Walesa vuelve al tajo para 'ganarse la vida'
El ex presidente de Polonia y premio Noel de la Paz Lech Walesa volvi¨® ayer a los astilleros de Gdansk para ganarse la vida como electricista despu¨¦s de haber sido derrotado en las elecciones del pasado oto?o, Walesa ha dicho que no tiene medios econ¨®micos para mantener a su familia despu¨¦s de que el fisco bloqueara sus cuentas en el banco para exigir al ex presidente el pago de impuestos atrasados. Ayer, Walesa pas¨® en los astilleros apenas una hora y 40 minutos, que dedic¨® a conversar con la direcci¨®n de la empresa y a dar una conferencia de prensa.
El turno de Walesa empezaba a las 6.30, pero el ex presidente apareci¨® cinco minutos antes en los astilleros donde en 1980 dirigi¨® la huelga que dio comienzo al movimiento anticomunista de Solidaridad. El regreso del electricista Walesa al. cabo de seis a?os de ausencia fue, no obstante, cuando menos singular.El ex presidente lleg¨® al tajo en un Mercedes negro acompa?ado de un Lancia Thema en el que iba su escolta. En el coche en que viajaba Walesa iban tambi¨¦n dos guardaespaldas. El veh¨ªculo oficial y la compa?¨ªa de los gorilas son los ¨²nicos privilegios a los que tiene derecho como ex jefe de Estado.
En la legislaci¨®n polaca no existe ninguna regulaci¨®n relativa a la eventual pensi¨®n que pudiesen obtener los antiguos m¨¢ximos mandatarios. Tal ley espera su aprobaci¨®n en el Parlamento. Walesa considera, sin embargo, que su aprobaci¨®n est¨¢ siendo retrasada para humillarle.
"No puede ser que un ex presidente carezca de medios de supervivencia", declar¨® ayer poco antes de entrar en los astilleros. El ex presidente se quej¨® de que el sueldo que percibir¨¢ por su trabajo de electricista no le alcanzar¨¢ ni para pagar el, gas en su casa de Gdansk. Efectivamente, su salario equivaldr¨¢ a unas 30.000 pesetas mensuales. "Mis guardaespaldas ganan dos veces m¨¢s que yo", ironiz¨® Walesa.
Antes de entrar en los astilleros, Walesa apenas habl¨® con unos 100 reporteros que le esperaban en el famoso port¨®n n¨²mero 2, conocido por las im¨¢genes de la huelga de 1980. Vestido con un traje oscuro, corbata a rayas y la inseparable Virgen Negra en la solapa, Walesa entr¨® en la sede de la direcci¨®n de los astilleros. All¨ª fue recibido con todos los honores por el director de la empresa, Ryszard Goluch.
Durante una breve conversaci¨®n, Walesa confes¨® que en casa hab¨ªa discrepancias en cuanto a c¨®mo deb¨ªa ir vestido. "Los familiares me propon¨ªan un jersey, pero me pareci¨® inadecuado", afirm¨®. Durante su encuentro con el jefe de los astilleros, el ex presidente habl¨® sobre la desastrosa situaci¨®n de la empresa, que est¨¢ al borde de la quiebra. Los astilleros, a diferencia de otras empresas del sector en Polonia, no han salido de la crisis. El Gobierno polaco decidi¨® el pasado lunes que los pondr¨¢ en venta, y asegura que hay ya dos importantes consorcios internacionales interesados en su compra.
Tanto durante el encuentro con la direcci¨®n como en la posterior rueda de prensa, Walesa subray¨® que "el problema" de su retorno al trabajo f¨ªsico es "altamente complicado". El ex presidente desea tener asegurada la posibilidad de tomar vacaciones con m¨¢s frecuencia que sus colegas (ahora tiene derecho a 19 d¨ªas libres) para poder salir al extranjero y viajar por el pa¨ªs para entrevistarse con activistas de Solidaridad. "Debo consultarlo con mi capataz y mis compa?eros", afirm¨® Walesa. "No quiero desorganizar el trabajo. Ya saben, uno no puede decir que deja de reparar una m¨¢quina porque tiene que ir a EE UU para dar conferencias", declar¨® el ex presidente a los periodistas.
El capataz
El capataz responsable de la secci¨®n MY de los astilleros afirm¨® que, efectivamente, Walesa saldr¨¢ al extranjero el pr¨®ximo d¨ªa 9 y volver¨¢ a mediados de mes. "Antes de salir tendr¨¢ que cumplir con todas las formalidades", a?adi¨®. De hecho, Walesa tiene que pasar por unos ex¨¢menes m¨¦dicos y aprobar un curso de "higiene y seguridad en el trabajo".
Despu¨¦s de la rueda de prensa, celebrada, como de costumbre, bajo un crucifijo y el emblema nacional, Walesa, acompa?ado de sus guardaespaldas, se detuvo un rato en su secci¨®n de reparaci¨®n de carros el¨¦ctricos, una peque?a sala llena de m¨¢quinas herramientas reci¨¦n pintada de verde.
Seg¨²n los trabajadores de la secci¨®n, el modelo del carro el¨¦ctrico no ha cambiado, de modo que Lech Walesa no tendr¨¢ ning¨²n problema para poder repararlos. "El se?or presidente nos salud¨®, habl¨® con nosotros un rato y cerr¨® con candado su armario", afirm¨® un compa?ero del hist¨®rico l¨ªder de Solidaridad.
Una decisi¨®n pol¨¦mica
"Es una verg¨¹enza que la Polonia democr¨¢tica y libre no tenga una ley que permita vivir dignamente a un ex presidente", afirm¨® ayer el sacerdote Henryk Jankowski, durante largos a?os el confesor y pr¨®ximo colaborador de Walesa. Jankowski entreg¨® ayer a Walesa un juego de destornilladores de color rojo con la inscripci¨®n: "Para el primer electricista de la Rep¨²blica. Que Dios le ayude en el trabajo".El primer ministro, el socialdem¨®crata Wlodzimierz Cimoszewicz, dijo admirar la decisi¨®n de Walesa. "Quiero decir que cuando llegue mi hora me retirar¨¦ tambi¨¦n a mi granja", se?al¨®. El l¨ªder del principal partido de oposici¨®n, la centrista Uni¨®n de la Libertad, Leszek Balcerowicz, critic¨® a la coalici¨®n izquierdista gobernante por no haber aprobado la ley que otorgar¨ªa a los presidentes el t¨ªtulo de senador vitalicio, con una pensi¨®n adecuada.Seg¨²n un sondeo, la mayor¨ªa de los polacos desaprueba la decisi¨®n de Walesa. Un 63% opina que deber¨ªa seguir en pol¨ªtica. Otros, cansados de los conflictos que provoc¨®, opinan como el obrero de los astilleros Adam Trofimow: "Es normal; no hay trabajo que deshonre".
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