Los ¨¦xtasis de santa Teresa eran epil¨¦pticos, seg¨²n un estudio m¨¦dico
Dostoievski presentaba s¨ªntomas similares
"V¨ªnome un arrobamiento tan grande que casi me sac¨® de m¨ª. Senteme y a¨²n par¨¦ceme que no pude ver alzar, ni o¨ªr misa". As¨ª dej¨® descritas santa Teresa de. Jes¨²s sus experiencias m¨ªsticas, sus c¨¦lebres ¨¦xtasis. A partir de ah¨ª, durante siglos se han buscado causas f¨ªsicas a semejantes trances. La ¨²ltima aportaci¨®n la hizo ayer Esteban Garc¨ªa-Albea, neur¨®logo y profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, que los atribuy¨® a. ataques epil¨¦pticos.
Los diagn¨®sticos han ido desde la histeria hasta la enfermedad de Parkinson para acotar cient¨ªfica mente lo que ella llamaba "temblor recio". Garc¨ªa-Albea defiende en un respetuoso estudio, publicado por la Fundaci¨®n Wellcome, que los ¨¦xtasis de santa Teresa de Jes¨²s ten¨ªan como desencadenante los ataques epil¨¦pticos.Y en concreto un tipo de epilepsia caracterizada por el predominio de los s¨ªntomas positivos afectivos de bienestar y goce, conocida como. "epilepsia ext¨¢tica" o de Dostoievski, ya que el escritor ruso tambi¨¦n la padeci¨® y reflej¨® en algunos de sus personajes, como el pr¨ªncipe Mishkin, de El idiota: "Su cerebro parec¨ªa incendiarse por breves instantes, a la par que en un extraordinario impulso, todas sus fuerzas eran tensadas al m¨¢ximo. La sensaci¨®n de estar vivo y despierto aumentaba diez veces m¨¢s en aquellos instantes que deslumbraban como descargas el¨¦ctricas". Juana de Arco es otro personaje al que tambi¨¦n se ha incluido en esta patolog¨ªa.
Leyendo con detenimiento las obras de la santa que sent¨ªa a Dios entre los pucheros, comparando su percepci¨®n de estos arrebatos con las, descripciones de Dostoievski y las actuales de enfermos epil¨¦pticos -alrededor del 1% de la poblaci¨®n ha sufrido esta patolog¨ªa en alguna ocasi¨®n-, Garc¨ªa-Albea ha extra¨ªdo sus conclusiones.
El proceso es en Dostoievski y santa Teresa el mismo. Lo explic¨® ayer el neur¨®logo; y ya lo hab¨ªa contado la santa en sus obras de perfecta prosa. Los ataques empiezan con una luz muy fuerte: "Enf¨ªn, no alcanza la imaginaci¨®n -por muy sutil que sea- a pintar ni tratar c¨®mo ser¨¢ esa luz". Siguen con par¨¢lisis del cuerpo: ".,..que del todo tiene absortas las potencias". La tercera fase son las alucinaciones multisensoriales: "Hallose el esp¨ªritu dentro de s¨ª, en una floresta y huerta muy deleitosa..., hab¨ªa m¨²sica de pajarito! y ¨¢ngeles".Y despu¨¦s se entra en una sensaci¨®n dif¨ªcil de describir de placer y bienestar: "Quiere el alma estar siempre sufriendo de este mal".
Por ¨²ltimo, llega la confusi¨®n postcr¨ªtica, una especie de embobamiento: "Quedarse el alma recogida, y a¨²n en lo exterior no poder tomar en s¨ª, m¨¢s quedan las dos potencias, memoria y entendimiento casi con frenes¨ª muy desatinadas".
Los episodios llegaban de improviso, lo que lleva a Garc¨ªa-Albea a indicar que estas reacciones organicas no eran inducidas a voluntad por la santa, como resultado de una excesiva concentraci¨®n o comuni¨®n con lo trascendental: "Aparecen cuando el se?or lo quiere representar, y como quiere, y lo que quiere, y no hay que quitar ni poner". Y duraban poco tiempo; seg¨²n la santa, el tiempo de una avemar¨ªa, rara vez el de una salve.
Aunque ya el siglo pasado se especul¨® con la posibilidad de la epilepsia de la santa, sobre todo en un episodio aislado en que la lengua se le qued¨® "hecha pedazos de mordida", Garc¨ªa-Albea explic¨® que se descartaba este diagn¨®stico para las rachas de desmayos porque la precisi¨®n de los s¨ªntomas en las crisis peque?as, no en las generalizadas, es patrimonio , reciente de la medicina, y por razones tan poco cient¨ªficas como la aducida por el profesor Perales: "Tampoco la epilepsia provoca litigio ya que nadie ha supuesto nunca en Santa Teresa se?ales de imbecilidad permanente o transitoria".
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