Genuino sabor Ealing
El ingl¨¦s que subi¨® una colina pero baj¨® una monta?a
(The Englishman who went up a hill, but came down a mountain). Direcci¨®n y gui¨®n: Christopher Monger.
Fotograf¨ªa: Vernon Lyton. M¨²sica: Stephen Endelman. Producci¨®n: Parallax Pictures, Gran Breta?a, 1995. Int¨¦rpretes: Hugh Grant, Tara Fitzgerald, Colm Meaney, Ian McNeice. Estreno en Madrid: Ideal Multicines (V.O.S).
Fundada en la periferia de Londres, justamente en la localidad que le dio nombre, en 1931, la productora brit¨¢nica Ealing tuvo su per¨ªodo de gloria entre 1938 y mediados los 50, con la producci¨®n de un cierto n¨²mero de extraordinarias comedias de corte realista, con an¨¦cdotas m¨¢s bien m¨ªnimas pero que fueron perfecta excusa para el desarrollo de un sentido de la comicidad, de la autoiron¨ªa sobre ciertos tics contempor¨¢neos y del trabajo actoral realmente penetrantes y efectivos. Directores como Alexander Mackendrick, Charles Crichton o Henry Cornelius realizaron por cuenta de la empresa algunos de los filmes m¨¢s importantes de sus respectivas filmografias, entre ellos, El hombre vestido de blanco, El quinteto de la muerte, Aventuras de un peque?o tren, Pasaporte a Pimfico.
Nacida de un contexto diferente e irrepetible, El ingl¨¦s... es no obstante un sentido homenaje a dichas pel¨ªculas. Todo un pueblo se confabula para enga?ar a alguien de afuera, en este caso, un agrimensor que, junto con su ayudante, se trasladan a Gales en plena segunda guerra mundial para medir la (supuesta) monta?a m¨¢s alta del pa¨ªs. Una vez all¨ª, y para consternaci¨®n de los lugare?os, descubrir¨¢n que, contra lo que dec¨ªan los antiguos relevamientos, a la tal monta?a le faltan algunos metros para ser tal: es s¨®lo una vulgar colina.
El t¨ªtulo galimat¨ªaco del filme resume el contenido de ¨¦ste, que por una vez quien esto firma no tiene mayor inconveniente en desvelar, puesto que lo que en verdad interesa son las peripecias para llevar a cabo el artificial crecimiento de la colina en cuesti¨®n: todo el pueblo, con su p¨¢rroco al frente, se pondr¨¢ manos a la obra de transportar piedras hasta la cima, mientras el agrimensor duerme a pierna suelta una mona colosal que le preparan los pueblerinos con la ayuda de su asistente.
Narraci¨®n cl¨¢sica, una an¨¦cdota m¨ªnima pero que, no obstante, da pie a un buen n¨²mero de situaciones c¨®micas bien dosificadas y, lo que es mejor,- una descripci¨®n entre la iron¨ªa y el respeto de la comunidad humana protagonista son los elementos que exhibe un filme tan transparente como efectivo, tan inocente como divertido.
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