Que torera m¨¢s buena

Volvi¨® Cristina S¨¢nchez y tore¨® como los ¨¢ngeles. Los ¨¢ngeles ya se sabe que no tienen sexo, y el arte tampoco lo conoce. Tore¨® Cristina S¨¢nchez seg¨²n mandan los c¨¢nones y como ya apenas se ve. Qu¨¦ buena torera es Cristina S¨¢nchez. Y qu¨¦ mala matadora. Por matar desastrosamente perdi¨® una oreja, quiz¨¢ dos, incluso la gloria de la puerta grande en tal caso, pues al p¨²blico le hab¨ªa conmovido y hasta arrebatado su toreo de alta escuela.Al segundo novillo de la tarde lo mat¨® Cristina S¨¢nchez mal, despu¨¦s de haberle hecho una faena excelente, mejor en los derechazos que en los naturales. Y al quinto lo acuchill¨® de infamante manera, tras haber bordado el toreo. A qui¨¦n se le ocurre. Durante la vuelta al ruedo que dio despu¨¦s Cristina S¨¢nchez, verdaderamente clamorosa, se la ve¨ªa disgustada, quiz¨¢ se le escap¨® una l¨¢grima. El ¨¦xito grande en Madrid se le hab¨ªa esfumado. Pero los aficionados no ten¨ªan la culpa, el presidente que deneg¨® la oreja tampoco.

No es la primera vez que Cristina S¨¢nchez remata por las malas faenas desarrolladas en divina forma. Mal asunto es ¨¦se para su porvenir. Sin embargo ejecuta las reglas del arte con cabal fidelidad a sus esencias, las interpreta con justo e inspiraci¨®n y resulta de ah¨ª el mejor toreo que pueda verse, lo mismo en los escalafones superiores que en los inferiores de la actual torer¨ªa.

Citar al toro en la distancia precisa que requieren sus pies y su codicia, tra¨¦rselo toreado de delante, correrla, mano Con templanza, ce?ir la suerte, mandar en todo su recorrido... Y, adem¨¢s, ligar los pases. As¨ª tore¨® Cristina S¨¢nchez y ah¨ª estuvo el ¨²nico secreto de que toda su faena fuera coreada con estruendosos ol¨¦s y de que pusiera la plaza boca abajo.

Ligar los pases quiz¨¢ fuera lo que m¨¢s agradeci¨® la afici¨®n. Cuando a correr lo llaman torear, cuando las mismas figuras son absolutamente incapaces de dar dos pases seguidos sin estarse quietas, cuando a las faenas concebidas con semejantes modos las llaman gestas, lleg¨® calladamente, acaso humildemente esta mujer torera y les dio un repaso a sus colegas ense?¨¢ndoles cuanto tiene de meritorio, profundo, emocionante y bello el arte de torear.

Tres tandas de redondos rematados mediante los pases de pecho le dio al quinto novillo, ensay¨® el natural sin acoplarse a la embestida y en uno de ellos result¨® achuchada y encunada; volvi¨® al toreo grande por el otro pit¨®n... Llegado el momento de cuadrar ya ten¨ªa el ¨¦xito conseguido, la puerta grande abri¨¦ndose de par en par. Y lo perdi¨® todo por meter el horrendo espadazo aquel; un infamante bajonazo que desmerec¨ªa la extraordinaria faena.

Francisco Jos¨¦ Porras recibi¨® a sus dos novillos con largas cambiadas de rodillas en el centro del redondel -tres le dio al que abri¨® plaza-, entr¨® a los quites, cuaj¨® faenas valent¨ªsimas tambi¨¦n de buen torear. Uceda Leal estuvo muy asentado en su primero, al que templo por redondos y naturales de irreprochable estilo, y en cambio al sexto le aplic¨® un trasteo sin sentido, premioso e interminable. Y la gente se aburri¨®. Aunque no mucho. La gente a¨²n saboreaba el toreo caro de Cristina S¨¢nchez.

Haber visto torear siempre es un consuelo para los buenos aficionados. Y despidi¨® con una gran ovaci¨®n a la torera que estuvo a punto de alcanzar la gloria y hasta lleg¨® a acariciarla un poco con la puntita de los dedos.

Rinc¨®n, baja en la feria

C¨¦sar Rinc¨®n no podr¨¢ torear las dos tardes que tiene contratadas en la Feria de San Isidro, a causa de una lesi¨®n de ligamentos. El percance ocurri¨® ayer cuando toreaba unas vacas con Mananares, en la finca Alcurruc¨¦n, propiedad de los hermanos Lozano.Rinc¨®n sufri¨® un golpe en una rodilla y fue trasladado a una cl¨ªnica de Madrid, donde le escayolaron y el lunes ser¨¢ operado. Es probable que permanezca inactivo dos meses.