Las lluvias de invierno anuncian una primavera no apta para al¨¦rgicos
El ¨ªndice de gram¨ªneas ser¨¢ de los m¨¢s altos en 20 a?os
"La alergia es el precio que el hombre ha de pagar por la civilizaci¨®n". De esta forma un tanto cr¨ªptica, el jefe del servicio de alergia - del hospital La Paz de Madrid y adem¨¢s presidente de la Comisi¨®n Nacional de Alergia, Juan Antonio Ojeda, empieza la narraci¨®n de una historia violenta protagonizada por ant¨ªgenos, inmunoglobulinas y mastocitos segregadores de histamina. M¨¢s sencillo: la batalla contra los procesos al¨¦rgicos. Este a?o, la reedici¨®n anual de esta guerra anuncia una especial virulencia por culpa de las, en su momento, tan deseadas como agradecidas lluvias de invierno."Los a?os de buena cosecha coinciden con primaveras al¨¦rgicas", vuelve a sentenciar Ojeda para detenerse a modo de pre¨¢mbulo en una pedag¨®gica explicaci¨®n de lo que significa estar sensibilizado contra algo o, simplemente, ser al¨¦rgico. "Todo el proceso al¨¦rgico tiene, por as¨ª decirlo, un culpable: una de las cinco inmunoglobulinas de las que dispone el organismo, la que recibe por nombre la letra E".
?sta se ha dise?ado para contrarrestar la posible existencia de par¨¢sitos en el cuerpo. "Dado que en el mundo actual existen muy pocos organismos par¨¢sitos, esta inmunoglobulina desv¨ªa su funci¨®n para un trabajo extra?o: la citada mol¨¦cula tiene la funci¨®n anticuerpo ante un elemento no pat¨®geno", sentencia Ojeda. De otro modo, cuando se tiene en exceso, al reaccionar ante el polen, por ejemplo, esta inmunoglobulina termina provocando la producci¨®n de histamina (segregada por los mastocitos) que a su vez produce todas las molestias asociadas a la alergia. Parad¨®jicamente, la falta de par¨¢sitos -la civilizaci¨®n en definitiva- es, la culpable de los picores, eczemas, rinitis o asmas primaverales.
De todos los p¨®lenes que pululan en vuelo libre son los desprendidos por las gram¨ªneas (trigo, avena o sus m¨²ltiples variaciones silvestres) los m¨¢s frecuentes y con mayor zona de influencia. Entre los meses de abril y julio la polinizaci¨®n de las plantas anem¨®filas (que usan el aire en vez de los insectos -entom¨®filas-) arrojan los granos encargados de favorecer su. reproducci¨®n con el mismo empe?o que provocan picores.
Toda la zona seca est¨¢ copada por las gram¨ªneas. En el norte, sur y ¨¢rea mediterr¨¢nea son otro tipo de plantas las que enrojecen los ojos. Abedules, casta?os o robles en toda la costa cant¨¢brica; parietarias (plantas que crecen en las paredes) en el este de la pen¨ªnsula, y olivos en Andaluc¨ªa. "Cabr¨ªa destacar el caso de Ja¨¦n. Si se acepta que la media centena de granos es suficiente para provocar s¨ªntomas, en determinadas zonas de esta provincia se llegan a concentraciones de 7.000 por metro c¨²bico", dice Ojeda. "Adem¨¢s, si se tiene en cuenta que al viajar en coche la incidencia del polen en los al¨¦rgicos se puede multiplicar hasta por 100, no es dif¨ªcil de imaginar el calvario", contin¨²a el facultativo del hospital La Paz.
En lo que respecta a las gram¨ªneas, si la temporada pasada se consiguieron los ¨ªndices m¨¢s bajos en los ¨²ltimos 20 a?os, esta primavera se espera un registro cerca del r¨¦cord. Seg¨²n el presidente del Comit¨¦ de Aerobiolog¨ªa de la Sociedad Espa?ola de Alergia, Javier Subiza, se estima "una cosecha de m¨¢s de 5.500, granos (sumando las medias diarias) por metro c¨²bico entre abril y julio". De cumplirse las previsiones, por tanto, los 1.500 que se recogieron en 1995 -y teniendo en cuenta los distintos puntos de control distribuidos por las dos Castillas y Extremadura- se multiplicar¨¢n por cuatro y obligar¨¢n a los al¨¦rgicos a recordar sus amargas experiencias de 1990 o 1988 (con ¨ªndices muy altos).
Desde mediados de mayo a mitad de junio, los afectados vivir¨¢n sus peores momentos. "Si lloviera, sin embargo, no se cumplir¨ªa ninguna de las predicciones anteriores", dice Subiza. En caso contrario, la venta de antihistam¨ªnicos ascender¨¢ a la misma velocidad con que muchos se descubrir¨¢n enfermos por primera vez. "Durante muchos d¨ªas se superar¨¢ el umbral de los 50 granos por metro c¨²bico traspasado el cual se empiezan a tener s¨ªntomas. Esto significa que habr¨¢ nuevos pacientes" explica Ojeda.
S¨®lo unos al¨¦rgicos estar¨¢n de enhorabuena esta primavera: Aquellos sensibilizados a las gram¨ªneas que vivan en el norte. Al rev¨¦s que en el resto de la pen¨ªnsula, este tipo de polen es m¨¢s activo en toda la Espa?a verde en periodos de sequ¨ªa. "El a?o viene h¨²medo, luego habr¨¢ pocas gram¨ªneas", dice Subiza. El a?o anterior, por tanto, fue una primavera virulenta (en lo que a gram¨ªneas se refiere y teniendo en cuenta que no es la causa principal de alergias en esta zona) en el norte. En cifras, los 1.500 granos del centro fueron superados en 500. Este a?o, en consecuencia, el proceso ser¨¢ el contrario.
Demasiado tarde a la vacuna
El tratamiento adecuado para combatir las alergias pasa necesariamente por la vacunaci¨®n. Este a?o se vivir¨¢ en las consultas m¨¦dicas un previsible atasco debido a la coincidencia de una cierta desgana de los afectados con las, tambi¨¦n probables, altas concentraciones de gram¨ªneas. Por un lado, la bonanza de los a?os anteriores por culpa de la sequ¨ªa ha desembocado en un abandono de los tratamientos por parte de muchos enfermos. Por otro, una vez iniciado el periodo de polinizaci¨®n ya es tarde para aventurarse en el empleo de vacunas. "El efecto de la suma de las (los cosas puede ser fort¨ªsimo y por tanto s¨®lo queda el tratamiento de: los s¨ªntomas", dice Ojeda.Para combatir la enfermedad con garant¨ªa de curaci¨®n s¨®lo existe la inmunoterapia. Las vacunas utilizadas atienden a dos pautas: preestacional y perenne. En el primero de los casos, se ha de comenzar en febrero y repetirse cada quincena hasta abril. Los tratamientos continuos se alargan durante todo el a?o y se suavizan en periodos de polinizaci¨®n. Descartada la vacuna, s¨®lo queda recurrir a los antihistam¨ªnicos y cortisonas.
Esta primavera, por tanto, ser¨¢ una sorpresa para muchos de, los sensibilizados a los p¨®lenes, que se calcula son el 20% del total de los al¨¦rgicos (entre el 15 y 20% de la poblaci¨®n total). Es decir, una de cada cinco personas sensibles a un alergeno, lo es al polen. Por edades, esta enfermedad alcanza desde sus primeras manifestaciones a los tres a?os de edad hasta los 50 a partir de los cuales disminuye. Los periodos de mayor incidencia se registran entre los 18 y 30 a?os.
En el cap¨ªtulo de recomendaciones, la Sociedad Espa?ola de Alergolog¨ªa e Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica (SEIAC) aconseja evitar en lo posible los d¨ªas secos y calurosos en los que se registra la concentraci¨®n m¨¢s alta de gram¨ªneas. Tambi¨¦n advierte de algo que conviene no olvidar: que el polen se libera fundamentalmente por el d¨ªa y que de madrugada el efecto de inversi¨®n t¨¦rmica nocturna hace que se eleve de nuevo el ¨ªndice. En consecuencia, lo mejor es dormir con las ventanas cerradas. El resto de las advertencias de la SEIAC sobre esta guerra sin cuartel pertenecen al acervo del sentido com¨²n: "evitar los parques y huir del c¨¦sped".
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