Buscetta admite que su acusaci¨®n contra Andreotti "es una deducci¨®n"

"Es una deducci¨®n" reconoci¨® ayer Tommaso Buscetta, el c¨¦lebre arrepentido y principal acusador en el proceso por asociaci¨®n mafiosa contra Giulio Andreotti, cuando Franco Coppi, uno de los abogados del ex primer ministro, le pregunt¨® c¨®mo sab¨ªa que el acusado hab¨ªa ordenado el homicidio del periodista Mino Pecorelli, en 197 "Es experiencia vital" respondi¨® Buscetta en relaci¨®n con otras peticiones de que precisara la base exacta de sus afirmaciones.

Tras el alegato acusatorio de la v¨ªspera, la defensa puso ayer en evidencia las limitaciones del testigo. ?Sabe de alg¨²n favor concreto que Andreotti haya hecho a Cosa Nostra? "No". ?Sabe o ha o¨ªdo hablar de alguna conversaci¨®n concreta de Andreotti con Salvo Lima relativa a la Mafia? "No". ?Sabe, o conoce a alguienque sepa, de alg¨²n encuentro de Andreotti con Nino o Ignazio Salvo? "No".

Coppi dispara las preguntas, y la voz de Buscetta, que, durante el interrogatorio del martes, hab¨ªa hablado del citado colaborador de Andreotti en Palermo y de sus amigos -importantes maf¨ªosos de guante blanco- con toda la parsimonia ceremoniosa que puede llegar a desplegar un buen siciliano, se rompe mon¨®tona en monos¨ªlabos.

-"Gaetano, Badalamenti o Stefano Bontade, ?le dijeron que Andreotti hab¨ªa dado un mandato espec¨ªfico a mafiosos para que asesinaran al periodista Mino Pecorelli?", prosigue el abogado, para indagar si la fuente de la principal acusaci¨®n vertida la v¨ªspera por el testigo eran directamente los dos capos citados.

-"No me lo dijeron".

-"Entonces, ?lo ha deducido usted?"

-"Lo he deducido".

-?Qu¨¦ quiere decir que Bontade y Badalamenti organizar el asesinato de Pecorelli en inter¨¦s de Andreotti?"

-"A veces", responde Buscetta, "para pedir un favor, basta decir que esa persona me est¨¢ fastidiando".

-"Le consta que Bontade se lo dijera a Bontade o a Badalamenti?"

-"No".

Durante unas tres horas, los abogados intentaron con menos ¨¦xito coger en peque?as contradicciones al arrepentido; insinuaron la teor¨ªa del compl¨®, poniendo en cuesti¨®n, que Buscetta no hubiera querido hablar, como dice, de Mafia y pol¨ªtica desde que comenz¨® a colaborar con la justicia, en 1.984, hasta hoy, porque lo consideraba demasiado peligroso; hicieron reconocer al testigo que ¨¦l no fue un jefe de Mafia, sino "un simple soldado"; lograron que admitiera que "es posible que en alg¨²n interrogatorio mintiera al juez Falcone"; y le pidieron que declarara cu¨¢nto le paga el Estado italiano, pero se neg¨®, porque dijo que tiene prohibido decirlo.

El interrogatorio concluy¨® entre trifulcas de los fiscales con los defensores.