Capadores de ilusiones

Hace dos a?os entr¨¦ con mi hija en un cine madrile?o, con cuya entrada daban una tajeta para participar en un sorteo de un fin de semana en unos apartamentos de lujo en un punto de Espa?a. Pasado un tiempo recib¨ª una llamada telef¨®nica que me comunicaba haber ganado el sorteo. Pod¨ªa pasar a recoger, con mi marido, los premios que me correspond¨ªan. Al aclararles que estaba separada y no ten¨ªa pareja estable, una voz malhumorada me dijo que en ese caso no ten¨ªa derecho a premio alguno y colg¨® tan r¨¢pido que no pude darle las gracias. Todo mi gozo en un pozo.Viene esto a cuento de la noticia que publica este diario el pasado 7 de febrero en la p¨¢gina 30, donde una pareja gay relata haber sufrido algo similar. El fin de estos sorteos no es otro que endilgar al agraciado un apartamento en dicho complejo, y ni una madre separada ni una pareja gay, que seguro consideran inestable, van a picar. Est¨¢n en su derecho, pero, entonces, que seleccionen al posible ganador de otra manera. Alguien deber¨ªa dar una lecci¨®n a estos capadores de ilusiones.-