La fe mueve barrizales

Adagio taurino. Cada toro tiene su faena, dicen los taurinos. Se puede trasladar al f¨²tbol. Cada partido tiene un tratamiento. El de ayer, partido en barrizal frente a un equipo encerrado y temeroso, le iba como anillo al dedo al Atl¨¦tico. Fe, b¨²squeda, insistencia. Provocar faltas en las proximidades del ¨¢rea. Cargas contra la temerosa defensa del Athletic, llegadas en velocidad con el bal¨®n trompicado, buscando un cuerpo contra el que chocar para ver si el ¨¢rbitro se?ala falta.Otra vez los de siempre. Para simplificar las cosas, el Atl¨¦tico consigui¨® reunir ayer de nuevo su once favorito. Las bajas, escasas pero significativas, hab¨ªan puesto en duda el poder del l¨ªder. El reagrupamiento de los titulares, que ya tuvo lugar el pasado mi¨¦rcoles ante el Racing, ha permitido al equipo recuperar la fe. Y la fe mueve barrizales.Mi defensa. El Athletic no tiene defensa. Le faltan a?os, cuajo, decisi¨®n y rapidez. Tiene inseguridad e inocencia. Se aturulla por menos de nada y cae f¨¢cilmente en las trampas. El ¨²nico defensa eficaz del Athletic fue el barro.Ni media. Sin fuerza ni genio para mantener el tipo ante el esfuerzo sordo de los centrocampistas locales, la media del Athletic fue un grupo disperso de pecios a la deriva.Ni ataque. Guerrero y Etxeberria solos, con 50 metros de campo encharcado por delante, y ah¨ª os las compong¨¢is. Su esfuerzo tiene un m¨¦rito innegable, pero sin alg¨²n respaldo de gente que se incorpore desde atr¨¢s no pueden hacer nada.