El aceite 'sin grasa' para chucher¨ªas y patatas fritas desata un debate sanitario en EE UU
El 'olestra' espera desde hace 25 a?os el pemiso para ser comercialido
El olestra es un aceite que pasa por el intestino sin ser absorbido. Es la grasa sin grasa, el sue?o de una civilizaci¨®n opulenta que quiere seguir comiendo bien sin ganar peso. La compa?¨ªa lo encontr¨® hace casi 5 a?os y desde entonces libra una batalla para introducirlo, primero en Estados Unidos y, despu¨¦s, en el resto del mundo. La autorizaci¨®n est¨¢ casi, ganada con las atutoridades sanitarias como ingrediente de patatas fritas y chucher¨ªas, a pesar de la fuerte oposici¨®n de m¨¦dicos y consumidores que acusan al aceite de causar diarreas, flatulencias y mala absorci¨®n de vitaminas
La cena preparada para ejecutivos de Procter & Gamble fue lo suficientemente suculenta como para sacar de quicio a un cardi¨®logo. Folse, propietario del famoso restaurante Lafitte's Landing, sirvi¨® una espesa sopa de marisco, pechuga de pato con hierbas, trucha salteada, cangrejos fritos, ensalada con salsa vinagreta y -para quien todav¨ªa tuviese sitio en el est¨®mago- tarta. Todos los platos fueron preparados al estilo tradicional de Luisiana, con abundantes chorros de aceite; todo estaba buen¨ªsimo. Sin embargo, todo, desde la sopa hasta el postre, era comida baja en grasas, preparada con un aceite sint¨¦tico experimental llamado olestra.El olestra es el misil furtivo de las mol¨¦culas de grasa, pasa por el aparato gastrointestinal sin ser digerido ni absorbido. En lo que al cuerpo humano respecta, el olestra es grasa sin grasa. En el A?o Nuevo, una meta figura en el primer lugar de muchas listas: "Comer bien". La gente quiere comer todo lo que le apetece, en la cantidad que le apetece, sin ganar peso y sin que se le obstruyan las arterias. Y los fabricantes de alimentos est¨¢n encantados de cooperar: los estantes de los supermercados rebosan de dulces sin az¨²car y, en los ¨²ltimos a?os, de galletas, bizcochos, y chucher¨ªas de todas clases sin grasa. Puede que algunos tengan un gusto a cart¨®n, pero para millones de consumidores que vigilan su dieta son mejores que controlarse.
Sin embargo, el olestra podr¨ªa convertir el comer sin pecar en un placer. No es un simple sustituto de la grasa. Es grasa, con toda la suavidad que refuerza el sabor y dulcifica el paladar del aceite de ma¨ªz. Y, a diferencia de cualquiera de la media docena de sustitutos de la grasa que hay actualmente disponibles, el olestra no se estropea cuando se utiliza para fre¨ªr. Eso significa que alg¨²n d¨ªa se podr¨ªan conseguir patatas fritas de bolsa y patatas fritas caseras sin grasa e incluso quiz¨¢ banquetes de pega que supieran como los de verdad.
Todo esto se podr¨ªa conseguir si la Agencia para la Alimentaci¨®n y los Medicamentos de EE UU (FDA) permitiese introducir en el mercado los productos cocinados con olestra. La pasada primavera, un grupo de cient¨ªficos de la FDA decidi¨® que el olestra se pod¨ªa utilizar con seguridad en patatas fritas y otras chucher¨ªas no dulces. En noviembre," un comit¨¦ asesor de alimentaci¨®n nombrado por la FDA acept¨® la d¨¦cisi¨®n. Ahora, s¨®lo queda un obst¨¢culo: el comisario de la FDA, David Kessler, tiene que dar la- aprobaci¨®n final para que las chucher¨ªas con este aceite se puedan poner de venta al p¨²blico. El olestra podr¨ªa convertirse en un ingrediente fundamental de la dieta de millones de estadounidenses as¨ª que es crucial que sea seguro.
Diarrea y flatulencia
Los ¨ªntereses econ¨®micos tambi¨¦n son enormes. P&G ya ha invertido 200 millones de d¨®lares (26.000 millones de pesetas) en crear, estudiar y probar el olestra. Si la FDA da su aprobaci¨®n, la empresa tiene previsto utilizar la grasa en sus patatas fritas y chucher¨ªas con la marca Olean y venderla a otros fabricantes de alimentos de todo el mundo. La empresa ya ha: solicitado la aprobaci¨®n del aceite en Canad¨¢ y est¨¢ punto de hacerlo en Gran Breta?a.Pero el olestra no es completamente benigno. Puede provocar calambres intestinales, flatulencia y diarrea. Impide que el organismo absorba algunos carotenoides, nutrientes que pueden reducir el riesgo de c¨¢ncer y enfermedades cardiacas. En su f¨®rmula original, tambi¨¦n redujo la absorci¨®n de vitaminas A, D, E y K y produjo una enfermedad llamada delicadamente "p¨¦rdida anal". Y, aunque la mayor parte de los dem¨¢s aditivos alimentarios artificiales se consumen por miligramos, el olestra se consumir¨ªa por gramos y se convertir¨ªa en lo que los especialistas en nutrici¨®n llaman un "macroingrediente" -por ejemplo, representar¨ªa aproximadamente una tercera parte del peso de cada patata frita- .Por todo esto. muchos consumidores y grupos defensores de la salud -entre ellos la Asociaci¨®n Americana de la Salud P¨²blica, la Red Nacional de Salud de las Mujeres, la Academia Americana de Oftalmolog¨ªa y el Centro de la Ciencia en Beneficio P¨²blico Ralph Nader se han manifestado en contra de la aprobaci¨®n. A pesar de montones de pruebas en animales y humanos y de cientos de miles de p¨¢ginas de estudios, afirman que nadie puede estar seguro de que el olestra no sea un peligro para la salud p¨² blica. Adem¨¢s, seg¨²n Michael Jacobson, director ejecutivo del Centro de la Ciencia en Beneficio P¨²blico, "no necesitamos patatas fritas con olestra. Es absurdo a?adir a la oferta alimentaria una sustancia que hace que la gente enferme".Copyright
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