Sarajevo, capital de una Bosnia dividida
Cuatro a?os despu¨¦s del comienzo de la guerra, ayer termin¨® la ¨²ltima y una de las m¨¢s dolorosas pesadillas de Sarajevo. La capital bosnia vuelve a ser una ciudad unida. Poco despu¨¦s de las seis de la ma?ana, varios agentes de la polic¨ªa de la Federaci¨®n croatamusulamana colocaron una placa ante la sede de la nueva comisar¨ªa de Grbavica y acto seguido desplegaron la bandera con la flor de lis de la Rep¨²blica de Bosnia-Herzegovina. Miles de los antiguos vecinos acudieron ayer a comprobar el desastre causado en su barrio, al que no hab¨ªan vuelto desde el mes de abril de 1992, cuando huyeron de las fuerzas militares serbias que ocuparon este c¨¦ntrico distrito de Sarajevo.
F¨¢tima Zenunovic no daba cr¨¦dito a lo que estaba viendo. Su apartamento habia sido saqueado completamente. Robaron hasta los portal¨¢mparas, los enchufes, los grifos e incluso tramos del par qu¨¦. Sus ¨²ltimos moradores s¨®lo dejaron un sof¨¢ inservible, algunos libros, cuatro objetos persona les y basura y suciedad por todas partes. La mujer musulmana entr¨® en su apartamento de Grbavica con l¨¢grimas en los ojos.La ¨²ltima noche en Grbavica fue inusualmente tranquila, s¨®lo salpicada por algunos incendios La ocupaci¨®n militar de las fuerzas de la OTAN (Ifor) impidi¨® que fuera una noche apocal¨ªptica, como hab¨ªan amenazado los cabecillas de los serbios m¨¢s fan¨¢ticos. El primer convoy policial que hizo su entrada en el ¨²ltimo barrio liberado iba precedido por dos blindados de las fuerzas de lfor y tres furgonetas de la unidad de desactivaci¨®n de explosivos de la polic¨ªa bosnia. Desde algunas ventanas de edificios calcinados, los supervivientes al infierno aplaud¨ªan al paso de la comitiva.
"Para los musulmanes hoy es un gran d¨ªa, despu¨¦s de haber sido tratados como perros durante cuatro a?os. Pero tambi¨¦n es un gran d¨ªa para los serbios, que han sobrevivido a las intensas presiones y amenazas de sus cabecillas. 'Lo hemos conseguido', es el sentimiento generalizado", explicaba Chris Janowski, portavoz en Sarajevo del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que pas¨® la noche en las oficinas de Grbaica junto a una veintena de vecinos que se hab¨ªan quedado sin casa en las ¨²ltimas horas o que estaban aterrorizados.Bombas-trampa
Los artificieros pusieron manos a la obra nada m¨¢s entrar en el barrio. Primero, inspeccionaron el local que albergar¨¢ la comisar¨ªa y frente a la cual iba a celebrarse el acto oficial de la reintegraci¨®n del barrio a Sarajevo. Entonces una mujer avis¨® que hab¨ªa detectado algo sospechoso en su apartamento. Hace cinco d¨ªas quemaron la puerta y ayer vio a un individuo que sal¨ªa corriendo del edificio. Samir, un joven artificiero, detect¨® r¨¢pidamente la bomba-trampa: una granada de mano conectada a un cable atado en el pomo de la puerta para que estallara al abrirla. De repente, se produjo una potente explosi¨®n. Samir abandon¨® el edificio con el rostro desencajado, pero feliz por haber detonado la primera bomba en Grbavica.
Las autoridades policiales y de lfor alertan repetidamente a la poblaci¨®n del peligro de las minas. "Su apartamento no es seguro si no lo verifica antes. Atenci¨®n a los peligros ocultos. Ojo con las minas-trampa", son algunos de los mensajes difundidos en octavillas, carteles en la pared y mensajes radiof¨®nicos.
El peligro est¨¢ en los miles de minas diseminadas en las dos orillas del r¨ªo Miljacka y en numerosos puntos del barrio, en artefactos sin explosionar, pero tambi¨¦n puede estar disimulado con un cable, oculto en una caja de munici¨®n, un televisor, una radio o un mueble. Durante la tarde a¨²n pod¨ªan escucharse varias detonaciones procedentes de Grbavica. Mirza Jamakovic, jefe de la unidad de artificieros asegura que el desminado del barrio requerir¨¢ mucho tiempo.
"Nuestro coraz¨®n late todav¨ªa. Grbavica, no est¨¢s solo. Slado". Alguien pint¨® en una pared un graffiti de esperanza cuando el fuego parec¨ªa inexpugnable. El martes amanec¨ªa en paz. Desde antes de las seis de la ma?ana, en los accesos acordonados por la polic¨ªa y los soldados de lfor ya se formaban colas de antiguos vecinos. A las nueve, el primer grupo cruzaba el puente de la Fraternidad y la Unidad, uno de los puntos m¨¢s siniestros de la ciudad hasta hace pocos meses por la acci¨®n de los francotiradores.Tras cuatro a?os sin pisar sus calles, sin contemplar los edificios, pr¨¢cticamente irreconocibles, caminan temerosos e inseguros, hay incertidumbre en sus rostros. Se produjeron escenas de euforia y alegr¨ªa, pero tambi¨¦n de decepci¨®n al no encontrar al ser buscado.F¨¢tima tuvo problemas para llegar a su casa. Goran Milicevic, de 32 a?os, es un vecino de su mismo edificio. Se abrazaron en plena calle. ?l le abri¨® la puerta del apartamento. Dentro, la desolaci¨®n. Hace ocho d¨ªas se fueron los ¨²ltimos moradores, refugiados serbios que ocuparon el piso hacia la mitad de la guerra. Se lo llevaron todo en su huida.Pero F¨¢tima encontr¨® un ¨¢lbum de fotos, algunas de su marido -muri¨® poco antes de estallar el conflicto-, y algunos libros. Es lo ¨²nico que se llev¨® de su primera visita a Grbavica despu¨¦s de cuatro a?os. "Claro que me gustar¨ªa volver a vivir aqu¨ª, pero no tengo el dinero que hace falta vara arreglar todo esto", explicaba.
Goran, de padre serbio y madre croata, conductor de profesi¨®n, ha pasado toda la guerra oculto en su apartamento protegido por su familia. La primera vez que sali¨® a la calle fue el 13 de febrero, cuando intentaron que mar el edificio. Ayer era la se gunda vez. S¨®lo dos personas, adem¨¢s de sus padres y su hermana, sab¨ªan de su existencia. "Tem¨ªa ponerme enfermo, por que no pod¨ªa salir". "He pasado muchos d¨ªas sin hablar y en al g¨²n momento decid¨ª dejar de pensar para no volverme loco. Ahora quiero salir y ver qu¨¦ puedo hacer".
Cien polic¨ªas federales velar¨¢n por la seguridad de los habitantes de Grbavica. El ministro del Interior bosnio, Avdo Hebib, y el jefe de polic¨ªa de Sarajevo, Enes Beedrob, aseguran que los derechos de todos los ciudadanos, sin distinci¨®n de nacionalidad, ser¨¢n respetados, y hacen repetidos llamamientos a la poblaci¨®n a trabajar en la reconstrucci¨®n y evitar incidentes. Para evitar la repetici¨®n de la amarga experiencia del traspaso de pode res en llidza, donde hubo saqueos y actos de pillaje, la polic¨ªa s¨®lo permite de momento el acceso a Grbavica a quien acredite que viv¨ªa en el barrio.
[El Tribunal Internacional de la Haya confirm¨® ayer que hab¨ªa autorizado la detenci¨®n en Alemania y Austria de dos sospechos de haber cometido cr¨ªmenes de guerra en la antigua Yugoslavia, informa la agencia Reuter.]
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