Los capitanes toman la Embajada
25 oficiales de la Revoluci¨®n de los claveles, homenajeados en la sede diplom¨¢tica espa?ola en Lisboa
La simpat¨ªa espa?ola por la evoluci¨®n de los Claveles en Portugal registr¨® el pasado lunes por la noche un nuevo dato. El embajador espa?ol en Lisboa, Ra¨²l Morodo, ofreci¨® un singular homenaje a los capitanes de aquel Veinticinco de Abril que en 1974 abrieron el camino hacia la democracia en el pa¨ªs vecino. El escenario fue la residencia del embajador, y al homenaje acudieron justamente 25 militares que aquel a?o ten¨ªan el grado de capit¨¢n.En un ambiente relajado y distendido, Morodo expres¨® su "reconocimiento y gratitud al Movimiento Veinticinco de Abril, que signific¨® y- ha significado tanto para la nueva historia democr¨¢tica de Portugal y de la propia Espa?a". "En aquellos momentos", subray¨®, "Portugal fue una referencia rom¨¢ntica y ut¨®pica para todos los espa?oles que ansiaban la libertad".
Entre los asistentes destacaba el teniente coronel Melo Antunes, uno de los principales ide¨®logos de aquel movimiento, nombrado el martes consejero de Estado por el presidente de la Rep¨²blica, Jorge Sampaio. Melo Antunes agradeci¨® a Morodo, "viejo combatiente antifascista", el tributo ofrecido por el Gobierno espa?ol a la Revoluci¨®n de los Claveles, "unos episodios que deben estar presentes siempre en la memoria hist¨®rica de Espa?a y Portugal". Antunes record¨® que "el Movimiento Veinticinco de Abril pertenece a los pueblos ib¨¦ricos no s¨®lo a Portugal".
A pesar de las diferencias ideol¨®gicas que ahora separan a algunos de estos militares, las palabras de Melo Antunes provocaron un un¨¢nime aplauso. Todos debieron recordar la fiesta colectiva que el 25 de abril supuso para los portugueses y para muchos espa?oles que cruzaron la frontera los d¨ªas posteriores al incruento golpe de Estado.
La cena y los discursos dieron paso a la tertulia, en la que particip¨® el juez Ventura P¨¦rez Mari?o, amigo de Morodo, que est¨¢ pasando unos d¨ªas en Portugal. La mayor¨ªa de los 25 capitanes est¨¢n ya retirados del Ej¨¦rcito con altas graduaciones. All¨ª hab¨ªa un mariscal, un almirante, seis generales, siete coroneles, seis tenientes coroneles, dos comandantes y dos mayores. Tambi¨¦n se sum¨® al homenaje el jefe de la Casa Civil de la Presidencia de la Rep¨²blica Portuguesa, el embajador Antonio Franco.
Todos los ex capitanes, con 22 a?os m¨¢s y muchas canas en sus cabezas, recordaron con a?oranza aquellos sue?os revolucionarios. A pesar de que no consiguieron todos sus objetivos, los capitanes est¨¢n enormemente satisfechos del camino recorrido hasta ahora. Algunos de ellos dicen no soportar ahora los pesados debates que marcan la actualidad pol¨ªtica portuguesa. "No puede ser", dice uno de ellos, "que el Gobierno y la oposici¨®n se pasen meses discutiendo sobre la regionalizaci¨®n del pa¨ªs. ?Nos est¨¢n aburriendo a todos! El pa¨ªs tiene otros problemas por la econom¨ªa y el empleo".
El teniente coronel Otelo Saraiva de Carvalho, el m¨¢s idealista de los capitanes, insiste en que los procesos pol¨ªticos que se avecinan conducir¨¢n a la democracia directa, "al gobierno de los ciudadanos a trav¨¦s de asambleas populares". El general Garc¨ªa dos Santos, ex jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito y oficial clave en el golpe, sostiene que uno de los desaf¨ªos pendientes en Portugal es la modernizaci¨®n del Ej¨¦rcito, del que fueron apartados muchos de los militares del Veinticinco de Abril.
Pero, sobre todo, los h¨¦roes de la revoluci¨®n muestran un enorme inter¨¦s por la evoluci¨®n pol¨ªtica espa?ola y la personalidad del futuro presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, desconocido para los viejos militares de la revoluci¨®n. Melo Antunes, el ex ministro de Ex teriores que contribuy¨® decisivamente, a la normalizaci¨®n de las relaciones bilaterales a trav¨¦s de sus contactos con Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, reconoce que "Espa?a ha avanzado mucho". "La democracia se ha consolidado, y la alternancia en el poder funciona perfectamente, como se ha demostrado en las ¨²ltimas elecciones". ?Aznar? ?El futuro de Espa?a? "No s¨¦", dice Antunes, "no tengo una bola de cristal, pero les deseo lo mejor a los espa?oles".
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