P¨¢ que se entere el mundo

Salen al escenario con el aspecto de una pandilla de raperos de Estados Unidos. Hasta que empiezan a tocar y aclaran el equ¨ªvoco: aquello es m¨²sica de Cuba aunque quien los vista sea el enemigo. David Calzado y La Charanga Habanera encabezan una nueva generaci¨®n de orquestas cubanas. Para su actuaci¨®n madrile?a contaron con la participaci¨®n de Kiko Veneno en Dime A, que ellos han adaptado en su disco P¨¢ que se entere La Habana.El ¨¦xito muy probablemente sean esos estribillos que toda la isla tararea y que se incluyen en las conversaciones: las muletillas de Chiquito de la Calzada pero en versi¨®n tropical y musical. En Cuba resulta de lo m¨¢s f¨¢cil o¨ªr palabras como wanikiki (dolores) o supertur¨ªstica (chica que mantiene relaciones muy intensas con los turistas). Mientras arrojaban fajos de falsos billetes de 100 d¨®lares con la efigie de Franklin convertido en bucanero cantaron El temba: un pretendiente aconseja con iron¨ªa a la mujer que le gusta que se busque un hombre maduro, solvente y complaciente... cotidianeidad cubana en clavel de humor.

La Charanga muestra en directo ese poder¨ªo r¨ªtmico y sonoro que deja a la mayor¨ªa de formaciones salseras de Miami o Puerto Rico en pa?ales. Y sus vistosas coreograf¨ªas encantanan adem¨¢s al p¨²blico infantil. No tienen el empaque de agrupaciones m¨¢s cl¨¢sicas pero es cuesti¨®n de tiempo. Porque vinieron para quedarse.