Mucho cari?o sin esperar nada a cambio
Un joven autista aprende a comunicarse con la compa?¨ªa de una perra
Zia, una perra de once a?os, mezcla de pastor belga y alem¨¢n, contribuy¨® con su compa?¨ªa a que un joven ¨¢utista de 20, de nombre Marcelino, mejorara notablemente sus aptitudes comunicativas. Los responsables de la fruct¨ªfera amistad fueron dos pedagogas, Mar¨ªa Cristina Medina y Mar¨ªa Teresa Mansilla, y un veterinario, Carlos V¨¢zquez, quienes recogen los resultados del experimento en el libro reci¨¦n publicado Autismo: hacia la recuperaci¨®n afectivo-social a trav¨¦s de la terapia asistida por animales.Los tres autores coinciden en que el mayor logro de Z¨ªa fue algo tan complicado como atraer la atenci¨®n de un autista adulto, mejorando su capacidad de concentraci¨®n y comunicaci¨®n. A lo largo de 13 sesiones semanales de media hora, Marcelino pas¨® de sentir miedo y desconfianza ante la perra a darle de comer, acariciarla, lavarla e incluso sentir celos cuando otros compa?eros deficientes mentales jugaban con ella.
El objetivo, sin embargo, no era que el muchacho se relacionase con el animal, sino, tal y como explica Mar¨ªa Cristina Medina, "aprovechar para otro tipo de aprendizajes las aptitudes logradas en presencia de la perra"-. Marcelino extrapol¨® al trato con sus semejantes la capacidad de relacionarse. aprendida con Z¨ªa,. disminuyendo su autoaislamiento y mejorando su aprendizaje, Lo que no se consigui¨® fue eliminar las conductas negativas, corno balanceos, autoagresiones leves o estereotipias (movimientos. compulsivos con las manos).
La presencia de perros, gatos, caballos y delfines en terapias para minusv¨¢lidos ps¨ªquicos es cada vez m¨¢s frecuente. La ventaja que ofrecen los canes, aparte de ser asequibles y f¨¢ciles de adiestrar, la resume Carlos V¨¢zquez en que "a diferencia de las personas, dan mucho cari?o sin esperar nada a cambio y no les condiciona ser rechazados".
Los perros resultan particularmente eficaces en la educaci¨®n los autistas, cuya deficiencia consiste en la incapacidad para relacionarse con sus semejantes y enfrentarse a situaciones cotidianas, independientemente de su capacidad intelectual, porque se ven identificados en los actos simples, rutinarios, repetitivos y no verbales de los animales, a la vez que se comunican con ellos satisfaci¨¦ndoles necesidades que conocen bien, como andar, comer, beber o ser acariciado.
El beneficio que supuso para Marcelino conocer a Z¨ªa no se interrumpi¨® al finalizar el proyecto, y gracias a lo que aprendi¨® entonces su evoluci¨®n es positiva; pero quienes les presentaron consideran como ideal que pudieran seguir juntos. Despu¨¦s del experimento, llevado a cabo de forma altruista, sus. art¨ªfices desean generalizar la experiencia, para comprobar si la mejor¨ªa de Marcelino fue una casualidad, o por el contrario, para conocer las posibilidades reales de los perros como un instrumento terap¨¦utico m¨¢s, con el que contar en los casos en los que se demuestre su eficacia.
Terapia complementaria
La utilizacion de perros como gu¨ªas para ciegos y sordos, o para dar asistencia a personas con discapacidades f¨ªsicas, es hoy en d¨ªa una pr¨¢ctica generalizada; sin embargo, su participaci¨®n en psicoterapia es novedosa, y los expertos recalcan que se trata de, un complemento a los tratamientos m¨¦dicos tradicionales.El precedente m¨¢s conocido en este campo es el libro del doctor Boris M. Levinson Psicoterapia infantil asistida por animales, en el que se recogen experiencias sobre la utilidad de animales dom¨¦sticos en la ayuda al diagn¨®stico de algunas enfermedades, gracias al elemento de confianza que introducen en la relaci¨®n m¨¦dico-paciente.
Levinson defiende que la compa?¨ªa de perros, gatos, lagartos o ratones presenta innumerables beneficios para ni?os internados en residencias, retra¨ªdos o con problemas escolares o de comportamiento.
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