Predicar y dar trigo
EL CASO de Pascual Estevill ha sumido al Consejo General del Poder Judicial (CIGPJ) en una de sus peores crisis. La oposici¨®n al cese de este vocal del CGPJ sospechoso de corrupci¨®n, abanderada por el vicepresidente de este organismo, Jos¨¦ Luis Manzanares, ha provocado la dimisi¨®n de otros tres vocales en se?al de protesta. De momento, esa dimisi¨®n ha sido neutralizada por el presidente del CGPJ, Pascual Sala. Pero esto no palia la grave crisis institucional y de credibilidad en la que el caso Pascual Estevill coloca al ¨®rgano de gobierno de los jueces. Ni el esc¨¢ndalo que supone.Merced al grupo de bloqueo formado por los vocales de procedencia conservadora (los elegidos a propuesta del PP, PNV y CiU), el CGPJ ha sido incapaz de dar una respuesta adecuada a un claro caso de exigencia de responsabilidades pol¨ªticas surgido en su seno. ?se es el fondo del asunto. Existen indicios m¨¢s que suficientes de que el vocal Pascual Estevill, con dos causas penales pendientes en el Supremo y otras en camino procedentes de Barcelona, utiliz¨® el cargo al servicio de sus intereses particulares al ordenar una inspecci¨®n en los juzgados barceloneses que tramitan esas causas. Tanto el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a como la Junta de Jueces de Barcelona consideraron tal iniciativa como un atentado a su independencia y exigieron el cese del vocal. Y ¨¦sa ha sido tambi¨¦n la opini¨®n del presidente del CGPJ, Pascual Sala, y de una mayor¨ªa de vocales, que no alcanz¨®, sin embargo, el qu¨®rum requerido para provocar la destituci¨®n de Pascual Estevill por "incumplimiento grave de los deberes del cargo".
Ya es llamativo que los vocales conservadores del CGPJ agruparan su voto para impedir la exigencia de responsabilidades a un vocal que es acusado de atentar contra la independencia judicial. Pero m¨¢s llamativos son, si cabe, sus peregrinos argumentos. El representante m¨¢s cualificado de esa minor¨ªa de bloqueo, Manzanares, lleg¨® a exigir la misma escrupulosidad que en un proceso penal a la valoraci¨®n de las pruebas contra Estevill. De golpe, el vicepresidente del CGPJ olvid¨® sus teor¨ªas sobre la naturaleza de las responsabilidades pol¨ªticas y su diferenciaci¨®n con las penales, profusa y agresivamente expuestas durante estos a?os en diversas tribunas p¨²blicas. Claro que entonces era para aplic¨¢rselas al Gobierno y a su presidente, no a un colega.
Manzanares parece ahora pensar que lo que es exigible al Gobierno no lo es al CGPJ, y que este organismo no es un ¨®rgano jurisdiccional, sino pol¨ªtico. La permanencia como vocal del CGPJ de Pascual Estevill sume a este ¨®rgano en el descr¨¦dito. Y con ¨¦l, a aquellos que han impedido que se apliquen al ¨®rgano de gobierno de los jueces las mismas exigencias de responsabilidad que con tanto entusiasmo reclaman a otros poderes.
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