"Los hombres tienen que luchar por las utop¨ªas"
El h¨¦roe de la revoluci¨®n de los claveles, el teniente coronel Otelo Saraiva de Carvalho, a¨²n piensa que el sue?o revolucionario es posible. Veintid¨®s a?os despu¨¦s de la rom¨¢ntica e incruenta revoluci¨®n portuguesa, el rostro y el coraz¨®n de aquel movimiento a¨²n conf¨ªa en alcanzar la "democracia directa, la participaci¨®n activa de los ciudadanos en las decisiones a trav¨¦s de asambleas populares". El h¨¦roe pas¨® a ser un villano. Fue acusado de organizar los homicidios de las FP-25, un grupo terrorista surgido tras el Veinticinco de Abril. A pesar de beneficiarse de una amnist¨ªa promulgada recientemente a iniciativa de Mario Soares, Otelo Saraiva de Carvalho tendr¨¢ que sentarse nuevamente en el banquillo. Se considera aislado pol¨ªticamente, reconoce ser un idealista, no considera ofensivo ser tachado de ingenuo y no ha renegado de sus objetivos revolucionarios. Otelo a¨²n sigue so?ando con la revoluci¨®n.Pregunta. ?Acepta la amnist¨ªa concedida a las Fuerzas Populares Veinticinco de Abril [FP-25]?
Respuesta. Desde que todos los implicados salimos de prisi¨®n, en mayo de 1989, yo fui requerido muchas veces para luchar por una amnist¨ªa para los reos de las FP-25. Mi posici¨®n fue siempre la misma. Yo no pido la amnist¨ªa a nadie porque no tengo que pedir perd¨®n a nadie por nada. Por tanto, no he luchado ni lucho por la amnist¨ªa. Mi posici¨®n es procurar demostrar que, no pidi¨¦ndola, la amnist¨ªa es una medida importante que deb¨ªa ser tomada por la Asamblea de la Rep¨²blica. Es importante tambi¨¦n para nosotros, porque nos libera de la pesadilla permanente que supone las consecuencias de nuestra libertad provisional. Pero la amnist¨ªa le interesa tambi¨¦n al Estado, porque no puede resolver a trav¨¦s del poder judicial esa mara?a jur¨ªdica de procesos a¨²n pendientes.
P. Insisto, ?acepta o rechaza esa amnist¨ªa?
R. La amnist¨ªa promulgada es una medida restringida, es una amnist¨ªa incompleta que nos volver¨¢ a sentar en el banquillo como acusados de la autor¨ªa moral de los homicidios de las FP-25. [El Estado amnisti¨® la asociaci¨®n il¨ªcita, pero no los cr¨ªmenes de sangre]. En esas circunstancias, yo, que no ped¨ª amnist¨ªa alguna, aunque considero que es una medida pol¨ªtica importante, estoy en contra de esa amnist¨ªa. Tengo que acatarla porque es una ley irrevocable, a no ser que el Tribunal Constitucional decida lo contrario, pero no estoy de acuerdo con ella, porque me ha convertido en una especie de delincuente com¨²n.
P. ?Ha comentado su opini¨®n con Mario Soares [ex presidente de Portugal?
R. Le dije que estaba en contra de esa anmist¨ªa restrictiva. El asunto me ha provocado enormes perjuicios. He sido violentamente criticado por la derecha por ser beneficiario de algo que que yo no he pedido y, adem¨¢s, he vuelto a ser acusado de haber mandado matar a gente, cosa que nunca hice.
P. ?S¨®lo Mario Soares pod¨ªa haber tomado esa iniciativa?
R. Mario Soares, que tiene una gran visi¨®n de Estado y un gran coraje pol¨ªtico, decidi¨® tomar esa iniciativa porque consideraba que constitu¨ªa un enorme desprestigio para la instituci¨®n judicial que este asunto estuviera a¨²n pendiente. La ¨²nica soluci¨®n es archivar todo el caso. Los reos ya estuvieron presos ?cinco a?os!, lo que equivaldr¨ªa casi a una condena de doce a?os. Est¨¢n todos reintegrados en la sociedad. No tiene sentido seguir con este asunto despu¨¦s de tanto tiempo.
P. ?Qu¨¦ piensa hacer ahora?
R. Yo quiero seguir la batalla juridica y defiendo que se repita enteramente el juicio.
P. ?Se siente con fuerzas para sentarse nuevamente en el banquillo de los acusados despu¨¦s de haber pasado cinco a?os en prisi¨®n?
R. No tendr¨¦ m¨¢s remedio. Si el Constitucional declara procedente esta amnist¨ªa restringida, tendr¨¦ que volver a ser un reo de las FP-25 y me sentar¨¦ en el banquillo de los acusados en todos aquellos casos en los que el ministerio p¨²blico considere que estuve involucrado en homicidios involuntarios. Y en este sentido quiero dejar bien claro que yo nunca fui condenado en firme por esos homicidios. Mi sentencia nunca ha llegado a ser firme, porque est¨¢n pendientes de resolver los recursos jur¨ªdicos que yo present¨¦ antes las instancias judiciales superiores. Por tanto, a los ojos de la Constituci¨®n portuguesa, mis compa?eros y yo debemos ser considerados hasta hoy como inocentes o presuntos inocentes.
P. ?Sigue defendiendo la democracia directa, aquel so?ado modelo de sociedad de por el que lucharon enla revoluci¨®n de los claveles?
R. S¨ª, en mi opini¨®n est¨¢n abri¨¦ndose puertas para la b¨²squeda de nuevos reg¨ªmenes como el de la democracia directa. Hay porcentajes elevad¨ªsimos de abstenci¨®n en todas las elecciones. Yo no estoy de acuerdo con el modelo de sociedad que tenemos ahora en Portugal.
P. ?No han variado en nada sus objetivos pol¨ªticos?
R. La revoluci¨®n abri¨® la posibilidad de conseguir la democracia parlamentaria. Pero durante el proceso revolucionario, que dur¨® aproximadamente 19 meses, mis ideas pol¨ªticas se alteraron esencialmente. Yo consider¨¦ fundamental la participaci¨®n del pueblo. Los partidos pol¨ªticos apartan a los ciudadanos de las decisiones. El pueblo se limita simplemente a votar en los procesos electorales. Yo creo y sigo defendiendo la democracia directa, sin partidos pol¨ªticos. Los ciudadanos tienen que actuar reunidos en asambleas populares. Esto ser¨ªa f¨¢cil hacerlo si hubiera voluntad pol¨ªtica.
P. ?La revoluci¨®n, entonces, ha sido un ¨¦xito o un fracaso?
R. Yo no dir¨ªa de una forma radical que la revoluci¨®n fue un fracaso o un ¨¦xito. Estamos en un sistema democr¨¢tico, que funciona mal en mi opini¨®n, pero funciona. La descolonizaci¨®n, otro de los grandes objetivos de la revoluci¨®n, fue conseguida, aunque el proceso no ha discurrido de la forma deseada. Las antiguas colonias se vieron abocadas a cruentas guerras civiles y viven de las donaciones internacionales. En t¨¦rminos sociales, los portugueses han mejorado su capacidad.
P. ?Las tres D (democracia, descolonizaci¨®n y desarrollo) fueron alcanzadas?
R. Fueron casi alcanzadas. La descolonizaci¨®n no fue realizada correctamente, la democratizaci¨®n tiene defectos considerables, y el desarrollo est¨¢ muy lejos del que nos gustar¨ªa, pero el Veinticinco de Abril no fue un fracaso.
P. ?Est¨¢ satisfecho?
R. No, porque me gustar¨ªa que todos los objetivos de la revoluci¨®n se hubieran conseguido. Estoy satisfecho de los grados de libertad que hemos alcanzado. Eso s¨ª ha sido extremadamente positivo, pero estamos todav¨ªa muy lejos de lo que quer¨ªamos. Siento un orgullo muy grande por los objetivos conseguidos a trav¨¦s de la revoluci¨®n.
P. ?Rechaza la lucha armada?
R. Yo nunca fui partidario de la lucha armada. Ahora bien, creo que ante la tiran¨ªa y la dictadura los pueblos tienen derecho a la insurrecci¨®n armada. Y quiero aclarar que yo nunca fui ni fundador ni dirigente ni activista de las FP-25. Las FP-25 estuvieron presentes en el Proyecto Global que yo fund¨¦, pero como un grupo independiente, con su propia direcci¨®n y sus propios estatutos. Es absurdo, a estas alturas, seguir consider¨¢ndonos autores morales de cualquier acci¨®n realizada por las FP-25.
P. ?Pero usted nunca conden¨® las acciones de las FP-25?
R. Aqu¨ª hubo un problema importante que hay que aclarar. ?Por qu¨¦ hubo ese pacto de silencio, esa conspiraci¨®n del silencio? Las FP-25 se nutrieron de gente del FUP (Frente de Unidad Popular) y de las Brigadas Revolucionarias, integradas en el Proyecto Global. Cuando ellos se convierten en grupo armado, nosotros no criticamos sus acciones, porque los objetivos pol¨ªticos eran similares.
P. ?Se considera un ingenuo como le califican algunos en su pa¨ªs?
R. Soy un idealista y no considero el calificativo de ingenuo como un insulto.
P. ?Cree en las utop¨ªas? ?A¨²n cree que es posible el sue?o revolucionario?
R. Yo creo que hoy no hay condiciones m¨ªnimas para conseguir un r¨¦gimen de democracia directa, que, de hecho, no existe en el mundo. ?se era el gran sue?o revolucionario. Es una utop¨ªa, pero los hombres tienen que luchar por las utop¨ªas. Cualquier r¨¦gimen pol¨ªtico o avance social ha sido conseguido por grandes luchas hist¨®ricas que se fueron alcanzando desde que el hombres es hombre. Y nos permitieron llegar hasta donde estamos. Nadie cre¨ªa durante la dictadura fascista que llegar¨ªamos a una democracia representativa. Y lo conseguimos.En la historia de los pueblos hay muchos caminos por recorrer.
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