Los dos grandes se golpean al ment¨®
Tercera victoria del Bar?a ante el Madrid con un marcador r¨¦cord
Los dos grandes decidieron intercambiarse golpes en el ment¨®n. Actuaron sin precauciones. Cara a cara. A resultas de ello, surgi¨® un choque escandalosamente productivo, con un marcador esplendoroso desde el descanso (56-55, una cifra realmente inusual). El Barcelona asest¨® su tercer golpe consecutivo al Madrid, pero regresa a casa sin estar completamente seguro de que ha conseguido lo que buscaba: imponer una hegemon¨ªa, que su eterno rival le acepte como favorito.Madrid y Barcelona saben que este a?o van a verse las caras muchas veces. Un m¨ªnimo de cinco y hasta un m¨¢ximo de once. Saben que est¨¢n en juego tres t¨ªtulos y que, a diferencia de los ¨²ltimos a?os, es posible desempolvar la tradici¨®n del bipartidismo. Y en esas circunstancias, el combate adquiere otras dimensiones. No hay puntos en juego. Hay algo m¨¢s.
Los s¨ªntomas aparecieron bien al principio. El intercambio de canastas traspas¨® la fase de tanteo. No era una ilusi¨®n ¨®ptica: el marcador era un term¨®metro fiel de la furia con que se atacaban unos y otros, desprovistos del cintur¨®n de seguridad. Poco despu¨¦s, cada uno de los contendientes hab¨ªa empleado ya a nueve jugadores. Los hombres entraban y sal¨ªan, las ¨®rdenes se transmit¨ªan desde el banquillo y eran r¨¢pidamente revocadas por las correspondientes contra¨®rdenes. La lucha se hab¨ªa generalizado, hasta el punto de que nadie reparaba en Arlauckas o en Karnisovas, las dos estrellas llama das a protagonizar el duelo. Las canastas se suced¨ªan con tal frecuencia que era dif¨ªcil se?alar a alguien con el dedo.
El Madrid trat¨® de sacar ventaja de un primer golpe de efecto. Apareci¨® con otro aspecto. La presencia de Loncar y la recuperaci¨®n de Mike Smith, aparte de unos primeros minutos esperanzadores de Ismael Santos, le permitieron mostrarse con una actitud mucho m¨¢s coherente. Aparc¨® a un lado su manida tendencia a abusar del juego interior al tiempo que Arlauckas perd¨ªa jerarqu¨ªa en su juego. Seis triples en la primera parte dan una idea de lo que estaban haciendo los madridistas.
Pero enfrente estaba el Barcelona. Y este Barcelona es todo un equipazo a estas alturas de la temporada. Aito Garc¨ªa Reneses parece haber encontrado lo que buscaba, que no es otra cosa que un grupo tan disciplinado como vers¨¢til, capaz de mostrar un compendio de las suertes del juego. A excepci¨®n de un intimidador en el m¨¢s amplio sentido de la palabra, el Barcelona dispone de la m¨¢s variada gama de elementos. Su plantilla hace las veces de cat¨¢logo; Aito decide seg¨²n las necesidades del juego: bases anotadores o defensivos, tiradores de ¨¦lite o simples defensores, especialistas, reboteadores, altos y bajos... Este Barcelona puede disfrazarse de muchos equipos al mismo tiempo.
El Madrid le oblig¨® a emplearse a fondo. Y, tal y como pintaba el escenario, lanzados los dos equipos tras la canasta, acept¨® el reto. Se tom¨® su tiempo en recuperar la delantera, porque se trabajaba a destajo en la cancha, hasta que recuper¨® el mando en la segunda parte.
La reanudaci¨®n puso las cosas en su sitio. Bajo un marcador impresionante y en plena guerra de desgaste (parec¨ªa que los jugadores se hartar¨ªan de anotar o saldr¨ªan precipitadamente despedidos por faltas personales), el Barcelona ajust¨® su juego gracias al acierto de Fern¨¢ndez y Karnisovas. El Barcelona siempre hablaba con argumentos m¨¢s poderosos: m¨¢s triples, m¨¢s lanzamientos de media distancia, m¨¢s rebotes, m¨¢s penetraciones, menos p¨¦rdidas de bal¨®n. Ese algo m¨¢s se fraguaba en una diferencia de diez tantos.
As¨ª se lleg¨® al final, un final que volvi¨® a ser intenso porque un parcial de 11-0 en minuto y medio puso el partido al borde del colapso (98-100). Pero, por si faltaba alg¨²n ejemplo m¨¢s, el Barcelona fue mejor en el abismo. Era ese algo m¨¢s.
La victoria coloca al Barcelona con tres victorias inapelables en su cuenta particular con el Madrid. Y le sit¨²a como dominador. Sin embargo, dado lo visto ayer (la demoledora capacidad de ambos y su despliegue de efectivos) es pronto para asegurar que el equipo de Obradovic haya doblado la rodilla. Madrid y Bar?a han reanudado las hostilidades.
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