"Combatiremos con energ¨ªa la corrupci¨®n y el narcotr¨¢fico
FERNANDO ORGAMBIDES Ernesto Zedillo, economista formado en Yale, no llevaba un mes al frente de M¨¦xico cu¨¢ndo la econom¨ªa se le vino abajo. Fue 1995 un a?o de crisis y dificultades, con su pa¨ªs revuelto e inquieto por lo que estaba sucediendo. El peso se desplom¨® frente al d¨®lar, el producto interior bruto (PIB) cay¨® un 7% y la inflaci¨®n rebas¨® el 50%. Entre los pa¨ªses que mostraron solidaridad con M¨¦xico figur¨® desde un principio Espa?a. Ahora que Zedillo, ya con el pa¨ªs encarrilado hacia la normalizaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica, se da un respiro e inicia su primer viaje a Europa, ha querido entrar por Madrid como muestra de cortes¨ªa. El pr¨®ximo d¨ªa 25 llega en visita de Estado.
Es Zedillo un hombre austero y muy directo en sus respuestas. Recuerda de entrada su amistad con el Rey los principales l¨ªderes pol¨ªticos espa?oles. "Ya le he prometido a mi hija que en el a?o 2001, cuando deje la presidencia, me voy a ir con ella de viaje para ense?arle Espa?a", comenta antes de empezar la entrevista.
Pregunta. Hasta finales de 1994 M¨¦xico no s¨®lo era un pa¨ªs fuerte en sus finanzas, sino que incluso se le contemplaba como modelo. ?Por qu¨¦ ese derrumbe de la noche a la ma?ana?
Respuesta. La crisis no puede remitirse a un hecho aislado en un determinado momento. Tuvo su origen en la ca¨ªda d¨¦ la tasa de ahorro nacional, que ocurri¨® durante a?os y que tuvo como consecuencia una fuerte entrada de ahorro externo que no se tradujo en un aumento proporcional del crecimiento del PIB. Esta doble circunstancia dio lugar a una percepci¨®n de insolvencia en los mercados financieros. Y como reacci¨®n se produjo un ataque contra nuestra moneda.
P. ?Se podr¨ªa llegar a la conclusi¨®n de que el neoliberalismo no funcion¨® como receta en M¨¦xic¨®?
R. No estoy de acuerdo con esa etiqueta. La principal lecci¨®n que nos ha dejado esta crisis es la necesidad de fortalecer el ahorro interno y por ende, tener una menor dependencia del ahorro externo como punto de partida de la inversi¨®n y el crecimiento econ¨®mico. La crisis que hemos vivido no niega el profundo cambio estructural que ha experimentado la econom¨ªa mexicana en los ¨²ltimos 10 a?os.
P. Se le ha reprochado que con los 50.000 millones de dolares (6,1 billones de pesetas) en cr¨¦ditos que obtuvo del exterior, fundamentalmente de EE UU, ha hipotecado el petr¨®leo.
R. Eso es falso. Durante 1995 no aument¨® la deuda externa d¨¦ M¨¦xico. Lo que hicimos fue una sustituci¨®n de pasivos de muy corto plazo y de alta liquidez por pasivos de largo, plazo y de un costo menor. Y es m¨¢s: la cantidad de recursos de que dispusimos de ese paquete financiero ha sido considerablemente menor a lo previsto. En realidad, el ajuste y la compensaci¨®n han venido en su mayor parte del esfuerzo por aumentar el ahorro interno. Hace un a?o enfrent¨¢bamos vencimientos, de deuda externa de, 40.000 millones de d¨®lares y ahora nuestros vecimientos se sit¨²an, en alrededor de 8.000 millones, con el ingrediente de que podemos financiarlos c¨®modamente. M¨¦xico tiene hoy d¨ªa, una econom¨ªa menos vulnerable y menos dependiente que hace un a?o.
P. ?Qu¨¦ plazos se plantea para regresar a la normalidad econ¨®mica?
R. Este a?o vamos a sentir una modesta recuperaci¨®n. Nos hemos propuesto como objetivo alcanzar un crecimiento del 3% en el PIB y reducir a menos de la mitad la inflaci¨®n que tuvimos en 1995.
P. Chiapas es uno de los polvorines mexicanos...
R. Sobre Chiapas hemos avanzado mucho. Las condiciones en relaci¨®n al conflicto son fundamentalmente distintas a las que prevalec¨ªan al inicio de mi mandato. Hoy, el discurso y las acciones del EZLN [Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional] son muy diferentes a las que conocimos hace un a?o y esto es resultado de la congruencia que ha mostrado el Gobierno en cuanto a insistir que solamente el di¨¢logo, la negociaci¨®n y la aplicaci¨®n de la ley har¨¢n posible una soluci¨®n a este conflicto.
P. ?Una soluci¨®n pr¨®xima?
R. Que el EZLN haya sido receptivo y consecuente a la llamada del Gobierno no quiere decir que podamos establecer un plazo fijo para alcanzar una soluci¨®n justa, ya que hay un problema de fondo no de a?os sino de siglos. No obstante, el balance es positivo y se alinea con la pol¨ªtica que trazamos desde el Gobierno. Con el conflicto de Chiapas debemos ser pacientes y tolerantes.
P. De todas formas existe una deuda hist¨®rica de M¨¦xico con sus ind¨ªgenas, sean d¨¦ Chiapas o de cualquier otro rinc¨®n del pa¨ªs.
R. Es una deuda de toda la sociedad. Hay grupos ind¨ªgenas que han quedado marginados de la modernidad y del progreso. Ahora bien: esto no es s¨®lo un descuido del Gobierno. En, ciertas regiones se han producido condiciones sociales hist¨®ricas que determinaron un aislamiento. En esto no est¨¢ ausente la responsabilidad de la Iglesia cat¨®lica, particularmente en la zona de Chiapas. Durante siglos, Chiapas fue manejada en m¨¢s de un sentido por organizaciones eclesi¨¢sticas y ah¨ª se dan condiciones antropol¨®gicas, sociales y pol¨ªticas muy especiales. La realidad es que hay mucha marginalidad y mucho retraso, y solamente atacando esos problemas podremos crear condiciones favorables que eviten caer en la tentaci¨®n de la violencia.
P. En los primeros meses de su mandato fue encarcelado un hermano del anterior presidente, Carlos Salinas, acusado de ser el autor intelectual de uno de los cr¨ªmenes pol¨ªticos de 1994. Luego se supo que tambi¨¦n acopi¨® una gran fortuna ilegalmente.
R. Mi Gobierno est¨¢ profundamente comprometido con la vigencia de un Estado de derecho, pese a que estamos actuando a trav¨¦s de un sistema de justicia que todav¨ªa tiene muchas imperfecciones y fallos. Por eso nos hemos propuesto combatir con energ¨ªa la corrupci¨®n, la impunidad y el narc¨®tr¨¢fico. En ese marco se encuadra la detenci¨®n del narcotraficante Juan Garc¨ªa ?brego. Tambi¨¦n, para la tristeza, y el agravio de los mexicanos, la del hermano de un ex presidente.
P. En su pa¨ªs se percibe una demonizaci¨®n del sexenio pasado que coloca al ex presidente Carlos Salinas, al menos desde, la prensa, como inductor y culpable de todos los males del pa¨ªs. ?Qu¨¦ pasa con este pol¨ªtico, ayer Dios y hoy demonio?
R. Qu¨¦ bueno que se menciona a la prensa. Nadie encontrar¨¢ en mis declaraciones ni en mis posiciones nada que aliente esta satanizaci¨®n de personajes pol¨ªticos. Mi funci¨®n como presidente de la Rep¨²blica es ¨²nicamente promover las condiciones que hagan valer el Estado de derecho. Ni en lo personal ni en lo pol¨ªtico, y mucho menos como ser humano, estoy interesado en que se satanice a nadie.
P. Tres asesinatos convulsionaron a su pa¨ªs en el sexenio pasado: el del cardenal de Guadalajara, Juan Jes¨²s Posadas; el del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, y el del dirigente pri¨ªsta Jos¨¦ Francisco Ruiz Massieu. ?Est¨¢, conforme con el resultado de las investigaciones?
R. En el caso Colosio ha habado avances, como, por ejemplo, la detenci¨®n d¨¦ tina segunda persona que lleg¨® a disparar contra el candidato. Sin embargo, no hay un esclarecimiento total del caso. He sido el primero en decir que no estoy satisfecho con las investigaciones. En cuanto a los otros dos asesinatos, se puede decir que est¨¢n esclarecidos.
P. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) lleva m¨¢s de sesenta a?os gobernando M¨¦xico. Hay un clamor en su pa¨ªs, por reformar el sistema pol¨ªtico.
R. En M¨¦xico, desde que en los a?os 77 y 78 se da la primera reforma pol¨ªtica importante del sistema, se inicia un proceso de desarrollo pol¨ªtico que va impulsando el cambio y que tiene su origen en las demandas ciudadanas de 1968. Lo que no se da es lo que yo llamo la reforma electoral. O sea: el gran acuerdo entre los actores pol¨ªticos sobre el marco regulador de unas elecciones, lo que, de entrada, pondr¨ªa fin a esas discusiones -hoy d¨ªa menores- sobre la validez o invalidez de los resultados. Este proceso parte de un nuevo estado de relaciones entre la presidencia de la Rep¨²blica y el PRI, que yo he llamado de sana distancia.
P. Eso se ha interpretado como una ruptura.
R. Es absurdo y falso. Mi partido me llev¨® a la presidencia. Tengo una gran identificaci¨®n ideol¨®gica y de principios con toda la organizaci¨®n, y estimo que el PRI, adem¨¢s de tener la base social m¨¢s amplia de M¨¦xico, es el que mejor representa los intereses populares. Igual que pienso esto, tambi¨¦n estimo que el PRI tiene que ser parte activa del proceso de avance pol¨ªtico participando de forma din¨¢mica y comprometida en esa reforma electoral y en la gran reforma del Estado. Para ello tiene que emprender una profunda reforma interna, que pasa por actualizarse y adecuarse a la nueva competitividad pol¨ªtica que se est¨¢ dando en el pa¨ªs. De otra manera, va a tener problemas electorales serios, independientemente de cu¨¢les sean las circunstancias econ¨®micas y sociales del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.