La rumba nipona de Getafe
El grupo M¨¢s Pescao logra editar su primer disco tras triunfar en el Certamen Internacional de Tokio
, Jos¨¦ Antonio, Ant¨®n, Jos¨¦ y Manolo, getafenses de Madrid toda la vida, sintieron el c¨¢lido abrazo del ¨¦xito a 10.000 kil¨®metros de sus casas. Ellos, que llevan tocando juntos "siglos y siglos", s¨®lo conoc¨ªan la frustraci¨®n del que trabaja y no ve un chavo, de ganar concursos y quedarse a las puertas del estudio de grabaci¨®n. Pero su suerte cambi¨® bruscamente de signo el a?o pasado con el certamen Music Quest para grupos noveles, celebrado en Tokio: contra todo pron¨®stico, los M¨¢s Pescao se hicieron con la medalla de oro.
"Como los ol¨ªmpicos", bromean los m¨²sicos, sin hacer grandes esfuerzos para ocultar su satisfacci¨®n. Nunca unos tipos de Getafe (144.600 habitantes) hab¨ªan saboreado las mieles de la fama en tan ex¨®ticas latitudes.
Desde entonces las cosas han rodado de manera bastante m¨¢s satisfactoria. M¨¢s pescao, primer y hom¨®nimo disco de la banda, acaba de salir a la calle, editado por Nuevos Medios. La Sociedad General de Autores les pag¨® la grabaci¨®n, Jes¨²s Pardo -hermano del m¨²sico de jazz Jorge Pardo, habit¨²al acompa?ante de Paco de Luc¨ªa- la produjo y el mism¨ªsimo Jorge toc¨® el saxo y la flauta en un par de temas. Jos¨¦ S¨¢nchez, Peli, flautista de la banda, crey¨® estar so?ando. "Cuando vi a Jorge entrar en el estudio pens¨¦: ya est¨¢, ya hemos cumplido", confiesa.
V¨ªa sat¨¦lite
La experiencia nipona, con retransmisi¨®n v¨ªa sat¨¦lite incluida, es un elemento recurrente en la conversaci¨®n con el grupo. "Es que alucinamos como enanos", se disculpa Manuel Herrera, el bajista. "Tokio nos pareci¨® una ciudad bestial. Los japoneses son un poco marcianos, pero psicod¨¦licos. Y tienen un gran sentido del humor". ?Ah, s¨ª?, ?y c¨®mo lo saben? "No, todo era a base de body language", tercia Peli. "No creo que nos entendiesen gran cosa, la verdad, pero se re¨ªan un mont¨®n".Mujer de fuego, una rumbita sabrosona y razonablemente pegadiza, fue la pieza que sedujo al jurado, el mismo que un par de a?os antes premiara el Voyer¨¦ de Raimundo Amador. Grupos de 17 pa¨ªses, desde Australia hasta M¨¦xico o Singapur, sucumbieron ante los encantos. de estos inusitados embajadores del acervo musical patrio.
Ahora, dicen, hasta el Ayuntamiento de su ciudad pretende apuntarse alg¨²n tanto a su costa. "Pero la pura realidad es que nos deben 200 papeles de un par de conciertos", revela el cantante, Jos¨¦ Antonio Nieto, Oso. "Ya nos la jugaron cuando ganamos hace tres a?os el concurso de bandas locales y luego no ten¨ªan dinero para grabarnos el disco". "S¨ª, la relaci¨®n es p¨¦sima", refrenda Herrera.
Tras la aventura en el pa¨ªs del Sol Naciente, se han incorporado a M¨¢s Pescao el guitarrista brasile?o David Tabar¨¦s y el argentino Nicol¨¢s Roca a las percusiones. Los seis -el n¨²cleo getafense y los refuerzos for¨¢neos- han logrado un sonido c¨¢lido que a veces recuerda a Kiko Veneno y otras a 21 Japonesas -naturalmente- o Juan Luis Guerra. Pop latino lo llaman ellos.
Y todo salpicado con unas letras que van de lo burl¨®n (como esa canci¨®n de amor entre ovejitas que proclama: "Ni por todo el oro cambiar¨ªa tus carnes / ni tu lana, ni tus ojos, ni tu forma de balarme") a lo decididamente t¨®rrido. A Mordisquito ("voy a comerte a mordisquitos tu boquita de pi?¨®n, / voy a jugar con mi dedito bajo tu sujetador") sin duda le habr¨ªan colgado en Estados Unidos uno de esos "avisos a los padres" que tanto reconfortan a las mentes m¨¢s castas y pudorosas.
Ahora s¨®lo falta por conocer el dictamen de la afici¨®n nacional. A M¨¢s Pescao les han prometido que habr¨¢ un segundo disco si superan las 5.000 copias, y Tabar¨¦s cree tener la soluci¨®n: "Todo consiste en echarnos un n¨²mero parecido de novias". En sus manos queda, pues, lo de tener todo el pescado vendido. Nunca mejor dicho.
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