EL CUENTO DE LOS TRES ABUELITOS

?ranse una vez tres abuelitos carteristas que se dedicaban como lobos no s¨®lo a llevarse la cesta de Caperucita, sino los monederos y equipajes de todos los viajeros de la estaci¨®n Tiburtina de Roma. Ten¨ªan 81, 68 y 63 a?os, y sal¨ªan todas las ma?anas, al alba, de Torre Annunziata, N¨¢poles, hasta que llegaban a la capital, y se pon¨ªan manos a la obra, a demostrar que se hab¨ªan jubilado de todo menos del arte de acrecentar su folio de antecedentes penales. Los abuelitos carteristas ca¨ªan sobre los viajeros de la estaci¨®n ferroviaria en tr¨ªo: Domenico Panefia, el de 81 a?os, hac¨ªa que se tropezaba y se abrazaba a la v¨ªctima, mientras sus compis, Salvatore Manfro y Carmine Limatola, intentaban demostrar que empujaban por que perd¨ªan el autob¨²s, y la tanteaban hasta dar con el bot¨ªn. Pero un d¨ªa los cazadores de la polic¨ªa les pillaron con las manos en la cestita de un se?or que iba a Calabria, al que acababan de robar un tarrito de miel en forma de billetero con dos millones de liras, unas 160.000 pesetas. A los lobos jubilados se les acab¨® la fiesta. Y encima tuvieron que dar gracias de que en Italia no est¨¦ permitido que les abran la panza, se la llenen de piedras y les echen al T¨ªber. Todo lo que dijeron a la polic¨ªa es que ellos no eran violentos. La polic¨ªa les replic¨®: ?menos lobos!.-