Agravio comparativo
Escribo estas l¨ªneas con relaci¨®n a la noticia difundida hace unas semanas en la que se comentaba la negociaci¨®n por parte de algunos deportistas de ¨¦lite para que Hacienda les rebajara el porcentaje de sus impuestos y as¨ª poder abandonar el refugio de sus para¨ªsos fiscales. El pretexto que aducen es "su corta vida laboral"Soy un profesional con formaci¨®n universitaria que a mis 66 a?os de edad debo seguir trabajando hasta los 72 para optar a una jubilaci¨®n escasamente digna, siempre y cuando la Seguridad Social est¨¦ en condiciones de abonarla en esos momentos.
Hasta que esto se materialice debo pagar mis impuestos religiosamente sin rechistar, y la cuant¨ªa y el origen de mis ingresos no tienen la opci¨®n de ser depositados en otro lugar que no sea el de mi ¨¢mbito de trabajo. Pero esta situaci¨®n particular, que es la de millones de trabajadores, es un p¨¢lido reflejo al lado de las de los mineros, cuya vida laboral se ve mermada por razones de salud y se jubilan con una miseria, o la de los pescadores, que arriesgan su vida diariamente en un trabajo dur¨ªsimo, esto por poner un par de ejemplos.
Se?or director, esta noticia refleja el aberrante ego¨ªsmo que tienen algunas personas que a los 30 a?os de edad, como mucho, tienen un patrimonio de varios centenares de millones de pesetas, con los que podr¨ªan vivir muy c¨®modamente y sin trabajar ellos y sus descendientes por varias generaciones.
Lo que m¨¢s indigna es el agravio comparativo que hace la Administraci¨®n p¨²blica al aceptar este tipo de planteamientos.
?Hay que tener mucho morro para comportarse as¨ª, como si la estupidez fuera una virtud!.
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