Concluyen con mejoras para los presos y sin represalias los motines en Argentina
Prometidas sustanciales mejoras y ninguna represalia, los 1.064, amotinados desde hace ocho d¨ªas en Sierra Chica depusieron ayer pinchos y amenazas y liberaron a sus 17 rehenes. Respiraron internos, autoridades y familiares. Uno de ¨¦stos es Carlos. "Ni choro ni cana, hijo m¨ªo" le aconsej¨® siempre su padre, recluso en este duro presidio de Buenos Aires. Carlos, ni delincuente ni polic¨ªa, como le ped¨ªa su progenitor, era un canijo de cuatro a?os en la primera visita a su padre. Le sigui¨® de penal en penal y cumpli¨® los 26 visit¨¢ndole en Sierra Chica, epicentro de una de las revueltas carcelarias argentinas mas graves.
La debilidad del padre de Carlos fueron siempre los transportes de caudales. Viv¨ªan entonces como marqueses. Atrapado el viejo, se acab¨® la guita. Carlos, ch¨®fer de autobuses, esperaba que acabase pronto el mot¨ªn; tambi¨¦n otros cientos de familiares: alojados a 500 pesetas la noche en el almac¨¦n La Candela, acampados, en casa o al raso. Todos se quejan. "Mi hijo lleva tres a?os preso por robar una sidra y un pan dulce para Navidad". "Al m¨ªo ten¨ªan que haberlo liberado el 15 de marzo".Los presos m¨¢s temidos, sobrados de dinero y condenas, controlaron el mot¨ªn de Sierra Chica y no se movi¨® un alma en este penal sin su consentimiento. Son asesinos sentenciados a prisi¨®n de por vida, jefes de superbandas, reventadores de blindados, hampones violentos con gente armada a sus ¨®rdenes en los presidios sumados a la generalizada revuelta. Casi legendario, Luis Valor se impone y dicta desde Jun¨ªn, y le rinden pleites¨ªa sus pares, admirados de su jefatura en una partida de atracadores que acumul¨® cinco millones de d¨®lares (625 millones de pesetas) de bot¨ªn en menos de cinco a?os.
Es seguro que la bronca comenz¨® empujada por delincuentes notables, m¨¢s enfurecidos por una fuga impedida a tiros cuando escalaban un muro de siete metros en Sierra Chica que interesados en mejorar las duras condiciones de vida de sus compa?eros, 2,90 de ellos con cadena perpetua. Pero aunque el mot¨ªn pudo estallar a voluntad de una minor¨ªa, o desordenadamente como ocurri¨® hace a?os con el m¨¢s sangriento, cuando apagaron el televisor a un preso, son necesarias ciertas condiciones.
23 protestas anuales
Y en Argentina, como en el resto de Am¨¦rica Latina, abundan. La indefinici¨®n o larga duraci¨®n de los procesos, la violencia el terror de las bandas o la catadura de los cabecillas, la injuria, la falta de respeto, los castigos prolongados, el sometimiento excesivo, imperan en los pabellones penitenciarios, y el grueso de las 26.000 personas privadas de libertad en Argentina llega esposado desde las villas miseria o barrios pobres. Se registran 23 protestas cada a?o: con 60 muertos en 1978, 30 en 1991 y un n¨²mero indeterminado en esta ocasi¨®n. Oficialmente, menos de cuatro. La readaptaci¨®n social es una, quimera. "La situaci¨®n carcelaria del pa¨ªs est¨¢ en quiebra", asegura El¨ªas Neuman, director de la Escuela de Victimolog¨ªa.
"Se requiri¨® la apertura de una celda de aislamiento [de 2,50 por 1,50 metros] que estuviera ocupada, observ¨¢ndose a cuatro personas, hacinadas, en calzoncillos, y que en cuclillas, apenas apoyadas en los camastros inferiores, com¨ªan de un mismo plato". La descripci¨®n corresponde a un informe elevado por el juez federal Jorge Ballesteros a, la C¨¢mara Nacional de Apelaciones y al ministerio, despu¨¦s de visitar las c¨¢rceles de Ezeiza, Caseros y Devoto.
En esta ¨²ltima, el magistrado quiso entrevistarse con dos internos y debi¨® avanzar para ello por unas precarias escaleras, sucias, malolientes y sepultado de desechos y basura. "Se hallan sin luz alguna, habiendo el suscripto ascendido y descendido a tientas". La mayor¨ªa, constat¨® Ballesteros, desconoce la situaci¨®n de sus causas o la identidad de los jueces encargados de ellas.
Las prisiones de la provincia de Buenos Aires, donde hace 114 a?os se levant¨® Sierra Chica, agrupan a la mitad de todos los presos de Argentina, su capacidad ha sido desbordada y algunas albergan el doble de presos. De cerca de 12.000 reclusos, el 70% lo es sin condena en firme, y 2.500 esperan en comisar¨ªas. El mayor n¨²mero de polic¨ªas cumple funciones en esta provincia y hay muy pocos jueces por habitante.
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