Bill Clinton y los republicanos fracasan en la b¨²squeda de un acuerdo sobre los presupuestos
Ni el presidente Bill Clinton ni los l¨ªderes republicanos del Congreso quisieron hacer ayer m¨¢s concesiones para llegar a un acuerdo presupuestario que consiga acabar con el d¨¦ficit p¨²blico en siete a?os. La reuni¨®n de ayer entre ambos fue la ¨²ltima, al menos por varios d¨ªas. Las negociaciones quedaron suspendidas, y cada parte responsabiliz¨® a la otra por el fracaso.El presidente Clinton dijo al t¨¦rmino de cuatro horas de conversaciones con los dirigentes republicanos en la Casa Blanca que las posiciones se hab¨ªan acercado y que un acuerdo pr¨®ximo estaba "dentro de lo posible". Pero acus¨® a sus interlocutores de querer hacer todav¨ªa demasiados recortes en los presupuestos de apartados que la Casa Blanca considera b¨¢sicos (seguridad social, ayudas a los pobres, educaci¨®n y protecci¨®n ecol¨®gica), as¨ª como de pretender excesivas reducciones de impuestos para los ricos.
"Hemos llegado a un punto", dijo Clinton, "en el que la eliminaci¨®n del d¨¦ficit est¨¢ claramente dentro de lo posible. Pero desafortunadamente no hemos conseguido un acuerdo porque no coincidimos en la cantidad de los recortes".
El l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Bob Dole, explic¨® que era in¨²til proseguir las negociaciones porque el presidente se negaba a flexibilizar su posici¨®n, y asegur¨® que las conversaciones se reanudar¨¢n s¨®lo cuando Clinton tenga algo nuevo que ofrecer.
Terreno com¨²n
"Seguimos estando listos para discutir cuando la Casa Blanca tenga nuevas ideas que presentar, cuando est¨¦n dispuestos a sumarse a un terreno bipartidista com¨²n", declar¨® Dole, m¨¢ximo favorito para la candidatura presidencial de su partido el pr¨®ximo mes de noviembre.Seg¨²n la versi¨®n republicana, su ¨²ltima propuesta, que contiene importantes concesiones respecto a la primera, cuenta con un amplio apoyo del Partido Dem¨®crata en el Congreso, por lo que Clinton podr¨ªa estar qued¨¢ndose aislado del grueso de la clase pol¨ªtica norteamericana.
No parece todav¨ªa verlo as¨ª la opini¨®n p¨²blica. Una encuesta hecha p¨²blica ayer de la cadena de televisi¨®n ABC reflejaba que el 50% de la poblaci¨®n aprueba c¨®mo Clinton est¨¢ manejando la crisis presupuestaria, mientras que s¨®lo un 20% respalda la actuaci¨®n de los republicanos.
Tanto los republicanos como el presidente se han desgastado mucho en esta guerra. Las encuestas indicaban primero que los norteamericanos atribu¨ªan mayor culpa a la oposici¨®n por la situaci¨®n a la que se la llegado. Pero en los ¨²ltimos sondeos, Clinton ha bajado tambi¨¦n casi diez puntos su popularidad.
El compromiso que el Congreso y la Casa Blanca consiguieron para reanudar las operaciones del Gobierno termina el 26 de este mes. Despu¨¦s de esa fecha podr¨ªa prolongarse nuevamente para mantener con normalidad la actividad gubernamental durante todo el a?o.
La nueva ca¨ªda en las encuestas que Clinton tratar¨¢ de compensar con un viaje a Bosnia este fin de semana no es la ¨²nica mala noticia con que el presidente norteamericano ha iniciado 1996. Las presiones sobre la primera dama, Hillary Rodham Clinton, por su actuaci¨®n en el esc¨¢ndalo Whitewater han aumentado en los ¨²ltimos d¨ªas hasta el punto de que el presidente tuvo que salir ayer en su defensa.
El portavoz de la Casa Blanca, Michael McCurry, dijo que Bill Clinton estaba tan indignado con un columnista que hab¨ªa escrito en contra de su esposa que hab¨ªa sentido ganas de darle un pu?etazo. El periodista, el influyente columnista conservador William Safire, hab¨ªa escrito que Hillary Clinton era "una mentirosa cong¨¦nita".
Otro viejo conflicto que regresa es el de Paula Jones, una antigua colaboradora que le demand¨® por acoso sexual. Los abogados de Clinton recurrieron ayer al Tribunal Supremo una decisi¨®n judicial que daba a la raz¨®n a la mujer en sus intenciones de querellarse.
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