Conmoci¨®n en la oficina de Wiesenthal por revelaciones sobre su labor de 'canazis'
Bonn / Viena El personal de la peque?a oficina de Simon Wiesenthal, en el centro de Viena, estaba ayer visiblemente afectado. Una de las secretarias, con la voz al l¨ªmite del llanto, dijo a este peri¨®dico que su jefe estaba "gravemente enfermo" internado en un hospital por problemas circulatorios, y que no hab¨ªa visto el programa Panoramia emitido la noche anterior por la, televisi¨®n alemana ARD. El programa dej¨® por los suelos la imagen del cazanazis austr¨ªaco con varios testimonios que le acusan de eg¨®latra y de haber interferido, por su af¨¢n de notoriedad, la persecuci¨®n y captura de los nazis tan prominentes como Adolf Eichmann, Martin Bormann y Josef Mengele.
Con nada menos que ocho testimonios, desde jefes del Mosad, los servicios secretos israel¨ªes, a dirigentes del Consejo Mundial Jud¨ªo o funcionarios del departamento encargado en EE UU de perseguir a los criminales nazis, Panorama fue demoledor con la imagen de Wiesenthal, a quien acusa, adem¨¢s, de haber encubierto al ex presidente de Austria y ex secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, a pesar de tener pruebas de su implicaci¨®n en cr¨ªmenes del ej¨¦rcito alem¨¢n durante la II Guerra Mundial en Grecia.La primera acusaci¨®n contra Wiesenthal se centra en su papel en la captura de Eichmann, secuestrado por el Mosad en 1960 en Argentina y ejecutado en 1962 en Israel tras un espectacular proceso. El jefe del Mosad en aquellos tiempos, Isser Harel, y el jefe de la operaci¨®n del secuestro de Eichmann, Rafi Eitan, declaran que Wiesenthal no ten¨ªa ni idea, de d¨®nde se encontraba Eichmann y no tuvo la m¨¢s m¨ªnima intervenci¨®n en la operaci¨®n de captura.
Sobre Bormann, Wiesenthal sostuvo durante a?os que se encontraba en un lugar y en otro. Con esto desorient¨® a los que persegu¨ªan y trataban de capturar a antiguos nazis. Al final result¨® que los restos de Bormann aparecieron en Berl¨ªn, donde hab¨ªa muerto al t¨¦rmino de la guerra. Otro tanto ocurri¨® con el siniestro doctor Mengele, a quien Wiesenthal situaba unas veces en Paraguay y otras en Argentina, mientras que el Angel de la muerte de Auschwitz permanec¨ªa tan tranquilo en un lugar de Brasil, donde muri¨® ahogado en un r¨ªo.
El jefe de los perseguidores de nazis de Estados Unidos, Efl Rosenbaum, califica a Wiesenthal de "incompetente, eg¨®latra, difusor de informaciones falsas, una figura tr¨¢gica". Seg¨²n Rosenbaum, muchas de las indicaciones facilitadas por Wiesenthal llevaron a pistas falsas. y produjeron p¨¦rdidas de tiempo en la persecuci¨®n de los nazis.
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