EL QUIROFANO

Los azulgrana vuelven a creer Permiso para so?ar. La derrota del l¨ªder en el Manzanares ante el Sevilla, vig¨¦simo en la clasificaci¨®n, anim¨® el partido. Fue una buena noticia para los, dos contendientes y para sus aficiones. Repentinamente, el Atl¨¦tico parec¨ªa asequible. El partido se. enriquec¨ªa. Los dos equipos, pese a la distancia a que a¨²n se encuentran del Atl¨¦tico, pod¨ªan so?ar de nuevo. La victoria val¨ªa m¨¢s. Claro, que a cambio la derrota tambi¨¦n pod¨ªa resultar m¨¢s dolorosa. Muy atr¨¢s. El Madrid esper¨® demasiado atr¨¢s en la primera parte, confiado quiz¨¢ en que el espeso Barca de estos d¨ªas tendr¨ªa muchos problemas para llegar a puerta. A cambio, ced¨ªa demasiado campo al Bar?a, y tambi¨¦n el bal¨®n, porque s¨®lo ten¨ªa a Laudrup y a Ra¨²l para recoger lo que sal¨ªa rechazado de su ¨¢rea. Demasiado poco. Por ah¨ª empez¨® a escap¨¢rsele el partido al Madrid.

Marcajes al hombre. El Bar?a dispuso marcajes al hombre sobre Ra¨²l, Zamorano y Laudrup. Tambi¨¦n fue un riesgo, porque eso provocaba unos desajustes en la defensa del Bar?a que el Madrid pod¨ªa aprovechar explotando la velocidad de sus hombres con alg¨²n pase de Ra¨²l o Laudrup. Y, en efecto, la defensa del Bar?a tuvo desajustes, pero el Madrid no los supo coronar.

Sergi. Lateral izquierdo con llegada al ataque, regreso a la zona de atr¨¢s y misiones de cierre a la espalda de su defensa, haciendo como l¨ªbero cuando era preciso. Velocidad, coraje y talento para todo eso. Tres jugadores en uno.

A pleno campo. La segunda mitad se jug¨® a pleno campo, porque el Madrid se vio obligado a abrirse algo. Entonces fue una lucha de poder a poder, un partido bello en el que se impuso el mejor. Y el mejor fue el Barcelona, porque el ritmo trepidante que propuso no pudo ser seguido por varios hombres del Madrid, y muy particularmente sus extranjeros: Laudrup, Redondo y Zamorano.