Un almirante en la Academia
Ayer ha ingresado en la Real Academia Espa?ola, como miembro de n¨²mero, el almirante Eliseo ?lvarez-Arenas, ocupando la vacante que hab¨ªa dejado a su muerte el ilustre cardenal Taranc¨®n. Pienso que esta decisi¨®n de la docta casa tiene una doble significaci¨®n: por un lado, la de reanudar la tradici¨®n de contar en su seno con alguna personalidad del estamento militar que haya demostrado probada dedicaci¨®n al mundo de las letras; y, por otro lado, la de tener all¨ª un entendido en las cosas del mar y su lenguaje, tanto m¨¢s ¨²til en esta hora en que convendr¨ªa encontrar vocablos espa?oles, que en tantos casos existen, sabrosos y con historia, equivalentes a los ingleses que predominan hay en la jerga naval.Era, en efecto, conveniente, ahora que las Fuerzas Armadas espa?olas se han colocado, leal y disciplinadamente, en su lugar constitucional dentro de la vida nacional, contribuir a eliminar esos compartimentos estancos que tanto da?an a nuestra sociedad, d¨¢ndole la suficiente elasticidad social para que, como dec¨ªa el autor de Espa?a Invertebrada, "la vida de cada individuo quede en cierta manera multiplicada por la de todos los dem¨¢s".
No es casual, a mi juicio, la frecuente predisposici¨®n literaria, meditadora o art¨ªstica de los marinos del ancho mundo. Su trabajo profesional suele ser duro e intenso pero deja lugar a grandes calmas, embarcados o en tierra, que permiten a los que tengan dentro el duende del idioma, meditar, componer o contar aventuras. Pierre Loti en la novela y Rimsky-Korsakov en la m¨²sica son los dos ejemplos m¨¢s c¨¦lebres. Nuestro almirante, aparte de su cultura sobre el cine y su afici¨®n a ser pintor de retratos, ha tenido una clara pasi¨®n intelectual: la de esforzarse en restablecer en la conciencia del hombre espa?ol la condici¨®n eminentemente marinera de su tierra y que vuelva su mirada al mar. El t¨ªtulo de su primer libro, El espa?ol ante el mar (Revista de Occidente, 1969) y el de uno de sus m¨¢s recientes, Del mar en la historia de Espa?a (Editorial Naval, 1984) subrayan esa permanente preocupaci¨®n suya. Y al titular Canto al mar el discurso de ingreso que acaba de pronunciar, en el que ha hablado del alma y del cuerpo del mar, est¨¢ insistiendo en su gran tema vital.
"Un Estado europeo", dec¨ªa Hegel en cita del almirante, "no puede ser un verdadero Estado si no tiene nexo con el mar. En el mar acontece ese transcender de la vida allende de s¨ª misma. Por eso el principio de libertad individual ha llegado a ser el principio de la vida de los Estados europeos". ?lvarez-Arenas, que termin¨® su carrera como capit¨¢n general de la zona del Cant¨¢brico, es un marino profesional a la vez que un hombre de gran cultura, y por sus p¨¢ginas desfilan no s¨®lo los grandes estrategas -Clausewitz, Jomini, Castex-, sino tambi¨¦n los fil¨®sofos, especialmente los que han pensado sobre la guerra: Arist¨®teles, Kant, Hegel, Dilthey, Ortega, Nicol, Glucksman... y Engels, que fue un famoso corresponsal en la guerra de Crimea del New York Times.
En el elogio de su predecesor destac¨® "como caracter¨ªstica peculiar del cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n sus ansias de concordia y de convivencia en libertad, puestas. de relieve en su vida, pero con sobresaliente ¨ªmpetu, en especial, en dif¨ªciles horas de un reciente pasado pol¨ªtico que a¨²n vibran con vigor suficiente en el aliento del pueblo de Espa?a". Un discurso el suyo muy l¨ªrico, que termin¨® recordando el asombro de Don Quijote y Sancho al descubrir el mar en su viaje a Barcelona. "Di¨® lugar", dice Cervantes, "la aurora al sol, que un rostro mayor que el de una rodela por el m¨¢s bajo horizonte poco a poco se iba levantando. Tendieron Don Quijote y Sancho la vista por todas partes: vieron el mar, hasta entonces de ellos no visto, pareci¨®les espacios¨ªsimo y largo, harto m¨¢s que las lagunas de Ruidera que en La Mancha hab¨ªan visto ..."Y concluy¨® su disertaci¨®n con la pat¨¦tica "voz" que di¨® Maragall a Castilla: "Parleu-li del mar, germans".
El maestro Pedro La¨ªn pronunci¨® el discurso de contestaci¨®n, tan certero y sabio como siempre.
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