?Ser¨¢n capaces?

La pregunta del mill¨®n. ?Ser¨¢n capaces Taugr¨¦s y Caja San Fernando de eliminar a las primeras de cambio al Barcelona y Real Madrid respectivamente y asistiremos a unas semifinales sin los dos m¨¢s poderosos? Vayamos por partes.El Barcelona lo tiene m¨¢s crudo por una sencilla raz¨®n: la experiencia del Taugr¨¦s resulta suficientemente amplia como para no acusar en exceso los efectos derivados de encontrarse en una situaci¨®n tan ventajosa como ¨¦sta. Porque aunque pueda parecer lo contrario, lo realizado hasta ahora por vitorianos y sevillanos no ha sido lo m¨¢s dif¨ªcil. Eso llega hoy, cuando tocan el cielo con la punta de los dedos, cuando tienen a favor el ambiente, cuando se supone, que los contrarios llegan asustados. Han pasado de no tener nada que perder y mucho que ganar a tener tanto de lo uno como de lo otro. Ellos lo saben, oportunidades como ¨¦stas, muy pocas.

A priori, el Taugr¨¦s, m¨¢s acostumbrado que el CSF a estas alturas competitivas y partidos de m¨¢xima tensi¨®n debe rendir mejor. Adem¨¢s, su octavo puesto en la temporada regular es del todo enga?oso. Jugaron y ganaron una Recopa y durante muchas semanas la Liga fue objetivo secundario. Con el descubrimiento de Millera han completado un quinteto enormemente s¨®lido.

Los problemas del Madrid vienen por otro lado. Su derrota en el Palacio no fue una casualidad. A las ancestrales lagunas de concentraci¨®n se unieron otras dos circunstancias: la tripleta de americanos del CSF, de lo m¨¢s competente de la ACB, y un Arlauckas que parece tener la lengua fuera despu¨¦s de una temporada donde ha debido multiplicarse. Ocho meses. despu¨¦s, cuando el Madrid se juega toda la temporada, su m¨¢xima estrella da la impresi¨®n de hallarse cansado. De confirmarse, sus posibilidades quedar¨ªan reducidas a la m¨ªnima expresi¨®n.

Pase lo que pase hoy, hay que agradecer a Taugr¨¦s y CSF ambos sobresaltos. Es tiempo de play-offs y lo que hace diferente a esta ¨¦poca del a?o son cosas como ¨¦stas. Ser¨¢ sumamente interesante comprobar si el miedo a perder de los grandes puede m¨¢s que el miedo a no ganar de los hasta ahora insolentes aspirantes. Que aunque parezca lo mismo, no lo es.