Los sindicatos amenazan al nuevo jefe del Gobierno conservador con romper la paz social en Australia
John Howard, el nuevo primer ministro australiano que jurar¨¢ su cargo ma?ana, tuvo ayer una primera muestra de las dificultades sociales que tendr¨¢ que encarar el Gobierno conservador que presida. Los poderosos sindicatos han amenazado al l¨ªder de la Coalici¨®n Liberal-Nacional, que se alz¨® con un abrumador triunfo frente al Partido Laborista en las elecciones del s¨¢bado, con huelgas y movilizaciones si sigue adelante con su reforma laboral.Jermie George, presidenta del Consejo Sindical Australiano, ha advertido a Howard que habr¨¢ alteraciones de la paz social si su Gobierno no consigue una concertaci¨®n laboral como la obtenida por el anterior Ejecutivo presidido por Paul Keating. Las peticiones de aumentos salariales ser¨¢n m¨¢s altas que la media del mercado laboral", advirti¨® George.
Las amenazas de los sindicatos contra, los conservadores han sido una constante a lo largo de la campa?a electoral. Sin embargo, la amplitud del triunfo conservador coloca a Howard, de 57 a?os, en una inesperada posici¨®n de fuerza para dirigir el pa¨ªs. Datos casi finales del escrutinio de votos, a falta de tan s¨®lo el recuento en dos circunscripciones, otorgaban ayer a la coalici¨®n 95 esca?os del total de 148 que conforma la C¨¢mara de Representantes, frente a los 46 obtenidos por el Partido Laborista y cinco independientes. El anterior Gobierno laborista ten¨ªa una mayor¨ªa de 79 frente a los 65 de la coalici¨®n.
En lo que respecta al Senado, donde los australianos eleg¨ªan algo m¨¢s de la mitad de sus 76 miembros, los datos provisionales sit¨²an a los conservadores en cabeza con 37 senadores, seguidos de los laboristas, con 29; dem¨®cratas, siete; dos Verdes y un independiente, a falta del escrutinio definitivo que, debido- a la complejidad del sistema preferencial de voto australiano, se prolongar¨¢ por espacio de dos semanas. La magnitud de la derrota laborista, que ha gobernado en Australia durante los ¨²ltimos 13 a?os parece haber jugado un papel importante en la decisi¨®n del ex primer ministro, Paul Keating de abandonar la pol¨ªtica, una carrera en la que se. inici¨® en 1969. Adem¨¢s de renunciar al liderazgo del partido, Keating, de 52 a?os, dimitir¨¢ como diputado por Sidney.
El nuevo Gobierno, pese a anunciar cambios sensibles, no parece decidido a abandonar las l¨ªneas maestras de la pol¨ªtica adoptada por Keating, de anclar a Australia en el contexto asi¨¢tico, aplicar la reciente legislaci¨®n sobre devoluci¨®n de tierras a los ind¨ªgenas e incluso, un eventual cambio constitucional que instaure una rep¨²blica en el pa¨ªs en el siglo entrante.
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