Armas f¨¢ciles

CON LOS permisos de armas, sea una pistola, una escopeta para cazar o un rifle para practicar el tiro ol¨ªmpico, no se deber¨ªa jugar. Un informe del Colegio de Psic¨®logos de Catalu?a, remitido al gobernador civil de Barcelona, muestra, sin embargo, hasta qu¨¦ punto son insuficientes e inseguras las pruebas de aptitud psicol¨®gica exigidas para investigar la salud mental de los varios miles de personas que cada a?o solicitan una licencia de armas o quieren revisar la que poseen. El burocratismo, la rapidez, la ausencia, en definitiva, del m¨¢s elemental rigor quitan todo valor a unas pruebas destinadas a prevenir cualquier alteraci¨®n psicol¨®gica o mental en el poseedor de un arma y evitar en lo posible un uso indebido o criminal que, a veces, concluye en tragedia.En Espa?a la legislaci¨®n sobre licencia de armas se ha hecho cada vez m¨¢s exigente. Pero de nada sirve esa exigencia te¨®rica si luego, en la pr¨¢ctica, las pruebas de aptitud mental no son correctamente evaluadas y se permite que accedan al uso de armas personas con taras en su personalidad o simplemente predispuestas a tirar a todo lo que se mueve cuando van de caza, o que no son conscientes de la necesidad de no consumir alcohol antes de usarlas. La responsabilidad de que algo tan grave no suceda recae, en primer t¨¦rmino, en los profesionales de los centros privados encargados de ese reconocimiento. El ¨¢nimo de lucro o la precariedad laboral del sector no justifican en modo alguno la falta de rigor en la realizacion de unas pruebas de las que depende la idoneidad de los permisos de armas. Pero el problema ata?e fundamentalmente a la Administraci¨®n. Ser¨ªa una temeridad por su parte quedarse quieta ante la constancia de que los controles que ella exige s¨®lo son papel mojado.