Dole, salvavidas del Partido Republicano
El aspirante a la Casa Blanca tiene medios y respaldo institucional para poder ganar hoy en New Hampshire
El mitin ten¨ªa todo lo que tiene que tener un acto, pol¨ªtico bien organizado en Estados Unidos: banda de m¨²sica, carteles del candidato y cientos de globos blancos, azules y rojos, los colores nacionales. Hab¨ªa p¨²blico tambi¨¦n, medio millar de personas aproximadamente, pero lo que no hab¨ªa en el discurso de Bob Dole en Exeter era el entusiasmo desbordante que, esa misma ma?ana, hab¨ªa rodeado a Pat Buchanan en Nashua.Dole posee los medios y el respaldo institucional que se requieren para ganar hoy las importantes elecciones primarias de New Hampshire, pero no ha conseguido convencer todav¨ªa de que es un buen candidato a la presidencia. Dicho en palabras de Buchanan: "Ellos [Dole] tienen las ¨¦lites, nosotros tenemos el pueblo".
Ante el p¨¢nico creciente provocado, los vientos fascistas con los que Buchanan trata de arrastrar al conservadurismo norteamericano, las ¨¦lites tratan, en efecto, de unirse en torno a Dole. Cada d¨ªa, gobernadores, senadores y dirigentes del partido intentan defender la figura de Dole de los ataques de sus rivales. El ¨²ltimo ha sido el senador Phil Gramm, que ha dado su apoyo a ese candidato despu¨¦s de haber competido contra ¨¦l hasta hace una semana en la carrera por la denominaci¨®n presidencial.
Pero todos esos apoyos no consiguieron calentar el aire fr¨ªo del mitin de Exeter. All¨ª, entre organizadores y un pu?ado de fieles, dominaban entre el p¨²blico comentarios como ¨¦stos: "Seguramente votar¨¦ por Dole, pero me gustar¨ªa tener otras opciones"; "prefiero a Lamar Alexander, pero ¨¦l nunca podr¨ªa ser presidente"; "Dole es la ¨²nica alternativa que tenemos para evitar que el Partido Republicano caiga en manos de Buchanan"; "Dole no es el mejor candidato, pero es el ¨²nico viable en el paquete que se nos presenta". Esos argumentos pueden ser suficientes para darle hoy la victoria a Dole -aunque los resultados de estas primarias son m¨¢s inciertos que nunca-, pero es improbable que New Hampshire, cuyos votantes tienen por tradici¨®n designar a quien despu¨¦s ser¨¢ el candidato presidencial, corone a Dole como l¨ªder indiscutible de los republicanos en el momento actual.
Nadie pone en duda que Bob Dole tiene la experiencia de gobierno y la limpia trayectoria que se necesita para ser presidente de Estados Unidos. Lo que no tiene, a sus 72, a?os de edad, es la flexibilidad para adaptarse a las exigencias de una campa?a -sobre todo la de este a?o- en la que se requieren m¨¢s dotes de populista que de estadista. Con destructora iron¨ªa, Buchanan repite cada d¨ªa que "la idea de populismo de Dole es una cena con Bob Strauss y Dwayne Andreas en la casa de Katharine Ghaham en Georgetown". Strauss fue presidente del Partido Dem¨®crata, Andreas es un millonario que contribuye a la campa?a de Dole y Graham es la presidenta del diario The Washington Post.
Desde que anunci¨® su candidatura a la presidencia, Dole ha hecho esfuerzos por conectar con las posiciones derechistas que dominan el debate dentro del Partido Republicano. Se ha sumado a la propuesta de prohibir el aborto y ha prometido la eliminaci¨®n de todos los impuestos "no razonables" y de todos los programas sociales no imprescindibles. Pero esas promesas suenan poco cre¨ªbles en un hombre que ha pasado casi 30 anos en el Senado, votando muchas veces a favor de impuestos y de gastos p¨²blicos y, por supuesto; sin haber solicitado jam¨¢s la prohibici¨®n del aborto.
Ante el miedo desatado por el ascenso de Buchanan, Bob Dole est¨¢ tratando de: hacer de ese pecado virtud, y ahora intenta presentarse como el ¨²nico hombre capaz de conseguir un compromiso entr¨¦ los diferentes sectores republicanos. "S¨®lo con la unidad de, todos. seremos capaces de batir a Bill, Clinton y recuperar la Casa Blanca", dice Dole en sus discursos. Todo indica, sin embargo, que Dole tendr¨¢ que esperar todav¨ªa a varias elecciones primarias m¨¢s hasta conseguir, esa unidad en torno a su candidatura. Si es que no se derrumba antes y deja a su partido frente a la peor crisis de liderazgo que se recuerda en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
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