Solana viajar¨¢, a Mosc¨² para apaciguar el miedo deRusia ante una futura ampliacion de la Alianza Atl¨¢ntica al Este
Javier Solana proyecta llevar a cabo una '"operaci¨®n de seducci¨®n" con las autoridades de Rusia, pero la evoluci¨®n de los acontecimientos en este pa¨ªs induce m¨¢s bien a prever una larga etapa de tensi¨®n entre la OTAN y el Kremlin cuyos primeros s¨ªntomas. empiezan ya a aflorar. El secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica tiene la intenci¨®n de empezar por Mosc¨² una gira por las capitales de pa¨ªses vecinos para, explicar a los rusos que la OTAN. no se va a ampliar contra nadie.Hay im¨¢genes de televisi¨®n que no deben prestarse a enga?o. La avanzadilla de un contingente de 1.600 soldados rusos desembarc¨® el 12 de enero en Tuzla (Bosnia) para llevar a cabo la primera operaci¨®n militar en la que Rusia colaborac¨ªon la OTAN. Las modalidades pr¨¢cticas de esta cooperaci¨®n no han sido, sin enibargo" a¨²n del todo aclaradas por Vitali Churkin, el embajador ruso ante la Alianza.
Bosnia ser¨¢, probablemente, durante mucho tiempo, el primer y el ¨²ltimo escenario de colaboraci¨®n con Rusia. Desde que en las elecciones de diciembre comunistas y nacionalistas de derechas, capitaneados por VIad¨ªmir Zhirinovski, se convirtieron en las dos fuerzas mayoritarias de la Duma (Parlamento), el Gobierno del debilitado presidente Boris Yeltsin ha endurecido su lenguaje con respecto a la OTAN.
El nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Yevgueni Primakov, asegura en privado que a Mosc¨² no le quedar¨¢ m¨¢s remedio que otorgar un papel m¨¢s relevante en su defensa a sus armas nucleares de corto alcance si la Alianza acoge a nuevos miembros. Su hom¨®logo de Defensa, P¨¢vel Grachov, ha sido m¨¢s, expl¨ªcito al amenazar con revisar la adhesi¨®n de su pa¨ªs a los tratados de desarme- nuclear estrat¨¦gico START I y START II.
"Hay que acoger esas declaraciones con cautela", afirma Solana. "Sin ning¨²n g¨¦nero de dudas hay en ellas un fuerte componente electoral y de pol¨ªtica dom¨¦stica. Por ahora, el cambio de rumbo de Rusia no se ha producido". ?l va a intentar que no se produzca explicando, con, motivo de su pr¨®ximo viaje a Mosc¨², que "la OTAN desea mantener una relaci¨®n privilegiada con Rusia aunque sin llegar. a otorgarle un derecho de veto" sobre su proyecto de ampliarse al Este. Solana ser¨¢ precedido por el general George Joulwan, comandante en jefe de las fuerzas aliadas en Europa, que a partir de hoy, visita la capital rusa.
Manfred W¨®rner estuvo en Mosc¨² como secretario general de la OTAN en 1992, cuando Rusia atravesaba lo que los diplom¨¢ticos llaman su "sarampi¨®n prooccidental". Desde entonces ning¨²n jefe de la Alianza ha cruzado las murallas del Kremlin.
Las modalidades de la ampliaci¨®n no est¨¢n a¨²n bien definidas, pero los aliados barajan, para apaciguar los temores rusos, hacer algunos gestos similates a los que hicieron en 1989-1990 para obtener el visto bueno de la URSS a la reunificaci¨®n de Alemania, seg¨²n indican fuentes diplom¨¢ticas.
. Entonces se acord¨® no instalar armas nucleares en, la parte oriental de Alemania, ni desplegar fuerzas que no sean alemanas. Lo mismo se podr¨ªa hacer en Polonia, la Rep¨²blica Checa, Hungr¨ªa o Eslovaquia, los cuatro pa¨ªses del grupo de Visegrado que m¨¢s. probabilidades tienen de ingresar pronto en la OTAN. En la sede de la Alianza existen adem¨¢s fuertes ret¨ªcencias a, acoger a las rep¨²blicas b¨¢lticas por el coste que supondr¨ªa su defensa y la irritaci¨®n que tal iniciativa suscitar¨ªa en Mosc¨².
Queda, sin embargo, por ver si todas estas precauciones bastar¨¢n para evitar un auge de la tensi¨®n entre Rusia y la organizaci¨®n de defensa occidental si Bor¨ªs Yeltsin es derrotado en las elecciones presidenciales de junio y le sustituye un comunista.
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