La moda espa?ola arrincona la osad¨ªa y opta por la comercialidad para superar la crisis
La Pasarela Cibeles termina con una clara identificaci¨®n con la ropa de la calle
Fondo de armario. Los m¨¢s importantes dise?adores, que han presentado sus colecciones en la Pasarela Cibeles que ayer se clausur¨®, retratan decididamente la moda de la calle. El glamour tendr¨¢ que esperar tiempos mejores, ante la crisis. Los niveles de consum¨® son "los peores" de los ¨²ltimos a?os, aseguran tanto los creadores como los comerciantes. En consecuencia, la propuesta mayoritaria de los modistas va dirigida a la ropa ponible, alej¨¢ndose de la sofisticaci¨®n de las pasarelas de Mil¨¢n o Par¨ªs. Los modelos exclusivos se reservan s¨®lo para las 3.000 mujeres que en el mundo consumen alta costura.
El sector de la moda en Espa?a emplea a 180.000 personas que producen art¨ªculos valorados en m¨¢s de un bill¨®n de pesetas. Los datos del Centro de Informaci¨®n Textil y de la Confecci¨®n no reflejan la totalidad de un sector donde la econom¨ªa sumergida alcanza cotas incontrolables. Con relaci¨®n a Europa, Espa?a ocupa el quinto puesto, detr¨¢s de Italia (el n¨²mero uno), Alemania, Reino Unido y Francia. Las 5.500 empresas que conforman esta industria en Espa?a tienen un claro predominio en la peque?a y mediana empresa. El 75% de las industrias del vestido tienen menos de 20 empleados y s¨®lo un 0,2% del total da trabajo a m¨¢s de 500 personas. Las previsiones apuntan a la baja y las unidades de producci¨®n son cada vez m¨¢s peque?as."Lo importante es vender despu¨¦s", confesaba ayer el dise?ador vallisoletano Pedro Morago tras el desfile que abri¨® la Pasarela Cibeles a la moda masculina. Su propuesta fue todo un ¨¦xito: "La colecci¨®n tiene que buscar un equilibrio con la calle, pero tambi¨¦n ha de tener un toque de distinci¨®n. La gente que acude a una tienda busca cosas nuevas y hay que atender ¨¦sa necesidad".
Uno de los creadores m¨¢s asentados en el mercado espa?ol e internacional, Roberto Verino -tiene 18 tiendas propias en Espa?a y una en Par¨ªs y unos 35 corner en grandes almacenes-, reconoce que un buen modista no debe levantar los pies del suelo". El 90% de su colecci¨®n, que present¨® el martes, se comerciliza en las tiendas.
Simplicidad
Hasta Victorio & Lucchino, que siempre tiran la casa por la ventana, han estado m¨¢s comedidos: sin abandonar la calidad de sus telas y el acabado de las prendas, los dise?adores sevillanos han presentado la colecci¨®n m¨¢s cl¨¢sica de los ¨²ltimos tiempos, Retratos de amor, que busca "sobre todo la simplicidad, resaltando los encantos de la mujer", asegura Jos¨¦ Luis.No es el caso de ?ngel Schlesser. El dise?ador c¨¢ntabro mantiene su l¨ªnea de siempre. "Mi intenci¨®n es poner a la venta todo lo que exhibo en la pasarela", dice. Con una m¨ªnima industria detr¨¢s, Schlesser se muestra fiel a sus criterios de elegancia que se mueven siempre con diferentes variaciones entre los a?os sesenta y setenta. "Son los a?os en que se democratiz¨® la costura. La moda dej¨® de ser algo exclusivo que luc¨ªan 300 se?oras en Par¨ªs".
Esa ¨¦poca para muchos creadores fue la m¨¢s gloriosa en la historia de la moda porque puso la alta costura a la altura de la calle. Hasta Javier Larrainzar, conocido por vestir a princesas y arist¨®cratas (su padre es el sastre del Rey), ha dado un giro. Su colecci¨®n oto?o-invierno 1997 va dirigida a otro tipo de mujer. Pese a este esfuerzo, es raro imaginar a una se?ora vestida por Larrainzar viajando en metro. Sin embargo, una buena parte de las colecciones presentadas bien podr¨ªa formar parte del vestuario de la mujer trabajadora de clase media. La moda viene cl¨¢sica y c¨®moda. Los pantalones rectos o pitillo, las faldas pegadas al cuerpo y los jers¨¦is que lamen las caderas han sido la estrella de las colecciones.
La opini¨®n de los dise?adores se corresponde tambi¨¦n con las perspectivas de los que est¨¢n m¨¢s al cabo de los gustos de la calle. M¨¢s de 500 empresas y m¨¢s de 1.300 firmas y marcas participan estos d¨ªas en la XXXV Semana Internacional de la Moda. Mientras Cibeles es un mero escaparate de tendencias, en el pabell¨®n de al lado de IFEMA (Feria de Madrid) la gente se mueve a golpe de talonario.
In¨¦s Salt¨®, propietaria de una tienda de ropa de mujer de Albacete, lo tiene claro. "Ha sido el peor invierno de los ¨²ltimos a?os", aseguraba ayer. La culpa para ella la tienen los dise?adores. "La moda viene cl¨¢sica. No veo en la feria nada diferente a lo que compr¨¦ el a?o pasado. Las chaquetas que venden aqu¨ª las tengo al 50% de descuento en mi tienda'
D¨¦ficit
En esta situaci¨®n se cuentan con los dedos de la mano los que se atreven a salir, al exterior. Antonio Pernas, Angel Schlesser y Amaya Arzuaga participaron en la ¨²ltima feria del pr¨¦t ? porter parisino con buenos resultados de venta, especialmente en el mercado japon¨¦s. La situaci¨®n a la inversa es la contraria hasta el extremo de que el fuerte incremento de las importaciones ha provocado que nuestra balanza comercial en este sector pase de ser excedentaria a ser claramente deficitaria. En t¨¦rminos absolutos se ha pasado de un super¨¢vit de 29.000 millones de pesetas en 1986 a un d¨¦ficit de 175.000 millones en 1995. El 65% de los productos importados proviene b¨¢sicamente del ¨¢rea comunitaria, principalmente Italia, Portugal y Francia. La temporada ha sido floja hasta para las importaciones, que s¨®lo han aumentado un 1% en 1995, seg¨²n datos del Centro de Informaci¨®n textil y de la Confecci¨®n. Para este a?o se prev¨¦ que el consumo crezca un 2,5% en todos los sectores, lo que se traducir¨ªa en un incremento de la demanda de vestuario inferior al 1%. Con estas cifras econ¨®micas, no es de extra?ar que los dise?adores reserven sus creaciones m¨¢s audaces para tiempos mejores.
Babelia
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