Entre la realidad y las apariencias
Adem¨¢s de por la masiva afluencia de p¨²blico, que ya se perfila como otra cifra de marca y cuya capacidad de movilizaci¨®n en Madrid pasar¨¢ a los anales hist¨®ricos, esta decimoquinta edici¨®n de Arco-96 ha supuesto, a lo que parece, una feria con ventas, lo que debe ser celebrado como merece, porque no es otro el objetivo de lo ferial. Personalmente, yo no creo que estos comparativamente buenos resultados comerciales obedezcan a ninguna coyuntura econ¨®mica favorable, como tampoco se me ocurri¨® imputar los negativos de anteriores ediciones a ninguna crisis econ¨®mica, por la sencilla raz¨®n de que el mercado de arte contempor¨¢neo de nuestro pa¨ªs es todav¨ªa m¨¢s un deseo que una realidad y, por carecer de entidad, ni siquiera ha tenido hasta el presente la de reflejar alzas y bajas en relaci¨®n con la marcha econ¨®mica nacional o internacional.?A qu¨¦ se ha debido, por tanto, esta estimulante bonanza? Desde mi punto de vista, se ha debido, en primer lugar, a que los galeristas nacionales, que son los que realmente han vendido, se van percatando de qu¨¦ es lo que se compra en nuestro pa¨ªs: obras de artistas locales, de peque?os formatos y bajo precio, adem¨¢s de, no dir¨¦ que est¨¦ticamente de gusto conservador, algo en la actualidad m¨¢s que confuso, sino de naturaleza pr¨®xima al bibelot, y el bibelot puede ser de vanguardia, de antivanguardia y hasta de transvanguardia.Que los galeristas se hayan percatado, por fin, de los gustos y las posibilidades reales de su potencial clientela ha sido bueno para ellos, y nos hace concebir la esperanza de que el resto de los profesionales implicados en Arco acaben comprendiendo que una feria no es una Bienal, ni una Documenta, ni un simposio, ni un centro de nuevas tecnolog¨ªas, o, si se quiere, que toda suerte de actividades de esta naturaleza son, en el seno de una feria, meros se?uelos comerciales.
De no ser conscientes de esta obviedad, no s¨®lo demostrar¨¢n haber incurrido en un pecado nacional t¨ªpico, el de la cursiler¨ªa, que consiste en sustituir la realidad por las apariencias, sino, lo que es peor, pueden llegar a arrasar la feria y lo que ¨¦sta tiene de posible ben¨¦fica inducci¨®n hacia la consolidaci¨®n de un mercado espa?ol de arte contempor¨¢neo. La advertencia tiene que ver con el masivo escoramiento del espacio ferial hacia todo tipo de actividades de instituciones y firmas, p¨²blicas y privadas, cuya naturaleza y objetivos nada tienen que ver con una feria de arte.Apariencias
Por otra parte, si resulta subjetivamente comprensible que a todos nos gustar¨ªa que nuestro mercado fuera tan rabiosamente internacional como el que m¨¢s, no parece razonable que, no si¨¦ndolo en absoluto por el momento -la representaci¨®n internacional al respecto ha sido este a?o de una carest¨ªa pat¨¦tica-, nos empe?emos en alquilar firmas extranjeras para que lo parezca, como ha ocurrido en la presente edici¨®n, en el que han sido invitadas un conjunto de galer¨ªas alemanas, el pa¨ªs m¨¢s rico de Europa y con el m¨¢s solvente mercado art¨ªstico. Ya s¨¦ que invitar al rico es, como quien dice, la alegr¨ªa del pobre, pero ya no estamos en la Espa?a tercermundista del pasado sino integrados en la Uni¨®n Europea, cuya presidencia acaba de ocupar nuestro pa¨ªs con normalidad.
En este sentido, parece m¨¢s razonable, desde todos los puntos de vista, que Arco apoye su internacionalismo en promover el arte iberoamericano, que hoy suscita tanto inter¨¦s mundial y que carece de plataformas e interlocutores v¨¢lidos.
Lo digo, entre otras cosas, porque es sangrante que, en los planes futuros, los responsables de Arco den a todo el continente latinoamericano la misma categor¨ªa que a un peque?o pa¨ªs europeo como B¨¦lgica, mientras la potente Alemania vuelca presupuestos culturales astron¨®micos en inteligentemente potenciar su imagen en el mundo latinoamericano.
Me hubiera gustado, en fin, comentar muchas cosas de esta decimoquinta edici¨®n de Arco pero, sabiendo que las ferias est¨¢n viviendo en todo el mundo una crisis en la mayor parte de los casos irreversible, me parece irresponsable fijar la atenci¨®n en otra cosa distinta que lo que eventualmente pueda salvar la continuidad de Arco, que es una iniciativa beneficiosa, pero, como todo, no porque s¨ª.
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