La Europa del euro, una fortaleza abierta
El avance hacia la moneda ¨²nica y la apertura al Este y al Sur han sido las claves del semestre espa?ol
Cuando Espa?a tom¨® el tim¨®n de la presidencia de la UE el, pasado 1 de julio, la nave europea ten¨ªa evanescente el rumbo. El semestre alem¨¢n -segundo de 1994- hab¨ªa consagrado la victoria parcial del ampliacionismo sobre el integracionismo. El canciller Helmut Kohl logr¨® definir la estrategia de preadhesi¨®n de los pa¨ªses del Este europeo e invitarles a la cumbre de Essen. Un s¨ªmbolo.Nac¨ªa el mapa de la Europa del siglo XXI, aunque sin fechas, ni siquiera indicativas: el reencuentro de un continente sobre la t¨¦cnica armonizadora de la Europa occidental. La integraci¨®n de los neutrales Austria Finlandia y Suecia constitu¨ªa hace ahora un a?o, el heraldo de ese futuro.
La siguiente presidencia, la francesa, apenas se apunt¨® otros tantos que el rodaje de esa ampliaci¨®n y el reparto de los fondos para la acci¨®n exterior comunitaria hasta 1999, 70 ecus para el Mediterr¨¢neo por cada 100 dedicados al Este, lo que reequilibraba la anterior relaci¨®n de 5 a 1. Ese logro, aunque labrado por Helmut Kohl y Felipe Gonz¨¢lez en la cumbre, de Cannes, a final de junio, la salv¨® del vac¨ªo.
Tan escasos ¨¦xitos contrastaban con los zar¨¢ndeos a qu¨¦ se ve¨ªan sometidos los Quince. La credibilidad del proceso de uni¨®n monetaria estaba menoscabada por las tormentas monetarias y la primera cita prevista para el inicio de la tercera fase de la implantaci¨®n de la moneda ¨²nica, el 1 de enero de 1997, qued¨® relegada a dos a?os despu¨¦s.
Todas las ambiciones
La imposibilidad de acabar con la guerra de Bosnia revelaba las limitaciones exteriores de la Uni¨®n, sacudida adem¨¢s por el debate de su dise?o futuro, entre las propuestas de n¨²cleos duros, c¨ªrculos conc¨¦ntricos, distintas velocidades, Europas a la carta... que aderezaban las posiciones sobre la reforma del Tratado de Maastricht. Con este adverso panorama, agravado por la crisis interna del pa¨ªs que pasaba a presidir la UE -las dos predecesoras hab¨ªan quedado interrumpidas por procesos electorales-, Espa?a dise?¨® una presidencia ambiciosa. Tocar¨ªa todas las teclas.
Cuatro fueron las principales. Dos de Europa hacia adentro o de Europa-fortaleza: el escenario de la tercera fase de la uni¨®n monetaria, aclarando su agenda y su ritmo, y la preparaci¨®n, por un, Grupo de Reflexi¨®n, de la Conferencia Intergubernamental (CIG) que reformar¨¢ el Tratado de Maastricht al objeto de adaptar las instituciones comunitarias pensadas para 6 socios a una Europa de casi 30. Y otras dos de Europa hacia afuera o Europa abierta: la fijaci¨®n de un calendario indicativo para la ampliaci¨®n al Este; y las nuevas estrategias hacia el Sur, complementadas por la -aportaci¨®n casi imprevista- renovaci¨®n de la relaci¨®n con el Norte, Estados Unidos. Las cuatro dieron resultado. Por eso el semestre ha sido celebrado.
Pero el ¨¦xito no estaba descontado desde el principio. Justo en v¨ªsperas de la cumbre de reflexi¨®n de Formentor, el ministro alem¨¢n de Finanzas, Theo Waigel, lanzaba una bomba de espoleta retardada: exclu¨ªa que la .fundadora Italia se integrase en el pelot¨®n de cabeza de la moneda ¨²nica y lanzaba el falso deba te sobre qu¨¦ era m¨¢s importante en el proceso de la moneda ¨²nica, si las condiciones o los calen darios. La lira volvi¨® a temblar.Mientras, la Comisi¨®n en Bruselas y el Instituto Monetario (IME) en Francfort discrepaban sobre, aspectos t¨¦cnicos -aunque de calado pol¨ªtico- del pase a la tercera fase. Surg¨ªan, aqu¨ª y all¨¢, voces en favor de retrasar a¨²n m¨¢s el proyecto. En el consejo de ministros de Econom¨ªa informal, en Valencia, Pedro Solbes logr¨® conjurar ese peligro, que hubiera roto la confianza de los mercados en el proyecto. Se ratific¨® la fecha de inicio de la moneda ¨²nica (1 de enero de 1999), la agenda para la criba o selecci¨®n de los pa¨ªses aptos para incorporarse (cuando haya datos fiables sobre el ejercicio de 1997), los escalones del periodo, intermedio de implantaci¨®n y el plazo de sustituci¨®n de las monedas nacionales por la europea en los bolsillos de los ciudadanos, que empezar¨ªa el 1 de enero del 2002 y acabar¨ªa seis meses despu¨¦s. Pero logr¨® tambi¨¦n el apoyo del poderoso Ecofin al verdadero objetivo de la provocaci¨®n inicial de Waigel: perpetuar la pol¨ªtica de disciplina presupuestaria, el Pacto de Estabilidad.
El Consejo Europeo de Madrid resolvi¨® los flecos que quedaban pendientes, dio rango pol¨ªtico al acuerdo sobre todo el calendario de tr¨¢nsito y, en especial, logr¨® el acuerdo de los Quince para bautizar como euro al antiguo ecu. Jacques Chirac y John Major, los disidentes, torcieron sus brazos ante la persuasi¨®n alemana y por no hacerle un feo al anfitri¨®n Gonz¨¢lez, tras los cuidados que ¨¦ste hab¨ªa deparado a todos en su gira de capitales y en el manejo de la pol¨¦mcai sobre las pruebas nucleares francesas en el Pac¨ªfico, que enfrent¨® a Par¨ªs con la mayor¨ªa de sus socios. Naci¨® el euro. Su bautizo -el consenso que eso supon¨ªa- ya habr¨ªa justificado el semestre.
Pero hubo mucho m¨¢s. La credibilidad interna del proceso de construcci¨®n europea queda afianzada tambi¨¦n con la aprobaci¨®n del Informe Westendorp. El delicado ejercicio de equilibrista realizado por el Grupo
Reflexi¨®n mostraba suficientemente los acuerdos y los de acuerdos de los socios. El temario de la CIG que debe reformar el Tratado de Maastricht quedaba bastante acotado: reformas institucionales, prioridad al empleo y a las cuestiones de liberta y seguridad ciudadana, necesidad de un avance en la pol¨ªtica exterior com¨²n... La CIG se pod¨ªa convocar para el 29 de marzo de 1996, en la pretensi¨®n com¨ª de que acabe a finales de 1997.
Estas fechas son tambi¨¦n u punto de referencia para el frente externo. Contra pron¨®stico Gonz¨¢lez logr¨® en Madrid fijar un calendario indicativo pata ampliaci¨®n al Este: las primer negociaciones de adhesi¨®n empezar¨¢n seis meses despu¨¦s de acabada la CIG, la misma cita que ya se hab¨ªa dado a Chipre y Malta, y bajo el principio de igualdad de trato. Es decir, la selecci¨®n se har¨¢ por criterios objetivos de maduraci¨®n econ¨®mica pol¨ªtica, no de intereses geoestrat¨¦gicos de alg¨²n socio: contra los que pretend¨ªa Alemania, sus vecinos polacos, h¨²ngaros y checos no gozar¨¢n de ventajas pol¨ªticas de partida, aunque, ese examen igualitarista acabar¨¢ reconociendo que est¨¢n m¨¢s avanzados.
.En Formentor no hab¨ªa cuajado la propuesta de Gonz¨¢lez "controlar" este calendario. En Madrid, su empecinamiento lograba concretar el frente de Este. El del Sur ya se hab¨ªa abierto paso semanas antes. La Conferencia Euromediterr¨¢nea d Barcelona consagraba el acuerdo de los Quince y sus doce vecinos de la ribera sur con la estrategia preparada por la Comisi¨®n:
pacto para crear un gran mercado com¨²n en torno al a?o 201 sobre la base de acuerdos de asociaci¨®n individuales. Su idea b¨¢sica, una zona de libre comercio progresivo, suavizada por las ayudas financieras del socio fuerte: 4.865 millones de ecus (780.000 millones de pesetas Algo parecido al dise?o esbozado para Mercosur, aunque con dos diferencias: en este ¨²ltimo caso las ayudas financieras apenas tienen importancia y el acuerdo es, de entrada, de regi¨®n a regi¨®n. La Nueva Agenda Transatl¨¢ntica entre la UE y EE UU cerr¨® el ciclo, completando la dimensi¨®n Norte-Sur de la presidencia con otra Norte-Norte.
Luces y sombras
La presidencia espa?ola, brillante ante los grandes retos, no ha resuelto con ¨¦xito todas las carpetas abiertas.Europol. Los reglamentos que han de poner en marcha la gran agencia policial europea, Europol, siguen bloqueados.
El mercado agr¨ªcola. La reforma del mercado de frutas y hortalizas ha quedado para la presidencia italiana, que tendr¨¢ una visi¨®n menos de mercado y m¨¢s de subsidio que la que le interesa a la agricultura espa?ola. La reforma del merCado del arroz s¨ª se aprob¨®, con buena cosecha espa?ola.
Empleo. El paro sigue siendo la gran asignatura pendiente. Se ha avanzado con un primer informe anual que se revisar¨¢ cada a?o, pero las propuestas no van mucho m¨¢s all¨¢ de las tradicionales llamadas a flexibilizar el empleo y sanear las finanzas p¨²blicas.
Televisi¨®n sin Fronteras. Se ha aprobado por fin la reforma de esta directiva, pero a costa de aplazar para tiempos mejores el delicado tema de las cuotas de producci¨®n europea de bido a la dura posici¨®n de Francia.
Publicidad de tabaco. Se ha avanzado hacia la prohibici¨®n total de esta publicidad fuera de los locales de venta de tabaco, pero no se logrado a¨²n la mayor¨ªa suficiente para aprobarla.
Racismo y xenofobia. La cumbre de Madrid permiti¨® levantar el veto brit¨¢nico a la realizaci¨®n de una acci¨®n com¨²n que obligue a todos los pa¨ªses a considerar delito determinadas posturas racistas y xen¨®fobas, como la negaci¨®n, del holocausto o la apolog¨ªa del racismo.
Quiebras y transferencias. Han sido aprobadas dos importantes normativas econ¨®micas: el convenio de quiebras y la directiva que regular¨¢ las transferencias bancarias transfronterizas.
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