Fundaci¨®n Jacinto e Inocencio Guerrero a dedicar un concierto monogr¨¢fico al autor que cada a?o obtiene su premio de composici¨®n, el c¨¦lebre cuponazo musical, dotado con 12 millones de pesetas. Crist¨®bal Halffter, galardonado en 1994, ha tenido anteayer su programa especial encomendado a la Orquesta Sinf¨®nica, muy bien dirigida por Pedro Halffter-Caro, la ¨²ltima figura, por ahora, de una saga musical venida a Espa?a desde Alemania para enlazar con familias tambi¨¦n musicales.Hay que anotar que entre el p¨²blico se encontraba gran n¨²mero de profesionales de la composici¨®n y la intepretaci¨®n, as¨ª como otras muchas personalidades de las artes y la cultura, lo que, por distintas causas, se produce s¨®lo de tarde en tarde.

Proyectaron los Halffter, padre e hijo, un monogr¨¢fico representativo y muy atractivo que nos llev¨® desde el Concertino para cuerda, de 1956, hasta la Daliniana, de 1994, pasando por la Fantas¨ªa sobre una sonoridad de Haendel, escrita en 1981 a petici¨®n de la ciudad Karlsruhe.

El imperio de Bartok

A pesar de las referencias a otro autor en la Fantas¨ªa o de las sugerencias pict¨®ricas y hasta geogr¨¢ficas que movieron el ¨¢nimo del compositor en Daliniana, estamos ante tres partituras de m¨²sica objetiva. Como es l¨®gico, en el concierto se acusa cierta presi¨®n de circunstancias: el imperio de Bartok. Lo que no obsta para escuchar en el tiempo central m¨²sica sustantivamente halffteriana que en el final idealiza el aire del pasodoble quiz¨¢ en un sutil¨ªsimo recuerdo de Halffter a su maestro Conrado del Campo. La idea de la Fantas¨ªa, al tomar de Haendel una mera sonoridad del Concierto n¨²mero 4, opus 7, para ¨®rgano, es tan bella como la realizaci¨®n de una partitura excelentemente trabada, personal en el lenguaje y el impulso interior, y que s¨®lo al final casi grita el homenaje al autor de El Mes¨ªas con su propia m¨²sica.Daliniana se incorpora a la importante lista de obras half fterianas ligadas a la pintura. Los relojes blandos, El sue?o o El nacimiento de la angustia l¨ªquida se reflejan en el espejo le jano de Crist¨®bal Halffter, que devuelve formas y expresiones musicales por im¨¢genes de color, aunque en las formas del estupendo trabajo t¨ªmbrico es tablezca el paralelo con las tonalidades pict¨®ricas e incluso con las del paisaje sereno de Cadaqu¨¦s.

No muchas veces puede darse la interpretaci¨®n de obras que se han vivido desde la infancia y durante los mismos procesos creadores.

Es el caso de Pedro Halffter-Caro, quien, seg¨²n avanza notablemente en el dominio de su oficio, consigue explicar con m¨¢s honda autenticidad los secretos y evidencias del arte de su padre. Respondieron los profesores de la Sinf¨®nica con presteza y entusiasmo y disfrutamos de una tarde musical ce?ida a un nombre en tres jalones de nuestro tiempo. Los aplausos fueron muy largos para autor, director y orquesta.