Los doctorandos gastan 25.000 pesetas en convidar a los miembros del tribunal
Salm¨®n ahumado, merluza en salsa verde, un buen solomillo o una paellita. Los men¨²s a los que invitan tradicionalmente la mayor¨ªa de los doctorandos a los miembros de su tribunal son de lo m¨¢s variado pero, eso s¨ª, pocas veces bajan de las 3.500 pesetas por persona. Cantidad que; multiplicada por las cinco personas del tribunal, m¨¢s el director de tesis y el propio doctorante suma una media de 25.000 pesetas. Sin embargo, no son pocos los casos en los que la cantidad por persona asciende hasta las 5.000 pesetas.
Un verdadero compromiso
"Te puedes gastar poco en invitar a comer a tu tribunal, pero quedas mal. Yo me dej¨¦ m¨¢s de 30.000 pesetas en la comida, por el compromiso", dice Javier Ortega, que ley¨® su tesis en Biolog¨ªa hace un par de a?os. "Hay una cierta coacci¨®n porque tu contacto con esas personas no acaba despu¨¦s de que juzguen tu tesis, sigues dependiendo de ellos en el futuro para las plazas a las que puedas optar en la Universidad".La mayor¨ªa de los profesores y catedr¨¢ticos se muestran encantados de que les inviten a participar en los tribunales. Entre la decena de profesores universitarios consultados, la mayor¨ªa defiende esta tradici¨®n, aunque algunos se conforman con un acto m¨¢s austero. El elegido para la comida de lectura de tesis, suele ser un restaurante pr¨®ximo a las universidades. Los ma?tre lo saben de, sobra. Por ejemplo, los doctorandos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid suelen reservar mesa en el Club de Tiro Cantoblanco y los del campus de Burjasot de la Universidad de Valencia suelen ir a Benissano, un lugar t¨ªpico de paellas. Manolo, el maitre del restaurante del Club de Tiro, dice que hay doctorandos "que reservan mesa para la comida de la lectura de tesis con unos d¨ªas de antelaci¨®n y otros con un mes. Algunos de estos j¨®venes eligen una de las opciones de men¨² de 1.800 pesetas por persona, pero muchos eligen a la carta y que les sale entre las 4.000 y 5.000 pesetas por persona, dependiendo del vino elegido".
Julio Caraba?a, profesor de Sociolog¨ªa de la Educaci¨®n en la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que existe esta costumbre al menos desde que ley¨® :su tesis en Valencia, hace varias d¨¦cadas. "Es una tradici¨®n antigua e inocua. Creo que se trata simplemente de festejar que un licenciado se hace doctor y me parece bien desde que el doctorando invite a tomar unas tapas, hasta que pague una buena comida".
Sin embargo, algunos de estos j¨®venes doctores no est¨¢n del todo de acuerdo. Un buen n¨²mero considera que no existe ninguna raz¨®n por la que tengan que invitar, por tradici¨®n, a unas personas con las que ¨²nicamente mantienen una relaci¨®n profesional. "A m¨ª me parece un abuso", opina Ignacio S¨¢nchez Cuenca, doctor en Sociolog¨ªa, que actualmente ejerce como profesor en la Universidad de Salamanca. "Es una tradici¨®n que distorsiona un poco el acto de lectura de tesis, supone una interferencia en el proceso de evaluaci¨®n de las tesis. Todo el mundo da por supuesto que vas a invitar y, si no lo haces, quedas mal con ellos".
Este profesor opina: "en todo caso, deber¨ªan ser los miembros del tribunal los que invitaran al reci¨¦n doctorado".
Impensable en EE UU
Robert Fishman, profesor en la Universidad de Notredame (situada en el Estado norteamericano de Indiana), que ha participado en tribunales de tesis tanto en su universidad como en la de Harvard, dice: "una costumbre como ¨¦sta ser¨ªa impensable en mi pa¨ªs. Se supone que los miembros del tribunal tienen que emitir una valoraci¨®n honesta y que el doctorando no les debe nada. Si acaso, si alguien del tribunal le da buenas, ideas y publica la tesis, lo normal es incluir su nombre en los agradecimientos".En cualquier caso, lo que para muchos clama al cielo es que esta tradici¨®n se haya extendido a los tribunales que juzgan a los licenciados que opositan a una plaza de profesor titular. "Un grupo de profesores hemos creado una liga contra las invitaciones tanto del opositor que saca la plaza como de los directores de departamento que presentan a uno de los candidatos", cuenta Caraba?a, "muchas veces el docente que presenta a un candidato tiene la costumbre de invitar al tribunal antes del acto. Tambi¨¦n es violento que te invite el que ha ganado la plaza, sobre todo cuando has votado contra de ¨¦l. Se est¨¢ juzgando a varias personas para una puesto de trabajo de por vida y se tiene una horrible sensaci¨®n de que se busca el favoritisino".
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